El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido este domingo en Barcelona su política de "conciliación" en Cataluña y su agenda del "reencuentro", y ha afirmado: "Las disputas se resuelven en el terreno de la política y no en los juzgados". Todo ello en mitad de la polémica por la reforma del delito de malversación que habría propuesto ERC.
Con el trasfondo de la reforma del Código Penal, Sánchez se ha manifestado en estos términos en un acto en el Palacio de Congresos de Barcelona que ha congregado a 2.500 simpatizantes, según el PSC, para promocionar la candidatura de Jaume Collboni al ayuntamiento de la capital catalana.
En su intervención, el presidente del Gobierno ha incidido en que sus iniciativas, aunque "arriesgadas", persiguen "apostar por el reencuentro y la concordia" en Cataluña.
"Lo hacemos para garantizar que Cataluña y España nunca más vuelvan a vivir aquellos días tristes de 2017", ha declarado Sánchez, que ha añadido que el PSC y el PSOE decidieron "hace tiempo rescatar a Cataluña del conflicto y devolverla a la convivencia".
La enmienda al Código Penal conocida hoy y diseñada por PSOE y Unidas Podemos reformaría el delito de malversación para limitar la horquilla de su pena hasta un máximo de cuatro años de cárcel en lugar de los seis que prevé actualmente la ley.
"Yo sé que las decisiones que tenemos que tomar son arriesgadas, pero es que no hay otra, no hay otro camino", ha exclamado el jefe del ejecutivo, que ha aseverado que "hoy nadie duda de que Cataluña está mejor que en 2017" y que por ello está "orgulloso del socialismo catalán y español".
Sánchez también ha utilizado el reciente acuerdo entre España, Francia y Portugal con la Unión Europea para fabricar el H2MED, un conducto de hidrógeno que unirá la península ibérica y Barcelona con Marsella, para deslegitimar al proyecto independentista: "Iniciativas como esta demuestran el valor de la unidad. Proyectos que segregan, como el independentismo, son cosa del pasado".