La historia se repite. La guerra de Ucrania aflora de nuevo las diferencias en el seno del Gobierno de coalición, entre PSOE y Podemos, por el envío de tanques a ese país para hacer frente a la ofensiva rusa. El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, lleva meses reclamando esos carros de combate para reforzar la capacidad de sus tropas. El giro de Alemania -que trasladará a la zona 14 tanques Leopard 2- ha provocado el movimiento de Pedro Sánchez. España se suma al plan europeo para entregar ese armamento pesado. "Nosotros por supuesto estaremos con nuestros socios de la OTAN y de la UE porque la unidad es lo que da fortaleza a la respuesta", dijo el ministro Félix Bolaños. "No se entendería que estuviéramos en otro lugar", añadió.
A partir de ahí no hay detalles concretos a la espera de coordinarse con los aliados para saber las necesidades exactas de Ucrania, pero Podemos ya se ha desmarcado de la decisión como pasó en marzo de 2022 cuando el presidente del Gobierno anunció el envío directo de "material ofensivo" a la resistencia ucraniana. Eso sí, en esta ocasión el ruido es menor y el tono de las declaraciones ha bajado varios decibelios. Las dos partes del Ejecutivo tienen asumido que en la política de Defensa sus posturas son distantes y que la última palabra la tiene Sánchez.
En aquel momento se habló de crisis profunda, tensión máxima y de un Gobierno roto en dos. Ahora la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha dejado claro que no comparte ese envío porque aumentará la "escalada bélica" y podría tener una respuesta "imprevisible y muy peligrosa" por parte de Rusia.
Para Belarra "la paz nacerá negociando y desescalando y es ahí donde deberíamos encontrar a España". En la misma línea otras voces en Podemos han alertado de que la solución no puede pasar por "tanques y más tanques" y por seguir a pies juntillas el "furor bélico" de la OTAN. Pablo Echenique ha puesto el foco en la ministra de Defensa, Margarita Robles, recordando que hace seis meses dijo que el envío de los Leopard almacenados en Zaragoza era inviable porque estaban en una situación "absolutamente lamentable".
El envío de armas también generó un choque interno en Podemos. Frente al enfado de Belarra, Echenique o Irene Montero, la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz se puso al lado del presidente del Gobierno. Poco después llegó otro encontronazo por el aumento del 25% del gasto en Defensa en los presupuestos generales del Estado. Los morados se quejaron de que el PSOE les ocultó la información y habló de vergüenza y deslealtad. Al final tragaron porque la parte socialista se comprometió a que ese incremento no iba a afectar al gasto social.
En cualquier caso el Gobierno está decidido a cumplir con sus compromisos internacionales y a coordinarse con la UE para el envío de esos tanques, el adiestramiento de las tripulaciones y el mantenimiento. El Ministerio de Defensa, en contacto con el grupo de coordinación creado por los países aliados, determinará cuáles son las necesidades de Ucrania y las capacidades de España.
Hasta ese momento no se podrán precisar las unidades que se pueden trasladar a ese país y cómo será el operativo. Lo que si ha recordado Margarita Robles es que la inmensa mayoría de Leopard que hay en nuestro país necesita una puesta a punto en el denominado cuarto escalón. Algunos, ha admitido la ministra en más de una ocasión, se encuentran en un estado lamentable y no se podrán mandar.
La coordinación con los aliados es el mantra del Gobierno. Ya lo esgrimió el presidente Sánchez en el Congreso cuando se filtró que Alemania cedía a la presión. "Vamos a mantener la unidad y vamos a coordinarnos con el resto de aliados y sobre todo Europa", dijo Sánchez el martes. Recordó la aportación española al ejército ucraniano: 400 toneladas de munición, 20 toneladas de equipos de protección sanitarios, como cascos, chalecos, mascarillas y guantes, 77.000 uniformes invernales y programas de entrenamiento básico y especializado para soldados.
Bolaños se pregunta si Putin se hubiera conformado con invadir solo Ucrania si no hubiese recibido una respuesta tan contundente y unitaria de la Unión Europea y de la OTAN. "Nuestra libertad y nuestra seguridad está también en juego en Ucrania".
Fue el ministro de la Presidencia el que descartó que la donación de armamento pesado necesite la autorización previa del Congreso de los Diputados. No se trata de una nueva misión de las Fuerzas Armadas Españolas en el exterior. Moncloa argumenta que la decisión se enmarca en el paraguas de la OTAN y es ampliamente apoyada por el país y por la Cámara. España lleva ya once meses enviando material a Ucrania.
Han sido precisamente dos de los principales aliados de Sánchez, ERC y Bildu, los que además de oponerse a la medida han exigido que una iniciativa tan "trascendental" y de ese calado se someta a una votación en la Cámara. Ellos ya avanzan que si así fuera votarían que no, el PNV en cambio la apoya.
El PP también está a favor del envío. Su número dos Cuca Gamarra ya se lo reclamó a Sánchez en el pleno del Congreso y ahora exige que el presidente del Gobierno informe de sus planes a Alberto Núñez Feijóo como líder de la oposición para que la defensa sea una "política de Estado". Los populares piden que la ministra Robles explique en sede parlamentaria los detalles a los diferentes grupos parlamentarios. Quieren conocer la letra pequeña.