La moción de censura, la segunda que presenta y pierde Vox, ha llegado en pleno año electoral. Habrá que esperar para ver cómo afecta en las urnas a cada formación pero el debate ya deja consecuencias.
Levantada la sesión y fracasado el intento de Vox de desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa, no hay lugar en el Congreso de los Diputados donde se pronuncie una aceptación de la derrota.
“Que hemos cumplido con la misión que nos habíamos planteado y con nuestro deber y los españoles dirán”, ha dicho el líder de Vox, que desea que su fracaso parlamentario tenga un efecto electoral a su favor.
A las elecciones mira también el PP. “La España real dentro de poco podrá votar su moción de censura en las urnas”, ha señalado Cuca Gamarra, la portavoz popular.
No obstante, populares y Vox salen de aquí contemplando la satisfacción del Gobierno. “El Gobierno de coalición tiene programa, tiene líder, tiene equipo y, por tanto, tenemos todavía un amplio programa que desarrollar”, ha dicho María Jesús Montero, ministra de Hacienda.
La coalición se siente fortalecida, tras hacer resonar su mensaje en el hemiciclo. Ese que ata al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo y su futuro político a Abascal, con su abstención y su ausencia en el debate. “Con su silencio lo dice todo. Lo que dice es que saben y necesitan a Vox para poder gobernar en comunidades autónomas y ayuntamientos a partir del 28 de mayo”, ha afirmado el presidente del Gobierno.
Lo de menos era Ramón Tamames. La medida a dos meses de las urnas es el rédito electoral. Mientras el líder de la oposición se pasea en Bruselas, con la presidenta de la Comisión Europea, en Madrid, su portavoz Cuca Gamarra, cumplía con la tarea el reproche a Vox de regalarle una victoria parlamentaria a Sánchez.