El PSOE consuma esta semana su reforma de la ley del 'solo sí es sí' con los votos del PP y el rechazo frontal de Podemos. El jueves será la votación definitiva en el pleno del Congreso para la que se requiere mayoría absoluta al tratarse de una ley orgánica. 176 votos que salvo sorpresas de última hora están prácticamente garantizados si no se le tuercen las cosas a los socialistas en estos dos días.

Eso sí, no salvará la reforma ni con sus socios del Gobierno ni con sus principales aliados del bloque de la investidura. Mientras el PSOE, a través de todos su portavoces, minimiza la importancia del acuerdo con el PP rebajándolo a cuestiones meramente "técnicas y semánticas", los dirigentes de Podemos, con la ministra de Igualdad al frente, han hecho evidente su enfado. Los socialistas han mantenido negociaciones en los últimos días con los populares y no ha habido ningún contacto con los morados.

Es la semana decisiva para la reforma de la ley más emblemática de Irene Montero cuya aplicación ha provocado casi mil rebajas de condenas y excarcelaciones a los agresores sexuales que han generado alarma social y un tremendo desgaste a todo el Ejecutivo. Esos "efectos indeseados" como los califica el PSOE son los que se pretenden evitar en un futuro con la proposición de ley que eleva las penas mínimas si hay violencia o intimidación.

Una nueva mayoría será la que modifique la ley. Se verá este martes en el Comisión de Justicia y ya se materializó este lunes en la sesión de ponencia. El texto salió adelante con los votos del PSOE, PP, PNV y Ciudadanos. En contra votaron Podemos, ERC, Bildu y Vox. El acuerdo llega después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidiese perdón a las víctimas. "Creo que ningún diputado, incluso los que han votado en contra de esta ley, está a favor de rebajar las penas. Por tanto, pido perdón a las víctimas y vamos a poner una solución a estos efectos indeseados", afirmó este fin de semana en una entrevista.

Los socialistas han aceptado dos enmiendas que habían registrado los populares y además han transaccionado otras dos propuestas que ya se han incluido en el dictamen de la ley. El cambio más destacado es que se corrige un error y se vuelve a castigar la distribución o difusión a través de Internet, del teléfono o de cualquier tecnología de contenidos destinados a fomentar la comisión de delitos de agresiones sexuales a menores de 16 años. Se introduce además la responsabilidad de la persona jurídica en los casos de trato degradante, acoso laboral o acoso inmobiliario.

Otras modificaciones suponen el cambio de la palabra "circunstancias" por "modalidades" en el artículo 181o la eliminación de una frase conectora -"a los efectos del apartado anterior"- en el apartado 2 del artículo 178.

Para los socialistas son correcciones "de carácter técnico" que tienen que ver "con cuestiones de redacción" que no afectan al corazón de la reforma como han mantenido la secretaria de Igualdad del partido, Andrea Fernández, o la portavoz Pilar Alegría. Para el PP son importantes porque "modificar una palabra, una coma o un párrafo ya supone que tenga consecuencias en la propia comprensión del texto", argumentó la diputada del PP, Marta González. De "decepcionantes" calificó los cambios ERC.

El PSOE, que se esfuerza en trasladar que el núcleo de su reforma se mantiene porque la definición de consentimiento "no se toca ni en una coma", ha vuelto a irritar a sus socios de Podemos. La ministra Irene Montero fue muy dura tras conocer el acuerdo. "El PP ha humillado al PSOE haciéndole reforzar aún más esa vuelta al modelo penal anterior que basa la credibilidad de la víctima en función de las heridas que la violencia del agresor ejerce sobre la víctima", denunció.

Igualdad, que no se ha movido ni un milímetro en sus posiciones y rechaza la reforma porque es un retroceso al "Código Penal de La Manada", arremetió contra el PSOE y ve inexplicable que los socialistas lleguen a alianzas para defender el derecho a la vivienda pero no para proteger los derechos de las mujeres. Para la ministra una reforma pactada con el PP no puede ser feminista.

Montero pone como ejemplo el caso del futbolista Dani Alves porque su defensa alega precisamente que el acto sexual fue consentido al no existir marcas de violencia en la víctima.

Tanto Irene Montero como la líder de Podemos, Ione Belarra, creen que todavía hay tiempo hasta el jueves para que el PSOE rectifique aunque ahora mismo parece bastante improbable. "He visto tantas cosas en estos años que creo que nunca se puede dar por cerrada una negociación hasta que llega el momento de votar", afirmó la secretaria general en RNE.

El PP quiere marcar perfil propio y hace valer que sus votos son necesarios. A pesar de haber dado el 'sí' en la ponencia no quiere confirmar de forma definitiva su respaldo en la votación crucial del jueves. Pone el foco en que el PSOE "ha tenido que rectificar" y aceptar sus planteamientos. Génova quiere exprimir la negociación con el PSOE hasta el final. "La negociación está abierta y puede pasar de todo", avisó el portavoz del comité de campaña del PP, Borja Sémper.

Para los populares quedan flecos por cerrar que no son cuestiones menores e inciden en garantizar la seguridad jurídica. A partir de ahí la dirección del PP carga contra la "chapuza" de la ley a pesar del perdón de Pedro Sánchez y exige asumir alguna responsabilidad. Con pedir disculpas no basta, sentencian, "hay que tomar decisiones y dar la cara".