El paso adelante dado por Yolanda Díaz lanzando su candidatura a las elecciones generales de diciembre ha avivado la tensión con Podemos. La formación que dirige Ione Belarra no asistió a la presentación oficial de Sumar y exige primarias abiertas para poder formar parte del proyecto con el que la vicepresidenta quiere reconstruir la unidad del espacio a la izquierda del PSOE.
En ese contexto, los dirigentes de Podemos marcan distancias con Yolanda Díaz y con el PSOE con el que comparten Gobierno de coalición. Los morados exhiben perfil propio y buscan la diferencia frente a la vicepresidenta, especialmente después del papel protagonista que Yolanda Díaz tuvo en la moción de censura de Vox junto a Pedro Sánchez en una especie de tándem electoral de la izquierda.
Ione Belarra ha replicado al presidente del Gobierno que este miércoles se había pronunciado sobre las relaciones entre los morados y Sumar expresando su deseo de que "encajen todas las piezas del puzzle". Sánchez sabe que el éxito electoral de ese espacio y de Yolanda Díaz es clave para sus aspiraciones de reeditar el Ejecutivo de coalición.
La secretaria general de Podemos ha pedido a Sánchez que se dedique a lo suyo, a gobernar, y le ha acusado de actuar en clave electoral. "Pido al PSOE que se concentre en gobernar. Queda prácticamente un año de legislatura y no podemos estar todo el rato haciendo electoralismo. Lo que hay que hacer es gobernar y aprobar la ley de vivienda, que es urgentísima para la gente de nuestro país, y también topar de una vez por todas la cesta básica de la compra", ha enfatizado.
La ley de vivienda es uno de los grandes compromisos de la coalición que queda pendiente de cumplir en esta legislatura. Una ley que ha sido compleja desde el primer momento con tensiones permanentes dentro del Ejecutivo entre Podemos y el PSOE. Los morados llegaron a condicionar su apoyo a dos presupuestos generales del Estado a su aprobación por el Consejo de Ministros.
Ahora mismo la norma está bloqueada en el Congreso de los Diputados por la falta de acuerdo entre los socios del Gobierno y aliados parlamentarios como ERC y Bildu.
En las últimas semanas parecía que el acuerdo era inminente pero finalmente el pacto final se está retrasando. La regulación de los precios de los alquileres es el gran escollo de la negociación. El último movimiento de los socialistas para facilitar el consenso fue elevar del 2% al 3% el límite a los alquileres de forma temporal durante 2024 hasta que se defina un nuevo índice. Para Podemos esa medida supone un retroceso al plantearla tan sólo para un año.
Aprobar la ley de vivienda, la primera de España, supondría un éxito para el Gobierno en la recta final de la legislatura y serviría como un revulsivo electoral para las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.