Sumar y Podemos: dos citas cruciales este fin de semana que decidirán el futuro de la izquierda

Fin de semana decisivo para el futuro de la izquierda y la reedición del Gobierno de coalición. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aparece ya decidida a dar un paso largamente esperado y lanzar su candidatura a las elecciones generales con Sumar, la plataforma que lidera con la que pretende reunificar ese espacio. El domingo, en el pabellón Magariños de Madrid a las once y media de la mañana, será la hora de la verdad.

En esa foto decisiva para la construcción de un proyecto de izquierdas no estará Podemos salvo sorpresa de última hora. El partido de Ione Belarra, la fuerza mayoritaria de ese espacio y un actor fundamental, se ha quedado solo frente a una docena de partidos minoritarios que sí arroparan a Díaz. Podemos también tiene este sábado una cita determinante para fijar su estrategia de cara al futuro. Se reúne el Consejo Ciudadano Estatal, el máximo órgano de dirección entre asambleas, donde se prevé que la dirección ratifique su decisión y marque el rumbo.

Son dos reuniones cruciales. Lo que pase a la izquierda del PSOE -si finalmente hay unidad o no-, será determinante en términos electorales para las aspiraciones de Pedro Sánchez de reeditar un segundo Gobierno de coalición tras las generales de diciembre. En NIUS respondemos a las preguntas clave de este proceso.

"El día 2 empieza todo". Es el lema de la convocatoria de Sumar para este domingo y la frase que repite de forma insistente Yolanda Díaz. Será la puesta de largo de la vicepresidenta que se lanza al ruedo electoral después de varios meses retrasando el momento. Será su anuncio oficial pero a partir de ahí todo son incógnitas. No se sabe cómo será la coalición, si estará finalmente Podemos, qué fuerzas se sumarán, cuál será el peso de cada una o cómo se harán las listas electorales.

Díaz, que está preparando su discurso al detalle, ha querido dar al acto la máxima trascendencia y habla de "momento histórico" que puede cambiar la política del país. Fue el argumento de su último llamamiento para presionar a Ione Belarra para que asistiese. El equipo de la vicepresidenta y ella misma han desplegado estos días su euforia porque lista de asistentes no ha parado de aumentar.

Arropando a la vicepresidenta estarán una docena de fuerzas de ese espacio y sus líderes. Izquierda Unida con el ministro Alberto Garzón al frente, Más Madrid con las candidatas Mónica García y Rita Mestre, En Comú Podem con la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, Compromís con el alcalde de Valencia Joan Ribó, Más País con Íñigo Errejón, el PCE con Enrique Santiago, la Chunta Aragonesista, Batzarre, Verdes-Equo, Alianza Verde, Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía y Proyecto Drago.

Además acudirán representantes de la izquierda europea, de colectivos sociales y de los sindicatos UGT y CC.OO. Una foto que Díaz aprovechará para exhibir la unidad entorno a su figura frente a la soledad de Podemos.

Podemos será el gran ausente en Magariños. Díaz ha rechazado la exigencia de Belarra: no va a firmar un pacto previo con Podemos para que se celebren primarias abiertas que decidan los de Sumar. La vicepresidenta quiere que la decisión de quién vota y cómo se acuerde entre todas las fuerzas de forma multilateral y después de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.

Las negociaciones encallaron el pasado lunes y ya no ha habido más contactos. La pelea de fondo es el peso de Podemos en las listas electorales de Sumar. Los morados son la fuerza mayoritaria de ese espacio y quieren tener en la candidatura el protagonismo que creen que les corersponde. Unas primarias abiertas, teniendo en cuenta que sus bases son las más sólidas y movilizadas, les garantizaría supuestamente copar puestos relevantes.

En Podemos temen quedar relegados y que su poder se vea diluido en una amalgama de fuerzas minoritarias. La consigna de no acudir ha generado división interna. Algunos coordinadores territoriales, los de Galicia y Navarra, han optado por desoir a su dirección y estarán el domingo apoyando a Díaz. La candidata autonómica de Asturias no acudirá pero le ha mostrado su respaldo. Junto a ellos habrá diputados del Congreso y una europarlamentaria.

Pablo Iglesias está tutelando el proceso. Está fuera de la primera línea política pero marca el paso desde sus tribunas mediáticas. El exlíder y fundador de Podemos, que tiene una gran influencia sobre las bases y la dirección del partido, fue el que señaló a Díaz como su sucesora pero desde hace meses la presiona exigiendo respeto para Podemos. Su relación con la vicepresidencia ha empeorado y sus dardos son continuos desde que en noviembre de 2021 Díaz participó en Valencia en un acto junto a otras mujeres de la izquierda (Mónica García, Mónica Oltra y Ada Colau) donde no estuvieron invitadas ni Ione Belarra ni Irene Montero.

Iglesias ha llegado a decir que Díaz no estaría donde está sin Podemos, le ha recriminado que se haya puesto de perfil en asuntos como el incremento del gasto militar, que no haya dado la cara lo suficiente por Irene Montero en la polémica reforma de la ley del 'sólo sí es sí', que esté "más cerca" del Más País de Errejón que de Podemos o que fuese la responsable del fracaso de la coalición 'Por Andalucía'.

Iglesias rechaza la imagen de complicidad que Díaz y Sánchez trasladaron durante la moción de cesnura de Vox en lo que todo el mundo interpretó como la presentación del tándem electoral de la izquierda. Para él, la clave para ganar ese espacio es diferenciarse del PSOE y dar la batalla ideológica en asuntos clave. Fuentes de Moncloa ven a Iglesias más cómodo en el activismo que en la política y creen que él ha hecho sus cuentas y ha concluido que le conviene más estar en la trinchera.

Todos son conscientes de que la desunión puede tener un alto coste electoral. Los llamamientos a la unidad llegan desde Podemos, desde Sumar y desde el PSOE que ve con preocupación lo que ocurre en ese espacio. Si en las generales acuden con varias papeletas el voto se divide y eso lastra las posibilidades de conseguir escaños. Pedro Sánchez sabe que la única opción para reeditar el Gobierno de coalición progresista pasa por un éxito de Yolanda Díaz en las urnas que permita sumar a la ziquierda.

Las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo serán la primera prueba de fuego que pueden despejar el panorama. Sumar no se presenta a esas elecciones, pero Podemos sí. Belarra reclama de forma insistente a Yolanda Díaz que haga campaña. La vicepresidenta se resiste y solo estará presente en algunos territorios donde haya habido unidad previa.

Las urnas medirán la fuerza actual de Podemos y su capacidad de resistencia aunque todas las encuestas dicen que está a la baja. Algunos gobiernos municipales y autonómicos pueden peligrar si los morados se hunden. En clave interna, si Podemos sale más débil perderá peso en una negociación con Yolanda Díaz de cara al futuro. En cualquier caso, a partir de junio cambia el escenario y los protagonistas se recolocarán en el tablero con la vista puesta en las generales.