El número dos de los árbitros no tenía incompatibilidad para contratar con el Barça
Las diligencias informativas abiertas por la Fiscalía alertan en varias ocasiones de que la normativa de la Federación no contempla que el puesto de Enríquez Negreira como número dos del Comité Técnico Arbitral sea incompatible con otro encargo público o privado
En sus declaraciones al fisco, el colegiado explicó que su puesto en el CTA no estaba remunerado porque cobraba del F. C. Barcelona
Pese a que la contratación fuera legal, la clave del caso es la justificación de los pagos millonarios, sobre los que no aparecen rastros reales de ningún trabajo
El número dos de los árbitros españoles, José María Enríquez Negreira, no tenía incompatibilidad para ocupar su puesto como vicepresidente del Comité Técnico Arbitral (CTA) y además, prestar servicios profesionales para el F.C. Barcelona. Al menos, así lo reflejan los informes que los inspectores fiscales remitieron a la Fiscalía de Barcelona para que investigara el caso. Según esta documentación, los funcionarios de la Agencia Tributaria alertaron en varias ocasiones de un hecho detectado: la normativa de la Federación Española de Fútbol no prohíbe de forma expresa que el número dos de los árbitros preste servicios para cualquier equipo participante en la competición. De hecho, la normativa deportiva aplicable no refleja incompatibilidades concretas de ningún tipo para el puesto de Negreira. Ni públicas ni privadas. Nada.
Con eso sobre la mesa, según las fuentes consultadas por NIUS, la contratación del árbitro podría considerarse legal, al menos desde un punto de vista formal. Sin embargo, hay un segundo elemento que sirve para armar las sospechas en su contra: el hecho de que esa relación mercantil tendría que estar sustentada en trabajos concretos, reales y facturados a precio de mercado. Es decir: que Negreira tendría que trabajar realmente para el Barça, y no solo cobrar facturas millonarias como si lo hiciera. De hecho, la Fiscalía no ha imputado al hijo de Negreira, que además de no ocupar cargo alguno en la Federación, aportó ante Hacienda una larga lista de análisis arbitrales realizados durante varios años para el Barça.
Trabajos a precio de mercado
En su defensa, Enríquez Negreira aseguró que realizaba asesorías deportivas sobre los árbitros, y que cobraba hasta 50.000 euros al mes por ello. Una cuantía que la Fiscalía considera que no responde a servicios reales. ¿Cómo tiene que ser un informe para que cueste a un cliente lo mismo que un coche de alta gama? Y con tal nivel de sabiduría y valor añadido ¿ni siquiera se entrega por escrito? En total, las empresas vinculadas al colegiado facturaron al club más de siete millones de euros y dejaron de recibir los fondos el mismo mes en el que el colegiado perdió su puesto como número dos del TCA.
Por su parte, el Barça aseguró que el cese de la relación mercantil en la misma fecha en la que Negreira perdió su cargo en la cúpula arbitral es una mera coincidencia, ya que la eliminación de los pagos se debió a un presunto recorte de presupuestos. Cabe recordar que después de que el Barça cerró el grifo del dinero, Negreira amenazó con hacer públicas varias supuestas corruptelas del club si el Barcelona no atendía sus facturas.
Así, desde el punto de vista formal los inspectores alertan de un agujero legal en la normativa de la Federación, que no contempla conflicto de interés alguno en el hecho de que el número dos de los árbitros pueda trabajar para cualquier particular dentro del mundo del deporte. En este punto, cabe recordar además que el puesto de Negreira dentro del Comité Técnico Arbitral (CTA) no tenía sueldo alguno. En una de sus comparecencias ante Hacienda, el colegiado explicó que no tenía sueldo dentro de la Federación porque “ya cobraba del Barcelona”.