La Justicia tiene cara de mujer, pero la paridad en la cúpula sigue lejos
En las últimas promociones que llegan, las mujeres doblan con creces a sus compañeros
Las mujeres suponen el 56% de la carrera judicial, pero sólo un 22% en el Supremo
En la Fiscalía ostentan el 48% de los cargos directivos
Los tiempos en los que la ahora magistrada del Tribunal Constitucional, Mª Luisa Segoviano acudió a un curso donde no había servicios para mujeres, porque no estaba previsto que asistieran, han quedado muy lejos. Ahora, en España hay una ministra de Justicia, Pilar Llop, que es la segunda que ocupa el cargo tras Dolores Delgado. Pero más allá de eso, las juezas son, sin duda mayoría. La tendencia va en en aumento y la prueba son las nuevas promociones de jueces y juezas, donde las mujeres son más del doble que los hombres. Pero... eso sí, al hablar de la cúpula, los datos se invierten. Hubo que esperar al Siglo XXI para que una mujer entrara en el Tribunal Supremo. Fue Milagros Calvo, que aterrizó allí en 2002. 21 después, las mujeres siguen representando poco más del 20% del Supremo, aunque en global de la judicatura suponen un 56%. Lo dicen los datos a 1 de enero de 2022, los últimos de los que se de dispone.
La mayoría femenina se repite en la carrera fiscal, pero ahí la cúpula está mucho más repartida. Actualmente, hay 2.704 fiscales en España, y de ellos, el 77% son mujeres. En los cargos directivos, los hombres siguen siendo más, pero por poco: el 52% de los cargos directivos de la Fiscalía están ostentados por hombres, frente al 48% de las mujeres. Además, el ascenso ha sido rápido en los últimos tiempos. Desde 2019, el porcentaje de mujeres en cargos de jefatura ha subido 10 puntos.
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En el Tribunal Constitucional, que no forma parte del Poder Judicial y donde no todos sus miembros son jueces y juezas de carrera, ahora mismo encontramos a cuatro mujeres frente a siete hombres. El que está a las puertas de la paridad es el bloqueado Consejo General del Poder Judicial, con nueve vocales mujeres y once hombres.
El Supremo, asignatura pendiente
Es cierto que el Tribunal Supremo no ha realizado nombramientos desde marzo de 2021, cuando se aprobó la reforma legal que vetaba al CGPJ en funciones para sustituir las vacantes. Desde entonces, se han ido jubilando algunos de sus miembros, y todavía no se conoce el efecto que el veto ha producido en los porcentajes durante 2022, aunque todo apunta a que se mantendrán más o menos cerca.
El 1 de enero de 2022, de los 68 asientos del Supremo, sólo 15 estaban ocupados por mujeres. Tras las jubilaciones, hay 13 mujeres en salas jurisdiccionales que se reparten así:
- Sala I, de lo Civil: sólo una mujer, María de los Ángeles Parra, forma parte del equipo de 9 jueces de la Sala.
- Sala II, de lo Penal: entre sus 16 integrantes, encontramos a tres mujeres:
- Ana Ferrer, Susana Polo y Carmen Lamela
- La Sala III, de lo Contencioso Administrativo: es la más nutrida, con 24 magistrados y magistradas, aunque también una de las que más vacantes tiene sin cubrir. También es la que tiene un número más elevado de mujeres en cifras redondas: cinco mujeres, que en realidad suponen un 20%.
- Esperanza Córdoba, Isabel Perelló, Celsa Pico, Pilar Teso y Ángeles Huet.
- Sala IV, de lo Social: es la única presidida por una mujer Mª Rosa Virolés. Accedió a la presidencia tras la jubilación de Mª Luisa Segoviano. Pero el julio le tocará a ella jubilarse, así que habrá una mujer menos en el Supremo. A día de hoy, tres magistradas comparten esta Sala con cinco jueces varones.
- Mª Rosa Virolés, María Luz García Paredes, Concepción Rosario Ureste.
- Sala V, de lo Militar: solo tiene seis componentes y sólo una es mujer, además, la primera en acceder a esa jurisdicción.
- Clara Martínez de Careaga.
Si ampliamos el foco y añadimos el resto de órganos centrales, que incluyen por ejemplo, el juzgado central de Menores o la Audiencia Nacional, nos encontramos con que estos tribunales suman a 49 mujeres frente a 106 hombres. Ellas ocupan el 31% de los puestos. Una cifra más paritaria que la del Tribunal Supremo, pero que no se corresponde con la realidad de la judicatura, donde las mujeres son mayoría.
Fuentes del Consejo General del Poder Judicial apuntan que, por un lado, es una cuestión de tiempo, pero señalan que además, las mujeres que se presentan como candidatas a este tipo de puestos son minoría, lo que demuestra que muchas de ellas siguen asumiendo la carga del trabajo en casa que les dificulta el ascenso en la carrera profesional, al menos al llegar a los escalafones más altos.
Y eso, pese a que la recomendación de la Comisión de Igualdad del CGPJ que, en igualdad exacta de condiciones y méritos, propone que se elija a candidatas frente a candidatos.
Las últimas promociones: ellas empujan fuerte
El 30 de enero recibía sus despachos la última promoción de jueces y juezas, y no es que ellas fueran mayoría, es que eran más del doble que sus compañeros. 125 mujeres y 46 hombres se incorporaban en prácticas a los juzgados, afianzando esa clara tendencia femenina al alza en la judicatura.
El año anterior, más de lo mismo: de 188, 134 eran mujeres y 54 eran hombres. El año anterior, el 2020 marcado por la pandemia, también, había casi empate: 33 eran juezas y 29 eran jueces.
La Fiscalía, más paritaria en los cargos directivos
En la Fiscalía la cosa cambia. Para empezar, ya ha tenido cuatro mujeres al frente desde 2015. La primera fue Consuelo Madrigal, la siguiente Mª José Segarra y la siguiente Dolores Delgado.
En los datos dados a conocer este lunes, también se aprecia una mayor paridad: las mujeres fiscales de Sala, jefas Superiores, Provinciales o jefas de Área son 59, el 48% de los 124 que ocupan jefaturas.
El Ministerio Público hace hincapié en la evolución de esos cargos de dirección, que ha crecido diez puntos en los últimos tres años. Del 38% en 2019, al 48% actual. Si nos vamos más atrás, el crecimiento desde 2015, supone un 18%.
En cuanto a la cifra global, las mujeres han llegado a suponer un 65% del total de 1.769 fiscales que hay en España.
La mayoría femenina más brumadora es en las en las jefaturas de Área, un destino generalmente de gestión compleja, es donde el porcentaje de mujeres es claramente superior al de los hombres: 63 % frente al 37 %.