La Comunidad Valenciana, la gran batalla del 28M entre PSOE y PP

  • El escenario está muy abierto porque aunque las encuestas dan al PP como ganador de las autonómicas no está claro que pueda gobernar con Vox

  • La resistencia electoral de Compromís y si Podemos entra en Las Cortes valencianas son las claves para que Ximo Puig reedite el Gobierno del Botánico

  • PSOE y PP centran sus esfuerzos en la cuarta comunidad más poblada de España, pieza fundamental para Sánchez y Feijóo de cara a las generales

La Comunidad Valenciana se ha convertido en la joya autonómica más preciada de las elecciones del 28 de mayo. PSOE y PP la han situado como su máxima prioridad electoral y es ahí donde se va a librar la gran batalla antes de las generales de diciembre. Los socialistas aspiran a que el presidente Ximo Puig consiga un tercer mandato y reedite el Pacto del Botánico con Compromís y Podemos. Los populares pretenden que su candidato Carlos Mazón consiga el vuelco electoral y recupere una comunidad que el PP gobernó durante 20 años y perdió en 2015 por los casos de corrupción que salpicaban a buena parte de sus dirigentes y los efectos de la crisis económica.

Es una plaza clave para las generales y el futuro político de Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo pasa por Valencia. Los dos dependen de los resultados de sus dos barones para alcanzar La Moncloa. La Comunidad Valenciana es estratégica, la cuarta región más poblada de España, con cinco millones de habitantes, y aporta 32 diputados al Congreso. La máxima de que quien gobierne allí tiene muchas papeletas para gobernar a nivel nacional se ha extendido como si se tratase de una regla matemática. En cualquier caso si el PP domina en Valencia como ya lo hace en Andalucía y Madrid tiene muchos puntos a favor para las generales.

Es la comunidad más importante donde gobiernan los socialistas. Perderla sería un fracaso y un duro mazazo en el ánimo del partido que reconoce que su gran problema es la movilización de su electorado. Si Mazón consigue ser presidente sería también un espaldarazo para Feijóo que podría exhibir la comunidad como el inicio del cambio de ciclo político en toda España.

Tanto el presidente del Gobierno como el líder de la oposición se van a volcar en el territorio. Este fin de semana Sánchez exhibe músculo en la capital valenciana reuniendo a todos los candidatos socialistas en la Convención Municipal. Feijóo también organizó a principios de febrero la Intermunicipal de su partido que supuso la reconciliación entre José María Aznar y Mariano Rajoy y donde el PP puso en marcha la maquinaria electoral para el 28M.

Escenario incierto: el PP gana pero no está claro que gobierne

El escenario está muy abierto porque aunque todas las encuestas sin excepción indican que el PP va a ganar las elecciones no está tan claro que pueda llegar a la mayoría absoluta, la cifra mágica de 50 escaños, incluso pactando con Vox. En estos momentos todos los sondeos indican que Mazón, el candidato elegido por el equipo de Pablo Casado y que Feijóo ha mantenido, supera ampliamente los 19 escaños que tiene actualmente porque se come los 18 de Ciudadanos que desaparece del mapa. Vox también está al alza y superaría los 10 que consiguió en 2019. Mazón, con un programa basado en la bajada de impuestos, necesitará pactar con el partido de Santiago Abascal pero ya ha marcado como línea roja el cumplimiento del Estatuto de Autonomía.

Fuentes del PP en Valencia optan estos días por la prudencia porque aunque reconocen la victoria señalan que los sondeos indican que un día llegan al gobierno y al día siguiente dicen lo contrario. Se sacuden la presión aunque sostienen que el tablero es similar al de 1995 cuando el PP ganó las autonómicas y consiguió multitud de municipios y poco después, en 1996, Aznar derrotó por primera vez a Felipe González.

Valencia ha sido la comunidad fetiche para el PP durante años y ejemplo de su capacidad de movilización. Todos sus líderes han mostrado su fortaleza con llenazos históricos. Aznar reunió a 55.000 personas en Mestalla en febrero del 96 y unos días después ganó las generales, Mariano Rajoy llenó la plaza de toros de Valencia en mayo de 2015 junto a Alberto Fabra y Rita Barberá y hasta Pablo Casado consiguió llenar hasta la bandera en 2021. En esta campaña Feijóo también lo intentará.

Puig resiste pero depende de sus socios

Enfrente está el socialista Ximo Puig que resiste más de lo que había previsto en principio el PP y según los sondeos aumentará ligeramente los 27 escaños actuales. Fuentes de la dirección de Ferraz dicen que Puig está fuerte en las encuestas y apuntan a que los microdatos de los sondeos -sin la cocina demoscópica- reflejan que su subida es aún mayor. Achacan su fortaleza a su gestión al frente de la Generalitat.

El presidente y candidato socialista, aunque es uno de los barones territoriales más fieles a Sánchez y uno de sus mayores apoyos, ha marcado perfil institucional propio en los últimos meses enfrentándose al Gobierno central por el recorte del trasvase Tajo-Segura consciente de que el asunto del agua es crucial en la Comunidad Valenciana y puede dar y quitar votos.

Compromís, a la baja y Podemos, en riesgo

La gran preocupación en el PSOE no es tanto el resultado de Puig sino el de sus socios. La capacidad de resistencia de Compromís y si Podemos entra o no en las Cortes valencianas serán las claves para poder reeditar el Pacto del Botánico. Las dos formaciones están a la baja en todos los estudios electorales.

Compromís tiene en la actualidad 17 escaños que no parece que pueda repetir. La dimisión de Mónica Oltra, imputada por el supuesto encubrimiento de su marido en un caso de abusos a una menor tutelada, ha rebajado las expectativas del partido que el nuevo candidato Joan Baldoví intentará remontar.

Será clave si Podemos logra el 5% de los votos para poder entrar en las Cortes valencianas

En cuanto a Podemos (8 escaños en 2019) lo que está en juego es su presencia en el parlamento valenciano. Héctor Illueca, vicepresidente segundo de la Generalitat y candidato de la coalición Podemos-Izquierda Unida, tiene que llegar al 5% de los votos para entrar en las Cortes. Una cifra que ahora mismo está en riesgo. Habrá que ver cómo afecta la irrupción de Yolanda Díaz en el tablero y la falta de unidad en ese espacio con tensiones permanentes entre Sumar y Podemos.

Si los morados no consiguen su objetivo y se quedan fuera de la Cámara autonómica y Compromís baja será casi imposible que Ximo Puig repita como presidente.

Todo se decidirá por bloques

Ninguna encuesta contempla que nadie pueda gobernar en solitario y todo va a depender de los pactos. La dinámica de bloques es la determinante. En estos momentos el de la izquierda que conforman los partidos del Gobierno (PSOE, Compromís y Podemos) tienen 52 escaños. El frente de la derecha formado por PP, Ciudadanos y Vox suma 47 parlamentarios.

La diferencia de votos en 2019 entre los dos bloques fue de 42.123. Una distancia que el 28 de mayo podría ser incluso menor. La balanza puede inclinarse hacia un lado o hacia el otro por un puñado de papeletas. Un dato a tener en cuenta es que el último escaño en juego en las tres provincias valencianas estuvo muy ajustado. En Valencia lo ganó el PSOE frente al PP por unos 3.600 votos, en Alicante por poco más de mil y el caso más significativo fue el de Castellón donde se fue a Compromís por unos 300 votos.