Cuando se acaba de rebasar el ecuador de los cien días hasta las elecciones clave autonómicas y municipales del 28 de mayo, los populares examinan con lupa todas las encuestas propias y ajenas que caen en sus manos. Ayer dedicaron buena parte de la reunión de la cúpula del partido a estudiar los trasvases de voto como atestigua la fotografía que encabeza esta información y tomada por los propios servicios de prensa del partido Popular.
En ella se ve al número tres del PP, Elías Bendodo, frente a una pantalla gigante diseccionando datos de tres encuestadoras privadas y del CIS de febrero bajo el epígrafe ‘¿Dónde irían hoy los votos del PSOE?’ y ante la atenta mirada de su jefe, Alberto Núñez Feijóo, y del resto de la dirección nacional.
La respuesta de Génova a esa pregunta es que hay un trasvase del entre 11% y 12% de votantes de Pedro Sánchez -alrededor de 800.000 papeletas- que ahora elegirían a Feijóo. También han detectado una fuerte bolsa de abstención del 19% en las filas socialistas y es ahí por donde se han propuesto crecer. En el caso de Vox la transferencia es aún mayor con una horquilla de entre 15% y 16. La dirección nacional no ha traducido esos porcentajes a número de escaños pero hablan de en torno a los 140 aunque no se dan por satisfechos. “Debemos crecer más sobre todo por el centro izquierda”, reconoce NIUS un destacado miembro de la dirección.
“Son datos con los que no nos conformamos y que aspiramos a seguir ensanchando. No sólo agregando votantes del PSOE y de Vox. Queremos seguir agregando votantes que no han votado a ningún partido pero que comparten con nosotros la necesidad de cambio en España”, aseguraba ayer en rueda de prensa el portavoz de campaña Borja Sémper fijando así el objetivo marcado para los próximos meses.
Ese es el escenario con el que trabajan en la sala de máquinas del PP. En Génova han detectado que hay una masa de votantes moderados socialdemócratas que en 2011 votó a Rajoy, que en 2015 le castigó quitándole entre 50 y 60 escaños para marcharse en buena parte a Ciudadanos y que en 2019 engrosaron la cuenta de Pedro Sánchez.
“Es gente que no vota a un mismo partido siempre y que es capaz de transferir voto de una formación a otra. Ahora con Feijóo hemos conseguido romper esa dinámica de bloques. Hay más gente dispuesta a votar al PP”, aseguran desde el entorno de Feijóo que cifra en 5 puntos por encima el electorado que ahora se pasaría al bloque de derechas y que apuntalaría una hipotética victoria de Feijóo en las elecciones generales de finales de año. “Es una barbaridad”, presumen.
Los populares se han propuesto a amarrar a ese votante socialdemócrata moderado que abandona a Sánchez porque considera que “el podemismo está ganando fuerza dentro del Gobierno con la ley Trans, la ley del ‘sólo sí es sí’ o en el discurso económico con la complacencia del presidente del Gobierno”, explican esas mismas fuentes consultadas por NIUS.
¿Cómo lo van a hacer? Sumando a su tradicional discurso de gestión y económico la decisión estratégica de intentar arrebatar al PSOE la bandera del feminismo o de los derechos sociales para ampliar su base electoral por la izquierda.
Eso a base de “evolucionar” las posturas tradicionales del PP en torno a cuestiones tan sensibles como el aborto al aceptar la ley de plazos de Zapatero o comprometiéndose a presentar una nueva ley Trans en los cien primeros días de Gobierno de Feijóo, si es que llega a La Moncloa.
“Al comprometernos a hacer caer esta ley Trans, eso nos permite ofrecer un mensaje con aceptación en ambos espectros ideológicos. En una izquierda sensata que entiende la sensibilidad ‘trans’ pero no puede entender la autodeterminación de género o meter bloqueadores hormonales a niños de 12 años, y en una derecha que espera que los desmanes de Podemos tenga una corrección en el Gobierno siguiente”, explican.
La pregunta es si con esos movimientos no espantarán a sus votantes más conservadores y ultracatólicos. En Génova esperan que no. Están convencido de que ese electorado “busca certezas” y percibe a Feijóo como la única alternativa capaz de desbancar a Sánchez de La Moncloa. Tampoco ayuda la “moción de censura fake”, los líos con Macarena Olona y la incapacidad de los de Abascal para marcar la agenda, añaden desde el entorno del líder popular.