La clase política española celebra este 6 de diciembre el 44 aniversario de la Constitución española en un clima de máxima crispación que tiene su termómetro en el hemiciclo del Congreso. La tensión ha ido en aumento en las últimas semanas con broncas continuas, insultos y palabras ofensivas entre los diputados.
La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha intentado en cada una de sus intervenciones poner orden y apelar al respeto en la sede de la soberanía popular. En su discurso de este martes durante el acto institucional lo volverá a hacer.
El ambiente político caldeado ha sido una constante de la legislatura que se está disparando estos días por la cercanía de las citas electorales de 2023. Batet lleva apelando al diálogo, el respeto y la responsabilidad de los diputados desde 2019. El año pasado, en su intervención, pidió cumplir la Constitución, criticó abiertamente las dinámicas de "enfrentamiento" y subrayó que "el comportamiento y la actuación de los representantes políticos" eran un factor para reforzar la democracia o para deslegitimarla.
Un enfrentamiento que tiene su reflejo en la falta de grandes acuerdos entre los diferentes partidos políticos, en especial entre el Gobierno y el PP. Un año más el CGPJ sigue bloqueado y ya van cuatro con el mandato caducado. La necesidad de marcar perfil propio ante la batalla electoral, también dentro del bloque de la derecha y el de la izquierda, hace casi imposible poder llegar a pactos de Estado en la recta final de la legislatura y a tan solo un año de las elecciones generales.
Este año, -ya sin restricciones sanitarias por la pandemia-, el acto se volverá a celebrar en la escalinata de la Puerta de Los Leones con la presencia del presidente Pedro Sánchez, miembros del Gobierno y representantes de las instituciones del Estado. Por primera vez Alberto Núñez Feijóo acudirá como líder del PP y no como presidente autonómico como en otras ediciones. Los dos coincidirán en la recepción posterior en el Salón de Pasos Perdidos donde se producirán los tradicionales corrillos entre políticos y periodistas.
En esas conversaciones informales analizarán la actualidad política que estos días pasa por la polémica aplicación de la ley del 'solo sí es sí', los pasos que está dando a toda velocidad el Gobierno junto a sus socios para derogar el delito de sedición y la crisis en el Poder Judicial tras la ruptura de las negociaciones para desbloquear el CGPJ y el nombramiento de los dos magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponden al Ejecutivo.
Sánchez y Feijóo compartirán sala tras sus últimos encontronazos en el Senado. El presidente del Gobierno, en un día tan señalado, volverá a reclamar al PP que la Constitución hay que cumplirla del primero al último de los artículos e insistirá en reprocharle que se sitúa fuera de la Carta Magna al negarse a renovar el CGPJ.
La reforma del delito de sedición fue el argumento que utilizó el PP para romper las negociaciones para renovar el órgano de gobierno de los jueces y es ahora mismo el eje fundamental de la ofensiva del principal partido de la oposición contra Sánchez al que acusa de "arrodillarse" y ceder ante sus socios separatistas a cambio de los presupuestos para poder mantenerse en el poder.
Esta semana será clave para saber si en la reforma del Código Penal para finiquitar la sedición también se avanza para rebajar el delito de malversación como pretende ERC. Este viernes se acaba el plazo para presentar las enmiendas parciales y Esquerra ya ha avisado de que serán "exigentes hasta el último minuto" en la negociación aunque no ha aclarado más. Pedro Sánchez nunca ha cerrado la puerta a esa reforma a la espera de que los diferentes grupos parlamentarios presentasen sus propuestas aunque las reticencias de Podemos y otros partidos puede complicar su aprobación.
Los diputados de ERC, al igual que otros socios de Sánchez como Bildu o el PNV, no participarán en el acto institucional del Congreso. Hace años que los independentistas y los nacionalistas vascos no acuden a la cita porque dicen que no tienen nada que celebrar.
En referencia a esos partidos, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, considera que la Constitución necesita "un reaseguro" ante los que pretenden socavar su espíritu, una especie de "antivirus democrático", ha dicho.
Tampoco asistirá Vox. Su portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, estará junto a varios diputados a las puertas de la Cámara pero sin participar en el acto solemne. "Vox no va a formar parte de esa farsa", dice el partido de Santiago Abascal que denuncia que PSOE, Unidas Podemos y el resto de socios atacan la Constitución de forma sistemática todos los días.