La tensión entre el PSOE y Podemos, que están atravesando esta semana el peor momento de toda la legislatura, se mantiene a pesar de que las dos partes se esfuerzan en trasladar que la coalición de Gobierno resiste y no está en peligro. La crisis provocada por la reforma del 'sólo sí es sí' se ha enquistado tras el debate de este martes en el Congreso, donde además de votar diferente los dos socios traspasaron todas las líneas rojas lanzándose duros ataques. Después de ese choque frontal socialistas y morados encaran la gestión del día después con diferentes estrategias.
Mientras el ala socialista del Ejecutivo intenta rebajar el tono para reconducir una situación que está provocando un enorme desgaste a todo el Ejecutivo proyectando una imagen de división que aprovecha el PP, Podemos mantiene el pulso con las ministras Irene Montero e Ione Belarra abanderando la crítica al socio mayoritario por unir sus votos a la derecha para imponer la corrección del proyecto más emblemático del Ministerio de Igualdad. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y los comunes de Ada Colau se desmarcan de esa línea dura reclamando responsabilidad y bajar los decibelios.
A todo esto, el presidente del Gobierno ha esquivado públicamente la polémica en las últimas horas. Pedro Sánchez acudió este miércoles a la sesión de control en el Congreso en una jornada marcada por el 8-M y las movilizaciones del Día de la Mujer. Ante la andanada del PP que ha puesto en duda su feminismo por el 'sólo sí es sí' que ha beneficiado ya a más de 700 agresores sexuales, la ley trans o el caso Mediador -la trama corrupta que salpica al PSOE- Sánchez ha contraatacado con la corrupción de los populares y ha recurrido a la foto que Alberto Núñez Feijóo se hizo en los años 90 en un yate con el narco gallego Marcial Dorado.
El presidente comenzó la jornada en los pasillos del Congreso haciéndose un selfie con 10 ministros y ministras socialistas -no había ninguno de Podemos- y reivindicó los avances en igualdad emprendidos por su Gobierno "pese al ruido". Las tiranteces siguen latentes y los gestos se miden al milímetro. Por primera vez en varios años Sánchez no ha asistido al acto institucional organizado tradicionalmente por el Ministerio de Igualdad con motivo del 8-M. Un acto donde Irene Montero fue increpada por un grupo de feministas que le preguntaron qué es para ella ser una mujer.
El jefe del Ejecutivo ha defendido recientemente en varias ocasiones la continuidad de la coalición aunque las especulaciones se han desatado en las últimas horas por la virulencia de la confrontación. El malestar en las filas socialistas por las acusaciones de Podemos no se oculta, pero dos de los ministros del PSOE que marcan la línea política han despejado dudas. "No tengo ninguna duda de que el clima mejorará y estoy absolutamente convencido de que hay Gobierno para rato", ha proclamado Félix Bolaños.
La ministra de Hacienda y número dos del PSOE, María Jesús Montero, se ha quejado de que algunas expresiones de Podemos están "fuera de tono" aunque ha subrayado que no habrá ruptura porque a la coalición le queda camino por recorrer e iniciativas que aprobar en el año que queda por delante hasta las generales. Ha insistido en la idea de que es más lo que une a los socios que lo que les separa y que la hoja de ruta para avanzar y revertir los recortes del PP se mantiene: "Tenemos mucho que seguir cosiendo y por tanto vamos a seguir de la mano".
Esa voluntad de coser y de que las aguas vuelvan a su cauce no es tan explícita en Podemos aunque la ministra Irene Montero también destaca que "lo que está en riesgo no es el Gobierno de coalición sino los derechos de las mujeres". A partir de ahí sostiene punto por punto el argumentario de los morados contra el PSOE. La "mala noticia" que supone la alianza de los socialistas con el PP para volver al marco que propició la sentencia de La Manada, un Código Penal basado en la "violencia e intimidación". En Igualdad denuncian que su socio no ha querido sentarse en las últimas semanas, que conocía sus propuestas y que las rechazó porque subían las penas.
La otra ministra de Podemos, Ione Belarra, también ha reivindicado que ahora más que nunca es necesaria su presencia en el Gobierno, pero pone el foco en la gravedad de que el PSOE sumase sus votos a los del PP para aplicar una "involución de derechos de las mujeres" por primera vez en esta legislatura. La titular de Derechos Sociales pide al sector socialista del Gobierno que rectifique y explique por qué ha roto la mayoría feminista de la Cámara.
Otros dirigentes como Pablo Echenique han mantenido el tono duro. Envió un vídeo de la votación del martes donde la bancada del PSOE no aplaudió tras aprobarse la toma en consideración de su proposición de ley para preguntar a los socialistas si eso significa que está avergonzados. Un mensaje prácticamente calcado al de Pablo Iglesias.
Todo el espacio confederal de Unidas Podemos votó en contra de la iniciativa socialista, pero los diferentes matices se aprecian en las palabras de cada sector. La vicepresidenta Yolanda Díaz ha insistido en que nunca se debería haber llegado hasta esta situación y ha reclamado a "todo el mundo responsabilidad". En un tono conciliador, el presidente del grupo parlamentario Jaume Asens, ha abogado por "confrontar menos y trabajar más". Es de los pocos que cree que todavía es posible un acuerdo durante la fase de tramitación parlamentaria.