En menos de un año el Gobierno ha pasado de asegurar que solo se mandaría "material defensivo" a Ucrania, a debatir sobre el envío de tanques a la guerra. De hablar de remesas de "chalecos y cascos" de protección, a explicar cuántos Leopard se pueden ceder.
Son casi 365 días en los que Pedro Sánchez ha ido de menos a más en su implicación militar en el conflicto ucraniano. Aquel candidato que en 2014 aseguraba que "sobraba" el Ministerio de Defensa y que nada más conocerse la invasión rusa reaccionó con pies de plomo para no soliviantar a sus socios de Unidas Podemos, ha terminado declarando sin ambages-, cumbre de la OTAN mediante-, que España " va a coordinarse con el resto de aliados" para mandar los Leopard, los tanques que Zelenski lleva meses reclamando.
Putin invadió Ucrania el 24 de febrero. La posición española fue cerrar filas con la UE y la OTAN. Un perfil bajo que implicaba el envío de material "humanitario y defensivo" y "no de armas letales", en palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles. La primera partida salió el 1 de marzo de la base militar de Torrejón en Madrid. 20.000 kilos de mascarillas, guantes, cascos, trajes NBQ y chalecos antifragmentos volaron rumbo a Kiev.
Un día después, el 2 de marzo, el presidente Pedro Sánchez anuncia en el Congreso que España enviará armas a Ucrania. Lo llama "material ofensivo". Unidas Podemos se enfada. Las ministras moradas lo escenifican quedándose sentadas mientras las filas socialistas aplauden. "Contribuir a la escalada bélica no va a resolver antes el conflicto", explicó entonces la ministra Belarra . Solo Yolanda Díaz respalda al presidente. Sánchez habla de la necesidad de la resistencia ucraniana de defenderse. Los morados se sienten engañados. Se había acordado mandar armas a través del mecanismo europeo. La crisis en el seno del gobierno de coalición arrecia.
España manda a Kiev 1.370 lanzagranadas contracarros C-90, 700.000 cartuchos de ametralladoras y ametralladoras ligeras. Es el primero de los muchos envíos que realizará nuestro país a Ucrania a lo largo de 2022. En el siguiente envío diez días después, Defensa y Exteriores optan por la discreción. Aseguran que es en "aras de la seguridad" pero a nadie se le escapa que no quieren enfadar a sus socios.
El giro militar de Sánchez estaba respaldado por las encuestas. El CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) de marzo de 2022 aseguraba que el 71% de los españoles están de acuerdo con mandar armas a Ucrania
Mientras el Gobierno seguía enviando material bélico con sigilo y sin publicidad. El Instituto Kiel, una organización alemana que cuantifica el gasto militar, alertaba de la opacidad del gobierno español en este asunto y cifraba en 1.500 toneladas y unos 100 millones de euros (0, 1 billones) la ayuda militar española a Ucrania en 2022. España ocupa el puesto 20 en el ránking de 32 países donantes.
A finales de abril, mientras Podemos celebraba en Madrid la Conferencia Europea por la Paz y pedía una "movilización masiva" contra la guerra; el presidente Pedro Sánchez viajaba a Kiev para reunirse con Zelenski y anunciaba allí la mayor ayuda militar española a Ucrania. 200 toneladas de armas, munición y 30 camiones y 20 vehículos blindados que llegaron hasta Polonia en el buque Ysabel . El envío se valoró en 21 millones de euros.
El encuentro supone un salto cualitativo y cuantitativo en la ayuda militar española. Zelenski ya le pidió entonces a Sánchez los 53 tanques Leopard en desuso, así como cazas F-18 a punto de jubilar. La petición quedó en el aire y España comprometió 31 millones más en ayuda humanitaria. En el mes de junio se envía una batería antimisiles Aspide.
Junio resulta ser un mes complejo para el gobierno de coalición. La cumbre de la OTAN se celebra en Madrid. La Alianza exige a sus miembros aumentar el gasto en Defensa hasta el 2% del PIB ( el de España no supera el 1%). Los morados lo rechazan. "Con balas no se come, con bombas no se cura y con tanques no se apagan incendios", espetó Belarra pocos días antes de comenzar la cumbre.
Ningún ministro de Podemos acude a los actos de esa cita internacional. Moncloa pacta perfil bajo con los morados. No quiere ruidos. La cumbre es todo un éxito. La OTAN fija en Madrid su nuevo Concepto Estratégico. España oficializa que duplicará su gasto militar hasta los 26.000 millones de euros en 2029 y consigue que le tomen como un "socio serio y fiable".
En julio se aprueba un crédito de mil millones de euros para Defensa que disgusta al sector de Unidas Podemos y también a Yolanda Díaz que pide la convocatoria "urgente" de la mesa de seguimiento del pacto de coalición.
En verano se ralentizan los envíos de material a Ucrania. A la vuelta de vacaciones Sánchez tiene que sacar adelante los presupuestos generales del Estado, que llevan un aumento del 25% del gasto en Defensa. El choque con los morados es inevitable. Acusan al PSOE de deslealtad por ocultarles el dato. Podemos se la envaina cuando Sánchez les asegura que el incremento no afectará al gasto social.
Salvado el escollo de los presupuestos, y tras las quejas de Ucrania de que la munición enviada "solo ha dado para dos horas de combate", España reanuda sus envíos con material pesado. Cuatro lanzaderas HAWK, unas baterías aéreas antimisiles de origen estadounidense que tienen más de 50 años, pero que han sido actualizadas y pueden ser empleadas hasta 2030.
A las que sumó la batería antimisiles Aspide y el sistema Spada 2000, (batería de misiles de corto alcance). Además de 70.000 uniformes de invierno y la formación de medio millar de militares ucranianos en Toledo. Además de grupos electrógenos de cara al invierno.
El envío de los tanques Leopard reclamados por Zelenski ha sido el último roce entre los socios de Gobierno. Podemos rechaza la medida porque "aumenta la escalada bélica" y Moncloa adelanta que serán los 2A4, los viejos tanques que hibernan en Zaragoza, los que se manden al frente. El número aún es una incógnita. El envío, previa puesta a punto, será "en primavera". En plena efervescencia electoral en España.
La decisión del envío de los tanques no pasará por el Congreso. Se evita así que los socios de Gobierno retraten una vez más su discrepancia en tema militar en pleno año electoral.
Pero mientras dure la guerra, los roces seguirán. Cuando se cierre el capítulo tanques comenzará el de los aviones. Zelenski pide cazas. España por ahora no se ha pronunciado, pero tenemos el mayor despliegue aéreo español en las fronteras con Rusia. Más de un millar de efectivos están distribuidos en misiones OTAN en Letonia, Lituania y Bulgaria. 14 cazas españoles, entre F-18 y Eurofighter han patrullado los cielos del Báltico.