El presidente Pedro Sánchez aprovechó la moción de censura fracasada de Tamames para vincular una vez más al PP de Feijóo con la extrema derecha por su “indecente” abstención mientras el líder Vox presionaba al gallego para hacer “borrón y cuenta nueva” de cara a entenderse tras las elecciones del 28M. Una suerte de “pinza” de confluencia de intereses de la que Génova quiere escapar a dos meses de las elecciones clave del 28 de mayo.
¿Cómo deshacerse de ese abrazo del oso? No cediendo terreno en el centro y poniendo distancia con Vox y Abascal. “Tenemos nuestro camino. Nuestra propuesta de centralidad es muy clara. Yo ofrezco una política normal y de adultos. A una política infantil y populista como hemos visto en la moción de censura no me apunto”, decía ayer desde Bruselas rompiendo por vez primera su silencio sobre la moción de censura de Tamames.
Un día después de ese “esperpento” en palabras de Feijóo, el jefe de los populares ha dado orden de soltar lastre con Vox y la primera en apuntarse ha sido la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Durante el último pleno de la legislatura Ayuso ha formalizado su ruptura con la extrema derecha.
“A partir de hoy que cada uno que siga su camino. Cada uno mejor por cuenta”, le espetaba -calcando las palabras de Feijóo- a los que hasta hace nada eran sus ‘socios preferentes’ de legislatura.
La baronesa madrileña justifica esa ruptura por la “deriva” de Vox que ha tumbado los presupuestos regionales y que se despedía ayer de la legislatura vetando el último plan fiscal de Ayuso para incentivar la inversión extranjera. La razón de fondo es la necesidad que tiene de rebañar todos los votos posibles fronterizos con la extrema derecha para intentar lograr una mayoría absoluta que en las encuestas se le resiste. Desde hace semanas Sol ha recrudecido su guerra con la formación de Abascal con ese objetivo.
Feijóo cerraba filas con Ayuso y bendecía la escenificación del ‘cese temporal’ de la convivencia. "Es evidente que Ayuso tiene el respaldo suficiente para hacer su propia política. En Vox sólo buscan sacar rédito electoral de la antipolitica. Yo la antipolítica no la comparto", señalaba.
La orden de Génova de escenificar un distanciamiento con Vox también ha llegado a la capital. El alcalde José Luis Martínez-Almeida certificaba ayer el cisma después de que hace unos días Javier Ortega Smith le propusiera gobernar en coalición tras el 28M. La misma oferta que los populares entienden “envenenada” de Abascal a Feijóo durante la moción de censura. “Vox debe decidir qué quiere ser de mayor. Está ejerciendo la antipolítica. Cada uno por su camino que ya nos veremos en las elecciones del 28 de mayo”, decía clavando así el argumentario de Génova.
La formación de Santiago Abascal no va quedarse de brazos cruzados y preparan un contraataque para contestar a Feijóo y a Ayuso. Vox anunciaba ayer una "nueva relación" con el PP "a raíz de lo sucedido en la moción de censura y de las posteriores declaraciones de líderes del Partido Popular”. Será Santiago Abascal quien escenifique ese nuevo marco con los populares en un mitin hoy en Valladolid junto al vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo. La única comunidad en la que PP y Vox gobiernan juntos.
Hace sólo unas semanas fueron ellos los que amagaron con dinamitar la coalición en Castilla y León por culpa del protocolo fantasma antiabortista que anunció García-Gallardo pero finalmente recularon. Fuentes de la dirección nacional consultadas por NIUS aclaran que sobre la mesa no está romper con el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco ahora que se cumple un año del pacto, pero que Abascal no quiere dejar sin respuesta los desplantes del PP.
“Nosotros somos leales con nuestros pactos. No somos como el PP o Ciudadanos que luego hacen lo que les sale de las narices. Vamos a cumplir con lo que hemos pactado. Seremos exigentes con que cumplan lo que pactan. Sin son leales aquí no vamos a hacer sudar tinta a nadie”, aseguran esas mismas fuentes.
En cualquier caso la presunta ruptura con Vox no se traducirá en un portazo a posibles gobiernos de coalición tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Las encuestas son tozudas y señalan que el cambio pasa por Vox. El Partido Popular necesitará a la formación de Abascal en un buen puñado de ayuntamientos y comunidades autónomas si quiere extender su poder territorial. Génova lo sabe y ha trasladado a sus barones que tienen manos libres para pactar con la extrema derecha.
Aunque el modelo a copiar es el de Juanma Moreno en Andalucía y el de Ayuso en Madrid, los futuros Gobiernos en Castilla-La Mancha, Valencia o Extremadura podrían depender de la formación de Abascal.
En el Partido Popular van a gobernar “con lo que puedan”, admiten fuentes de la dirección nacional porque están convencidos de que Pedro Sánchez y el PSOE les van a aplicar un ‘Pacto del Tinell’ actualizado. "Vamos a ver en conjunto lo que pasa, pero no es lo mismo que necesites 4 votos para la investidura que 14". Traducido: los pactos postelectorales dependerán de cuánto necesiten a Vox.
En el capítulo de hechos, los populares no han votado contra la moción de censura de Tamames patrocinada por la extrema derecha. Tampoco parece peligrar el pacto de Gobierno en Castilla y León. Así que más allá de las estrategias electorales de corto recorrido, PP y Vox tendrán que entenderse.