A 48 días de las elecciones municipales y autonómicas el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha decidido ir con todo consciente de lo mucho que está en juego. El objetivo es ganar el 28M. Ganar en votos, en ayuntamientos y en gobiernos autonómicos. Y para que no haya dudas ese ha sido el lema en letras mayúsculas con el que ayer comparecía ante sus barones territoriales en la sede nacional del partido.
En Génova son conscientes de que tras el recuento electoral en la noche del 28M no les será suficiente con convertirse en el partido político más votado por delante de los socialistas si eso no va acompañado de un mayor poder territorial. “Si ganamos en votos pero no conseguimos más gobiernos el resultado no es bueno”, admiten desde el entorno de Feijóo.
Si sólo se alcanza ese objetivo tienen claro los titulares de los periódicos del día siguiente por muchos paños calientes que intenten poner. También asumen que a Feijóo se le puede abrir su primera crisis interna después de un año a los mandos del Partido Popular. “Estamos expuestos a la crítica interna. Somos la dirección nacional del partido y estamos expuestos a que nos cuestionen y nos critiquen. A esto se viene aquí. No se viene aquí a pensar en pequeño. Aquí se viene a poner el pecho a las balas”, admite su gente de confianza.
Así que Feijóo ha metido la directa y le ha dicho a los suyos que no se conforma con un "aprobado raspado" ni con mantener únicamente los gobiernos autonómicos de Madrid, Murcia y Ceuta que ya tiene asegurados. "No estamos aquí para pensar en pequeño", decía metiendo presión a sus candidatos aunque ya no plantea la cita de las autonómicas y municipales como un plebiscito contra Pedro Sánchez.
Núñez Feijóo se pone a resguardo por lo que pueda ocurrir el 28M con el comodín de que la marca PSOE resiste mejor en las autonómicas y municipales que en las generales. “Sé perfectamente que el 28 de mayo el partido de Sánchez aguantará mejor que en las generales. Pero eso es la lógica electoral”, admitía ayer ante los suyos presuponiendo ya que los socialistas no obtendrán un mal resultado.
Sus colaboradores insistían después en ese mismo mensaje. “Es más difícil ganarles el 28M que en diciembre”, subrayaban poniéndose la venda antes de la herida. Explican que en esta primera cita electoral resulta más complicado para sus candidatos captar el voto clave del centro izquierda moderado porque enfrente no está Sánchez sino barones fuertes como Page o Lambán que sí arrastran en cambio buena parte de ese electorado. También ayuda al PSOE el hecho de que Yolanda Díaz y Sumar no se presenten a estas elecciones con lo que se elimina el riesgo de que pueda robarles votos como señalan las encuestas a nivel nacional o fragmentar el voto de la izquierda.
Desde hace semanas en la séptima planta de Génova digieren que lo de birlarle gobiernos autonómicos a los socialistas no es tan fácil como pensaban. Que el balón está votando en el larguero de muchas comunidades autónomas y lo mismo puede entrar como que no. Admiten que más allá de Madrid, Murcia y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla no tienen ningún territorio que esté ganado sí o sí. “Esto va a ir a foto finish”, insisten.
“¿Vamos a gobernar? No tenemos ni idea. Es nuestra responsabilidad porque nos entregaron la marca PP hace un año”, añaden los colaboradores de Feijóo.
Ese es el compromiso que Alberto Núñez Feijóo ha formalizado ante sus barones territoriales en uno de sus discursos más aplaudidos en clave interna. Lo que no ha aclarado es que si tras esa declaración de intenciones se asumirán responsabilidades orgánicas si el 28M no se cumplen los objetivos fijados ayer por la dirección nacional y el mapa de España no se tiñe un poquito más de azul. Feijóo ya dejó dicho en más de una ocasión que si no gana en diciembre se marchará a su casa pero con el escenario que dejarán las autonómicas y municipales no ha querido ser tan explícito.
"Podría esconderme detrás de vosotros pero no voy a lanzar a otros a dar batallas que también me corresponden a mí. Podría protegerme en una campaña de perfil bajo pero estaré con vosotros en las calles de España", aseguraba evidenciando así que esta campaña electoral no sólo va de los territorios sino que él también se la juega.
“Él no se va esconder de los resultados de los demás y si se pierde el 28M perdemos todos. Él también. Si nos va mal es culpa de todos. Es una estrategia valiente y un mensaje de apoyo y confianza en sus barones”, cuentan en su núcleo duro. “Es el presidente del PP. Es lo normal”, remacha uno de los barones consultado por NIUS y que es de los que tiene la pelota votando.
De momento en Génova asumen ya que gobernarán donde puedan aunque sea en coalición con Vox. Los de Abascal se mantienen fuertes mientras Podemos se desinfla y corre riesgo de no entrar el parlamentos autonómicos donde el corte es el 5% de los votos como ocurre en Valencia. Esa es la baza a jugar.