El Congreso ha aprobado la reforma de la ley del 'solo sí es sí' tras estar 195 en vigor y haber beneficiado a casi mil agresores sexuales. Se ha consumado la división en el Gobierno de coalición. Los socios, PSOE y Podemos, se han situado en bloques radicalmente enfrentados en un asunto que ha provocado la mayor crisis interna de toda la legislatura. No ha habido ninguna sorpresa a pesar de que la ministra Irene Montero -impulsora de la ley y contraria a su modificación- hiciese llamamientos a los socialistas para que rectificasen hasta unas horas antes de la votación.
Socialistas y morados han pasado el mal trago en una de las votaciones más incómodas de estos años que deja tocadas las relaciones. El PSOE quiere pasar página cuanto antes y reconoce que ha sido un día doloroso. Solo los diputados del PP han aplaudido puestos en pie tras la votación frente a las caras largas y serias de la bancada de la izquierda. "Una escenografía barata", ha dicho Patxi López que ha mostrado su convencimiento de que a pesar de la fractura la coalición seguirá adelante.
El resultado ha conformado una nueva mayoría que lleva votando lo mismo durante toda la semana. Primero en ponencia, después en la Comisión de Justicia y este jueves en la votación definitiva del pleno. Se necesitaba mayoría absoluta, 176 votos, al tratarse de una ley orgánica y los defensores de la reforma los ha superado holgadamente. PSOE, PP, Ciudadanos, PNV, PDECAT y algunos minoritarios han votado a favor frente a Podemos, ERC y Bildu que han apretado el botón del 'no' y Junts que se ha abstenido. Vox no ha participado en la votación. La modificación de la ley ha salido adelante con 233 votos a favor, 59 en contra y 4 abstenciones.
Pedro Sánchez no ha asistido al pleno porque se encontraba visitando el Parque Nacional de Doñana. Una ausencia duramente criticada por el PP que considera al presidente del Gobierno "el culpable", el máximo responsable de las rebajas de condenas. Sí han estado sentadas en el banco azul durante todo el debate la ministra de Igualdad, Irene Montero; la de Derechos Sociales, Ione Belarra; la de Justicia, Pilar Llop; y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, recién aterrizada de Nueva York donde esta semana participó en un debate en la Asamblea General de Naciones Unidas. Su equipo ha trasladado que Díaz había solicitado el voto telemático por si no llegaba a tiempo, pero finalmente ha decidido acudir presencialmente para apoyar a su grupo parlamentario. La vicepresidenta ha aplaudido el discurso de Irene Montero.
En el debate se han repetido los argumentos ya conocidos que han impedido a socialistas y morados alcanzar un acuerdo desde que Sánchez dio la orden de modificar la ley estrella de Irene Montero ante la alarma social que estaban generando las rebajas de condenas y el enorme coste político para todo el Gobierno. Según el PSOE, su reforma acabará con los "efectos indeseados" de su aplicación. Cuando el nuevo texto -que sube las penas mínimas cuando haya violencia o intimidación- entre en vigor se aplicarán los nuevos tipos pero no impedirá que haya rebajas de condenas ya dictadas y pendientes de revisión sobre delitos cometidos antes del 'solo sí es sí'.
La ministra de Igualdad ha querido subir a la tribuna al finalizar el debate y en un tono trascendente ha afirmado que era el "día más triste y más difícil" que ha vivido en la Cámara Baja. Ha reivindicado su ley y ha querido dejar claro que aunque se haya quedado en minoría va a "seguir adelante" defendiendo los derechos de las feministas. A partir de ahí, ha cargado contra el PSOE por unir sus votos al PP para perpetrar un "grave retroceso en los derechos de las mujeres" que vuelve al Código Penal anterior. Ha planteado a la bancada socialista que si el PP ha votado siempre en contra de todos los avances para las mujeres -como este miércoles denunció Patxi López- el voto a favor de este jueves es porque la reforma "no es un avance sino un retroceso".
Ha centrado su discurso en el consentimiento. Igualdad considera que con la reforma socialista deja de estar en el núcleo de la ley. Ha recordado que al movimiento feminista le ha costado muchos años de movilizaciones conseguir ese logro y ahora se vuelve a escuchar que "el consentimiento es un teatro". Ha denunciado que se retrocede a un modelo basado en que las víctimas tengan que demostrar las heridas en sus cuerpos.
Ha reprochado al PSOE que no ha tenido voluntad de alcanzar un acuerdo y que no se ha movido de su propuesta inicial mientras Podemos ha presentado varias que elevaban las penas para una respuesta unitaria desde el Gobierno y la mayoría feminista de la Cámara. Según Montero han cedido "por encima de nuestras posibilidades".
Son los mismos argumentos que ha utilizado la diputada de ERC, Pilar Vallugera, que también ha afeado al PSOE de aliarse con los populares para modificar una ley impulsada por una ministra del Gobierno. "¡Tres años machacando con que el PP es antifeminista y ahora les compran la reforma!", ha espetado.
La secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, ha insistido en que su partido ha apostado por una "reforma técnica" que no modifica ni una coma de la definición de consentimiento. Ha reclamado menos ruido y más argumentos y ha lamentado que algunos grupos se hayan centrado más en los relatos que en hacer una buena ley. Aunque ha agradecido el trabajo de las diputadas del PP que han participado en la negociación de las enmiendas ha acusado al partido de Alberto Núñez Feijóo -tras escuchar a la número dos Cuca Gamarra- de tratar de "sacar rédito" de un tema tan sensible como es la violencia sexual para generar miedo y conflictividad social.
Fernández ha afeado a los populares que hayan intentado hacer creer que sus enmiendas eran la salvación cuando tan solo eran técnicas. Ha proclamado que la reforma del Código Penal que lidera el PSOE tiene como objetivo fundamental reparar a las víctimas y ha reivindicado que su partido es el único que ha puesto una solución solvente encima de la mesa.
El PP ha querido dar relevancia especial a su papel en la votación y ha sido la portavoz Cuca Gamarra la que ha subido a la tribuna con una intervención muy dura contra el Gobierno. Sostiene que el paso de este jueves es una "derogación" que vuelve a las penas del "Código Penal de la democracia". Ha denunciado que Moncloa sabía perfectamente los efectos que iba a originar la ley del 'solo sí es sí' y que el goteo de revisiones va a continuar.
Acusa a Sánchez de pedir un "falso perdón" a las víctimas no por arrepentimiento sino por un "efecto electoral", para parar la sangría que estaba experimentado. El PP ha exigido responsabilidades políticas por el daño causado. Ceses o dimisiones ante "el mayor escándalo político de la legislatura". Ha finalizado su intervención defendiendo el papel de los populares que pueden mirar "orgullosos" a los ojos a las mujeres españolas. "Lo hemos hecho por ellas y lo volveremos a hacer". Un discurso que ha recibido los aplausos de los diputados del PP puestos en pie.