Los líderes del procés, tanto los condenados como los fugados, estaban pendientes de este jueves, porque era el día de la entrada en vigor de la derogación del delito de sedición y la rebaja de la malversación sin ánimo de lucro. El juez Llarena y el tribunal del juicio del procés ya han dado sus primeros pasos y se empiezan a aclarar algunas situaciones.
En el caso de Puigdemont, ya no se le persigue por sedición, pero sí por malversación y desobediencia; en el caso de Marta Rovira y Clara Ponsatí, sólo por desobediencia; los condenados como Junqueras, tendrán que esperar unos días, porque lo suyo lleva otro proceso y está en manos del tribunal que los condenó.
Lo que ha hecho Llarena es interpretar la aplicación de los nuevos delitos a los procesados que no han sido juzgados. En el caso del tribunal presidido por Manuel Marchena, tendrá que responder a las alegaciones de las partes, y las defensas ya han adelantado que van a pedir la absolución, porque según las tesis de esos abogados, al desaparecer el delito de sedición, desaparece el de malversación, que se cometió para hacer posible el primero. Es decir, que era instrumental. En cualquier caso, están por ver esos escritos y también los de la Fiscalía y la acusación popular de Vox. Y por último la respuesta del tribunal. Así queda la situación de fugados y condenados:
Carles Puigdemont ya no se enfrenta a un delito de sedición, porque no existe ya y el juez considera que no se le puede perseguir por el delito de desórdenes públicos agravados, que tampoco existía cuando se cometieron los hechos.
Sin embargo, sí cree que se le puede perseguir por desobediencia y malversación, aunque lo limita a España. De momento, retira las euroórdenes, que estaban suspendidas y deja una orden nacional de busca y captura nacional por esos dos delitos.
Esperará a que el TJUE se pronuncie sobre las euroórdenes anteriores y diga si procedía la entrega antes de volver a emitirlas, sólo por los delitos de malversación y desobediencia.
Esto se traduce en que si Puigdemont volviera hoy a España podría ser detenido y juzgado por esos dos delitos. El de desobediencia no conlleva penas de cárcel, sólo una multa y una inhabilitación de hasta dos años. Pero el de malversación sí conlleva cárcel. Además, como el magistrado no considera que se pueda aplicar la rebaja implantada por el Gobierno para los casos sin ánimo de lucro (lo entiende como malversación pura), le mantiene el mismo delito por el que fueron condenados Junqueras y el resto del banquillo del procés, que puede suponer hasta 12 años de cárcel y hasta 20 de inhabilitación.
Es el hombre que ha ido de la mano con Puigdemont desde el momento en que se marchó a Bélgica, y ahora sigue yendo de la mano con él.
La situación es idéntica a la del expresident de la Generalitat y si volviera a España, Comín sería detenido por los delitos de malversación y desobediencia.
También como Puigdemont, puede circular libremente por Europa, al menos hasta que el TJUE se pronuncie.
En su caso, se queda como estaba, porque este exconseller no había sido reclamado por sedición, sino por malversación y desobediencia, los dos delitos que mantiene el magistrado que instruye la causa del procés y que no rebaja pese a la reforma.
La secretaria general de ERC se encuentra en Suiza, en Ginebra. Y aunque ya ha afirmado que no contempla un regreso inminente a España, lo cierto es que puede hacerlo cuando quiera sin temor a la prisión.
Ella sólo estaba reclamada por sedición y al desaparecer ese delito, todo se limita a la desobediencia.
Sin embargo, es probable que Marta Rovira prefiera esperar a que el tribunal responda a la petición de absolución que los abogados de ERC van a hacer para sus políticos condenados. Porque si fructificara, ni siquiera tendría que presentarse el Supremo para ser puesta en libertad.
En el caso de Clara Ponsatí, que huyó a Escocia, también queda procesada por desobediencia y nada más. Es decir, que puede volver a España y no entrará en prisión porque el delito de desobediencia no apareja ese tipo de pena.
Por otra parte, los condenados en el juicio del procés tendrán que esperar a que el tribunal responda a las alegaciones de sus abogados. Aún no se sabe si la lectura del tribunal presidido por el juez Marchena va a ser idéntica a la de Llarena o si se va a desmarcar, porque también tendrán que responder a nuevas tesis de las defensas.
Además, hay que tener en cuenta que hubo dos tipos de condena y podría haber distintas resoluciones. En cualquier caso, como fueron indultados, todo se refiere a las inhabilitaciones, que es lo que les queda, o quedaba, por terminar de cumplir. Este mismo jueves, los magistrados les daban ocho días para presentar alegaciones, igual que a la Fiscalía y a la acusación popular de Vox.