No todo fueron días de vino y rosas entre los presuntos integrantes de la trama mediador. Según sus propias palabras, hubo cenas, risas, cocaína y viagra. Pero también peleas, discusiones y tiranteces a causa del dinero cobrado a empresarios y sobre todo, la falta de resultados. Según los informes de la Policía Nacional, encargada de la investigación del caso, la amenaza de dos empresarios de denunciar los pagos ante Hacienda y los tribunales supuso la ruptura en los negocios entre el intermediario Antonio Navarro y el exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo, apodado en las escuchas como "Tito Berni". Antes y durante sus años de acuerdo, el diputado llegó a pasar en sus mensajes 19 veces el número de distintas cuentas, tanto suyas personales como de la asociación que presidía, para que el intermediario le hiciera llegar presuntamente los ingresos.
Así, el 15 de marzo de 2021 es un empresario propietario de una empresa de drones quien escribe al intermediario tras ver que sus pagos no han surtido en efecto deseado: "Bueno Antonio, hoy a pasado lo de siempre, el asesor me pide la factura y no puedo contarle mentiras, así que va a notificar que enviamos dinero a esas cuentas y no recibimos facturas, yo no voy a tener problemas con Hacienda, y respecto al negocio de Canarias veo que no hay nada, voy a hablar con Juan Bernardo y que cancele la sociedad, que cobre lo que ha hecho y me devuelva el resto del dinero."
En esta conversación, el empresario hace referencia a que se puso en manos de la gestoría controlada por el exdiputado para abrir una empresa en Canarias y comenzar a recibir contratos. Sin embargo, el volumen de negocio nunca llegó. La situación se comenzó a tensar y en las conversaciones obrantes en la causa, el diputado mantiene que nunca cobró dinero alguno al empresario. El 19 de abril, un mes después, el intermediario recibe un nuevo mensaje: “Buenos días, ya confirmadas las sospechas de que todo ha sido un engaño por tu parte, el abogado va a iniciar acciones legales para solicitar la devolución a todos los titulares de los importes transferidos". Los informes de la Policía Nacional explican que los agentes tienen “constancia” de que el empresario llamó directamente después al diputado “para contarle su disgusto con la organización y exigir la devolución del dinero”.
Ese mismo verano, otro empresario ganadero descubre que ha pagado según el sumario 74.000 para rebajar una sanción administrativa pero que tampoco tendrá el resultado esperando. “Me has engañado”. “Tengo que devolver todo”.
El 24 de agosto de 2021 es otro empresario quesero local quien amenaza con desvelar los pagos ante el Gobierno canario ante la falta de resultados. A juicio de los investigadores, el texto que envía al intermediario “no necesita mayor aclaración: “Buenos días, tal y como estás pasando de mi, recuerda que el director general fue el que te trajo a mi casa, sigo esperando respuesta. En septiembre me reúno con la consejera general de ganadería a la que le contaré el problema, porque recuerda que se han llevado tú y tu socio 6.000€ míos para tramitarme una licencia. Espero no tener que llegar a tener problema”. Es a este empresario al que el intermediario le dice que tiene que crear una empresa pequeña para que a los “políticos locales” les llegue “su bocata de calamares o lo que tengan que recibir”.
A juicio de los investigadores, “Estas dos amenazas de denuncia consiguen impresionar al Diputado y provocan el cese de su relación con Marcos Antonio Navarro, suponiendo el comienzo del desmoronamiento de la organización criminal tal como la conocemos hasta ahora”.
El sumario del caso refleja las tensiones que esta amenaza de denuncia provocó entre el intermediario y el entonces diputado nacional. “Vete buscando abogado. No me llames ahora”, decía Fuentes Curbelo. “¿Por qué, qué pasa?”, contestaba el intermediario. “Porque se te viene encima una gorda y has metido a mucha gente. Pronto lo entenderás pero contrata un abogado. Va por lo penal". En otra de las conversaciones, era el intermediario el que lanzaba la piedra: "Yo no quiero ninguna guerra. A mi las guerras no me gustan [...] Juambe, aquí el Navarro loco lo tiene todo guardadito”.