“Siento que vuelvo a casa después de muchos años”. Ramón Tamames pisaba ayer las Cortes tres décadas largas después de dejar su escaño en 1989. Llegaba escoltado por Santiago Abascal y apoyado del brazo de un ujier al que le preguntaba el nombre de la sala donde iba a dar su primera rueda de prensa con el presidente de Vox y que no existía en su época de diputado. “Es la sala Clara Campoamor Don Ramón”, le explicaba el funcionario mientras le indicaba con delicadeza que tocaba subir una pequeña rampa para alcanzar el sillón desde el que durante una hora se esforzó por mostrar sintonía con el partido de extrema derecha y con su líder.

De eso se trataba después de que sólo unas horas antes se filtrara el discurso de la moción de censura del casi nonagenario profesor. La gota que colmaba el vaso. En Vox están de los nervios así que tocaba tranquilizar a sus bases y a sus cuadros intermedios que se la juegan en las urnas el 28M, exhibir unidad y demostrar que Tamames no está tan lejos de sus postulados.

Hasta tres veces Abascal ha repetido con media sonrisa que estaba muy tranquilo, que se mantiene el rumbo firme y no hay marcha atrás con la censura de Tamames al presidente Pedro Sánchez.

Eso y que Vox no está muerto. “La muerte de Vox ha sido certificada por nuestros oponentes políticos y los medios de comunicación de manera sistemática. Y lo será después de esta moción. Nosotros estamos más tranquilos que nunca”, proclamaba. Para apuntalar esas palabras desde el partido aseguran que coincidiendo con el factor Tamames, en el último mes han crecido en número de afiliados más que en todo el último medio año. “La última semana 153”, presumen a pesar de que todas las encuestas reflejan una caída importante en estimación de voto.

En Vox saben muy bien que su principal activo político es Santiago Abascal y que no hay nada mejor para no defraudar a la parroquia que una buena dosis de intercambio de mandobles entre su líder y Pedro Sánchez. Por eso Abascal tratará de forzar un cuerpo a cuerpo con el presidente del Gobierno cuando se debata en una moción de censura que han planteado en dos asaltos. Las expectativas con las que parten son tan bajas que en Vox creen que eso juega a su favor.

El martes Santiago Abascal subirá a la tribuna del Congreso para proponer a Ramón Tamames como presidente del Gobierno. No será una intervención muy larga cuentan desde la dirección del partido pero sí lo suficientemente contundente como para provocar que Sánchez salga de su escaño para contestarle. Abascal cuenta con la baza segura de que el presidente del Gobierno quiere ir al choque con él en el plano ideológico. Claro que eso dependerá de lo que quiera hacer finalmente Sánchez.

Lo confirman fuentes del PSOE que explican que en cambio con el candidato Tamames lo que se busca es aprovechar la oportunidad para confrontar y diferencia dos modelos de hacer política. El de “la ampliación de derechos” del Ejecutivo frente a los recortes de la derecha con la vista puesta en vincular al ausente Alberto Núñez Feijóo con Vox. Del presidente del PP también se acordará Abascal para recriminarle que no le apoye en la censura a Sánchez.

“Sánchez traerá preparada una intervención programática para hacerle la moción de censura a Vox”, vaticina un dirigente con muchos galones dentro de la formación de Abascal. A partir de ahí esperan calentar el debate con réplica y contrarréplica sin límite de tiempo entre Sánchez y Abascal. “Si él sale a contestar Abascal sale a contestar”. Ese es el objetivo. Que el líder de Vox se luzca antes de que Tamames tome la palabra desde el escaño que normalmente ocupa Santiago Abascal en segunda fila detrás del banco azul del Gobierno.

Esa es otra. Lo que pueda decir Tamames desde su atalaya prestada en el Congreso. Ya conocen por donde irá después de que se haya filtrado el contenido de un discurso que se ha consensuado con Vox. Otra cosa serán las réplicas al Gobierno y a los grupos parlamentarios donde el candidato irá por libre y sin control.

El exdirigente comunista ayer se esforzaba en subrayar sus coincidencias y elogiar la “valentía” del líder de Vox. "Hay coincidencias muy importantes. Me siento a gusto en una moción de censura de Vox porque coincido en lo esencial", contestaba. A su lado Santiago Abascal ejerciendo de apuntador cuando el viejo profesor perdía el hilo y había que recordarle alguna de las preguntas que le formulaban. Lo normal con 89 años.

Tamames señalaba la defensa de la unidad de España, de la monarquía parlamentaria o de la bandera como parte de las cosas que tiene en común con la extrema derecha. Y eso que sólo unos días antes en distintas entrevistas apostaba por una España plurinacional y criticaba el uso “excesivo” de la bandera por parte del partido de extrema derecha.

En el discurso filtrado a la prensa Tamames pide adelantar las elecciones al 28M y dice cosas como que “España es una autocracia absorvente” o que la elevación de la criminalidad (algo que niegan las estadísticas oficiales) es el resultado de una política migratoria “descontrolada” que es “incapaz de impedir la entrada de todo tipo de delincuentes”. El mantra de Vox: vincular inmigración y delincuencia y cargar contra el Gobierno “ilegítimo” del “autócrata” Sánchez.

Ramón Tamames ayer no habló de inmigración pero sí de Gibraltar. Algo muy del gusto de Vox que entre sus ‘hazañas’ tiene haber robado un bloque de hormigón del peñón hace unos años y que se exhibe como un trofeo en la sede del partido.

Para rematar el surrealismo que rodea a esta moción de censura un periodista turco le preguntó si se veía como próximo presidente de España. "La improbabilidad no es absoluta", contestó con ironía para después marcharse bastón en ristre y satisfecho a ver a la presidenta del Congreso. “Esto sólo puede pasar en Vox”. Lo dice uno que manda mucho en Vox.