El PSOE se aferra a la bandera de la sanidad pública tras la masiva manifestación de este domingo en Madrid para rebajar la tensión dentro del Gobierno de coalición y desviar el foco de la crisis con Podemos por la reforma de la ley del 'sólo sí es sí'. Fue el tema central de la reunión de la Ejecutiva socialista de este lunes presidida por Pedro Sánchez y va a ser una de las claves en la estrategia socialista en este periodo preelectoral. Varias encuestas ya sitúan la sanidad como el principal problema en la Comunidad de Madrid.
En Ferraz saben que las fuertes discrepancias entre los dos socios del Ejecutivo por el paso en solitario dado por el PSOE para corregir la ley estrella de Irene Montero les está desgastando y es urgente atajar el ruido interno y acabar con la imagen de conflicto permanente. La defensa de la sanidad pública le sirve a Sánchez para sacar pecho de que su Gobierno es el que más ha invertido y para volver a contrastar su modelo con el del PP, especialmente con el de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Los socialistas tratan de situar el debate en los asuntos sociales -han firmado un documento de compromiso con la sanidad pública frente a los que entienden la "enfermedad como un negocio"- mientras tratan de reconducir la situación con sus socios de Podemos. Eso sí, no ocultan su malestar por las duras críticas que les lanzan un día sí y otro también dirigentes de la formación y por cómo están gestionando los morados esta crisis. "Nosotros sí vamos a cuidar el Gobierno de coalición", proclamó la ministra de Hacienda y número dos del PSOE, María Jesús Montero.
La vicesecretaria general no quiso añadir más leña al fuego pero dejó claro que algunos comentarios que les lanzan desde Podemos son "ofensivos". En el PSOE dicen que ellos van a evitar ese tipo de declaraciones que no contribuyen a preservar la salud de la coalición y apuestan por la discreción en las negociaciones. A los socialistas les molestan palabras de la líder de Podemos, Ione Belarra, acusándoles de ser una fuerza conservadora a la que le cuesta emprender avances o que les tiemblan las piernas ante las presiones de la derecha. Una de las frases que más ha irritado en el PSOE es la que dijo Irene Montero de que el socio mayoritario del Gobierno quería volver al Código Penal de La Manada.
Pedro Sánchez, según la número dos del PSOE, quiso templar el debate y no dirigió ningún reproche a Podemos. "El presidente no reprocha, actúa", enfatizó María Jesús Montero, en alusión a la determinación del presidente del Gobierno en reformar de forma urgente la ley que ha provocado ya más de 500 rebajas de condenas a agresores sexuales y varias excarcelaciones.
Fuentes socialistas sostienen que Podemos se está equivocando si cree que remarcar las diferencias con el PSOE de esa forma les beneficia. Cuestionan además que alguien pueda tacharles de no ser una fuerza progresista porque no es creíble. En Ferraz dicen entender que a Podemos les cueste corregir una ley impulsada por el Ministerio de Igualdad y consideran que el resultado final va a depender del debate interno que mantienen dentro de ese espacio.
La ministra Irene Montero reclamó este lunes la necesidad de reunirse de forma inmediata con el PSOE para negociar la reforma. "Estamos en contacto, creemos que hay que sentarse cuanto antes y alcanzar un acuerdo cuanto antes para dar una respuesta unitaria e integral como Gobierno", dijo la titular de Igualdad que cree que hay posibilidades para el acuerdo si hay consenso en mantener el consentimiento en el centro y no volver al esquema de penas anteriores. Montero exige "soluciones técnicas rigurosas" para solucionar diferencias "profundamente políticas".
En el PSOE no concretan y defienden que se ha estado negociando todo este tiempo, pero que ellos ni están en la pelea por el relato, ni retransmiten las propuestas que hacen, ni las reuniones que piden ni los mensajes que intercambian. "Estamos en las soluciones", proclaman en Ferraz que también avisan de que "la solución no se puede eternizar hasta el siglo que viene". La ministra de Hacienda admitió que en la fase de negociación con Podemos antes de la presentación de la proposición el debate ya era circular porque era imposible avanzar ante el enrocamiento de las posiciones. "Cuando entras ahí tienes que actuar".
En cualquier caso, la intención del PSOE es que la negociación se centre ahora en el Congreso para dar cabida a otros grupos parlamentarios, aislar ese conflicto y centrarse en la sanidad, un asunto que le permite confrontar con el PP. Los socialistas han arremetido contra el progresivo deterioro de lo público que practican los gobiernos populares para provocar su debilitamiento y trasladar la sensación de que no funcionan. Sostiene que su objetivo siempre ha sido la privatización.
Se erigen como la garantía de un sistema "público, universal, gratuito y de calidad" y exhiben una retahíla de datos. Desde un aumento del 145% de presupuesto en Sanidad desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno hasta las medidas del Ejecutivo en favor de los profesionales sanitarios con nuevas plazas MIR, la digitalización o los programas de salud bucodental y mental. "Nunca jamás hubo tantos recursos para las comunidades autónomas desde que gobierna Pedro Sánchez", presumen.
Enfrente sitúan al PP y sus recortes sanitarios. Ponen en el objetivo a Isabel Díaz Ayuso a la que acusan de ser la presidenta de la Comunidad Autónoma que está a la cola de la inversión sanitaria por habitante y donde más proliferan los seguros privados, uno de cada tres madrileños lo tiene contratado. En el PSOE afean a la dirigente del PP aprovechar las palabras de dolor de la familia de Carlos Saura para hacer "propaganda" que implica "desapego" a lo público.
Los miles de ciudadanos que salieron a la calles de Madrid este domingo en defensa de la sanidad pública escenifican para el PSOE la denuncia de una política de deterioro. Piden a Ayuso escuchar el clamor de la calle, ponerse manos a la obra y dialogar con los profesionales porque "no hay mayor sordo que el que no quiere oír".