Cuando los aspirantes a alcalde o concejal de los pueblos de Madrid y los militantes rasos escucharon anteanoche a Isabel Díaz Ayuso, y a su jefe, Alberto Núñez Feijóo, cargar como una piña contra la moción de censura que impulsa Vox no despertaron el entusiasmo habitual. Acostumbrados a que su lideresa vapulee sin piedad a Pedro Sánchez, sólo se vinieron arriba cuando Ayuso le llamó “tirano”. Génova es muy consciente de que “en la calle hay muchas ganas de darle un bofetón a Sánchez” y que votar en contra sería difícilmente explicable para los suyos. "Eso nos aboca a la abstención", reconoce a NIUS un veterano dirigente popular.
"A nosotros no nos importa que los nuestros consideren que hemos de actuar ya. Es normal. Lo percibimos en la calle pero la estrategia es aguantar y que voten", cuentan desde el entorno de Feijóo mientras admiten que tendrán que hacer mucha pedagogía entre los suyos para explicar que Sánchez y su" política basura" no se acaba con una moción de censura para la que no dan los números. Los populares lo fían todo a una victoria rotunda en las elecciones autonómicas y municipales de mayo para a partir de ahí trazar un punto de no retorno que empuje a Sánchez fuera de La Moncloa.
Antes de que se solivianten sus propias bases o que los votantes de Santiago Abascal a los que aspira a seducir le pongan una cruz, Feijóo se ha ido a una emisora de radio “no enemiga de Vox” para dejar claro que no votarán en contra. “Oponernos no vamos a hacerlo. ‘No’ no vamos a votar”, decía en Es Radio esforzándose en diferenciarse diametralmente de su antecesor Pablo Casado, que hace dos años votó en contra de la primera moción de censura de Vox contra Sánchez dinamitando definitivamente todos los puentes con Abascal.
Traducido: o abstención (lo más probable) incluso si la lidera el líder Abascal o voto a favor. "Lo decidirá la dirección del partido", explicaba después su número dos, Cuca Gamarra. Primero quieren ver cuándo y quién la presenta, quién la lidera y después Feijóo tomará una decisión tras escuchar a su particular sanedrín y lo que le reporte Gamarra, la interlocutora con el resto de grupos parlamentarios.
Los populares ya constataron el lunes de primera mano que más allá de Vox y Ciudadanos, liderar una moción de censura no contaría con el apoyo de los partidos más pequeños de la cámara. "Hicimos una cata con los grupos minoritarios y sólo UPN y Foro estarían dispuestos a apoyar. Entienden que no es el momento", aseguran fuentes de la dirección del PP.
Feijóo insiste una y otra vez en que esta iniciativa es un grave error que sólo sirve para fortalecer al Gobierno y blanquear sus políticas de concesiones a los independentistas. Los populares han hecho cuentas y no están dispuestos a regalar una victoria a un Sánchez que consideran, saldría respaldado con más votos de los que obtuvo en su investidura y que vendería a su favor en Europa.
Eso es lo que le ha explicado personalmente ayer tarde a Abascal después de que este le enviara un mensaje el pasado domingo y que Feijóo contestó anoche.
Los populares esperan que Vox entre en razón y finalmente decidan retirar la censura. "Vamos a intentar que no se presente. Es un error que no va a apoyar nadie y es perder el tiempo", cuenta uno de los dirigentes del partido que mantiene hilo directo con la formación de extrema derecha. "Ellos ya tienen el mensaje de a quién beneficia una moción de censura", insiste esta misma fuente mientras recuerda que los de Abascal ya han amagado dos veces -en noviembre con la sedición y ahora con la malversación- sin que de momento hayan registrado la moción de censura en el Congreso.
En Vox, al menos de momento, no tienen intención alguna de dar ni un paso atrás. Van con todo y barajan el mes que viene, coincidiendo con la cuesta de enero, para registrar la moción de censura contra el presidente del Gobierno.
Oficialmente no han concretado ni la fecha ni el nombre de quién la liderará. Da igual porque ellos siguen sin rebajar un ápice la presión sobre los populares. "Vox va hacer todo para frenar el golpe de Sánchez. Los que no lo hagan no están siendo responsables", machacaba ayer su portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros.
Abascal ha contactado ya con la popular Cayetana Álvarez de Toledo, ferviente partidaria de secundar los planes de Vox. El pasado lunes participó junto a Abascal en el acto de presentación de la plataforma 'Pie en pared' de Marcos de Quinto y Juan Carlos Girauta, que en palabras de sus creadores, busca refutar los mantras de la izquierda española y que no ha gustado nada a la dirección del que todavía es su partido.
Más allá de Álvarez de Toledo, Génova ha conseguido contener las posibles críticas del ala más dura del PP tentada de ir a cuchillo ya contra Pedro Sánchez. El mensaje coordinado con Ayuso contra "el gatillazo" de la moción les ha inmunizado al menos de momento. "Ayuso ha dicho no y todo el partido en Madrid dirá lo mismo que ella", aseguran. Hasta FAES, el 'think tank' de José María Aznar, insiste en que "remedio está en los votos" y no en la moción de censura de Vox. "Ganar las próximas elecciones y desde esa victoria definir y proponer un programa ambicioso de recuperación de las instituciones para el interés general, para esa gran mayoría razonable de ciudadanos que no quieren ser gobernados en la sombra por quienes reventaron la convivencia en Cataluña y lo volverán a hacer si pueden y sin coste", señalaban ayer en su último boletín.