La moción de censura a ninguna parte de Tamames con la que el PSOE y Vox buscan acorralar al ausente Feijóo
La moción nace muerta: sólo tiene el apoyo de los 52 diputados de Abascal y desconcierta a las bases de Vox por la elección del nonagenario exdirigente comunista
Sánchez subirá a la tribuna del Congreso para equiparar a Feijóo con la extrema derecha mientras que Podemos insiste en que Montero y Belarra también intervengan
El PP no se moverá de la abstención con un Feijóo que no pisará el Congreso durante la moción de censura que comienza mañana y se vota el miércoles
A partir de las nueve de la mañana del martes, coincidiendo con la entrada de la primavera, arranca la segunda moción de censura de Vox, la cuarta de los últimos cinco años y la sexta de la democracia. De todas ellas sólo una ha prosperado. La que desbancó a Mariano Rajoy en 2018 e hizo presidente a Pedro Sánchez.
El primero en tomar la palabra será el líder de la extrema derecha, Santiago Abascal, para presentar a su candidato a la presidencia del Gobierno, Ramón Tamames. Vox confía en que el presidente Sánchez recoja el guante y suba a continuación a la tribuna del Congreso para confrontar a cara de perro con Abascal en una sucesión de réplicas y dúplicas sin límite de tiempo.
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Ese es el objetivo. Que Abascal acapare todos los focos en ausencia del líder del PP. Tiene pinta de que se cumplirá porque Moncloa quiere atizar a la derecha y confrontar su modelo en una batalla que aritméticamente tiene ganada de antemano. Será el primer asalto de una censura que se celebra a unos pocos meses de las elecciones generales, con un candidato de 89 años años que va por libre y que nace muerta porque sólo cuenta con el apoyo de los 52 diputados de Vox.
Abascal anunció la moción de censura el pasado 9 de diciembre con la idea de buscar un aspirante "que no milite en ningún partido y con experiencia de Gobierno". Algo que se les hizo cuesta arriba porque nadie quería aceptar el reto. Tuvieron que pasar dos meses y medio hasta llegar al nombre de Ramón Tamames y registrar la iniciativa en el Congreso. Fue Fernando Sánchez Dragó, íntimo de Tamames, quien se lo propuso a Abascal en una marisquería y "al calor de una copa de vino" ha contado el propio escritor encantado con su ocurrencia.
La elección del exdirigente comunista ha provocado el desconcierto en las filas de Vox y muchos nervios en la dirección nacional del partido que ha ido de sobresalto en sobresalto cada vez que Tamames concedía una entrevista -y han sido muchas desde que Abascal confirmó su candidatura- y dinamitaba los pilares ideológicos de la formación de la extrema derecha. Desde apostar por una España plurinacional y la "Nación catalana" a defender la lucha contra el cambio climáticos y las leyes de género y hasta criticar a sus patrocinadores por el uso "excesivo" de la bandera.
Segundo asalto de la moción: Tamames se ve de presidente
Para dejar claro que no había marcha atrás, calmar los ánimos entre los suyos y exhibir unidad y sintonía en el mensaje, Abascal y Tamames comparecieron juntos en el Congreso el pasado jueves. Eso unas horas antes de que se filtrara el discurso del viejo profesor en lo que constituye otro capítulo más de la moción de censura más surrealista de estas cuatro décadas de democracia.
Como candidato a la presidencia del Gobierno Tamames debería realizar una intervención programática pero ha optado en cambio por hacer un "dictamen" de la situación del país. Dada su edad y sus problemas de movilidad el viejo profesor hablará desde el escaño de Abascal, en la segunda fila del hemiciclo donde se le ha habilitado una mesa para que pueda poner sus papeles y un micrófono para que pueda intervenir cómodamente sentado si así lo prefiere.
Sin límite de tiempo, Tamames dirá cosas como que España "se asemeja más a una autocracia absorbente" que a una democracia plena y reclamará elecciones generales el 28 de mayo junto a las autonómicas y municipales. Es lo que ha acordado con Abascal con el que ha consensuado su discurso. Otra cosa serán las réplicas a los distintos grupos parlamentarios. Ahí puede ser imprevisible.
Es su "último tributo a España" le gusta decir, porque Tamames se ve de presidente. "La improbabilidad no es absoluta" le soltó esta semana a un periodista turco que le preguntó rematando así la excentricidad de esta moción de censura. Los números están en contra de ese deseo. Para que prospere, hace falta el ‘sí’ de 176 diputados de la Cámara. Mayoría absoluta. Tamames sólo cuenta con el voto afirmativo de los 52 diputados de Vox. Le faltan 124.
Vox y Sánchez a por el ausente Feijóo
El Partido Popular se abstendrá y su líder, Alberto Núñez Feijóo, ni aparecerá por el Congreso. La encargada de defender la posición del PP será su número dos Cuca Gamarra en una intervención en la que fundamentalmente cargará contra el Gobierno. Eso no impedirá que su nombre planee de forma constante sobre el debate. Fundamentalmente en boca de Santiago Abascal y de Pedro Sánchez. El primero le recriminará que no apoye su iniciativa para echar a Sánchez de La Moncloa y el segundo le reprochará que no tenga la "valentía" de votar en contra como sí hizo su predecesor en el cargo Pablo Casado en la primera moción de censura de Vox hace dos años. Abascal intentará demostrar que el PP es lo mismo que el PSOE y Sánchez asimilará a Feijóo con la ultraderecha.
A nosotros nos va bien porque muestra la debilidad de Sánchez y de Abascal.
"A nosotros nos va bien porque muestra la debilidad de Sánchez y de Abascal. Cada mención que hagan de Feijóo demuestra que el objetivo de esta moción de censura no es para defenderse de Vox ni para cambiar el Gobierno de España. De lo que se trata es de debilitar el proyecto del PP", señalan desde el entorno de Feijóo.
A pesar de las presiones de izquierda a derecha, los populares no se moverán de la abstención porque no quieren ser cómplices de darle una victoria "épica" a Sánchez que le reforzará en un momento de gran debilidad . Para ellos la verdadera moción de censura será en dos meses. Cuando se pongan las urnas el 28 de mayo para elegir a 8.000 alcaldes y 12 presidentes de comunidades autónomas. Hasta entonces en Génova creen que podrán rentabilizar el "error" de Vox. "Con esta iniciativa Vox no ha recogido ni un sólo voto pero nosotros algo sí recogeremos porque parte del electorado de Vox no entiende este movimiento", añaden esas mismas fuentes.
Podemos insiste en que intervengan sus ministras Montero y Belarra
Aunque en Moncloa se han resistido a revelar su estrategia, es seguro que el censurado, el presidente Pedro Sánchez, intervendrá mañana para confrontar su modelo de país con la extrema derecha. Lo que está por ver es si además de él la vicepresidenta Yolanda Díaz también tomará la palabra. Dentro de los planes de Moncloa estaría cederle visibilidad. Se replicaría así la fórmula que se utilizó en 2020, cuando Pedro Sánchez y el entonces vicepresidente Pablo Iglesias, intervinieron la primera moción de censura de Abascal.
De paso así se cortocircuitaría la pretensión de Unidas Podemos de que también tengan foco Ione Belarra e Irene Montero. La formación morada quiere que sus ministras puedan confrontar con Tamames como respuesta al machismo de la extrema derecha. La semana pasada la secretaria general de Podemos insistía en que debían ser las mujeres del Congreso las que "plantaran cara" a un partido como Vox que "cuestiona los derechos de las mujeres". Algo que no está en los planes de Pedro Sánchez para una moción de censura que marcará la agenda política de la semana.