Las dificultades de Vox para completar las listas electorales que han retrasado un mes la presentación de sus candidatos
En Vox niegan que tenga que ver con la rebelión de algunos territorios con la dirección pero los críticos aseguran que "no tienen ni la mitad de las capitales de provincia"
La bronca en Alicante con la dimisión de varias decenas de dirigentes locales podría hacer muy difícil presentar listas en toda la provincia
Vox va al choque contra el PP para amarrar a su electorado y eleva la tensión en el Congreso para diferenciarse de los populares
Nada más llegar de vacaciones Santiago Abascal y su núcleo duro decidieron pisar el acelerador y adelantarse al Partido Popular en la tarea de designar candidatos para las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Ya se sabe que quien golpea antes golpea dos veces. El objetivo: presentarse en las 50 capitales de provincia y grandes ciudades con nombres “solventes” y sin primarias. La idea era empezar a trabajar en las listas durante el mes de septiembre con el horizonte de presentar a sus cabezas de cartel antes de que terminara el mes de noviembre.
Estamos ya en diciembre y de momento no hay fecha para presentar a sus candidatos ni está claro que puedan cubrir todo el territorio nacional tras la catarata de deserciones en las distintas regiones. Por medio se ha cruzado el huracán Olona y la salida fulminante de la secretaría general del partido de Javier Ortega Smith y de su segundo, Tomás Fernández, el responsable de coordinar la organización territorial.
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La salida de Ortega y de su lugarteniente, los dos hombres más cuestionados fuera de la burbuja de Madrid, y la entrada de Ignacio Garriga, con un perfil más dialogante, no ha logrado contener la sangría de dimisiones en Vox, lo que estaría dificultando la confección de las listas electorales de mayo.
“Las están pasando canutas. Han retrasado un mes entero la decisión de las candidaturas. Un desastre”, asegura a NIUS un excargo de Vox que conoce bien las tripas de la formación de Abascal.
Problemas para completar candidaturas en la mitad de las capitales de provincia
En Vox niegan que el retraso en las candidaturas se deba a la rebelión de muchos territorios contra la dirección nacional. En la sede de Bambú apuntan a que el visto bueno a las listas podría producirse en la próxima reunión del Comité Ejecutivo Nacional antes de Navidad. Pero los depurados por Abascal lo niegan.
“Tiene todo que ver con la política de tierra quemada que han ejercido en los territorios. Es un desastre absoluto. Lo peor no son las capitales de provincia que no tienen ni la mitad. El problemón es en la regiones donde no tienen ningún candidato”, asegura uno de los purgados por Vox.
Lo peor no son las capitales de provincia que no tienen ni la mitad. El problemón es en la regiones donde no tienen ningún candidato
En Valencia hay una guerra a muerte por ver quien encabeza la lista a la Generalitat descartado ya su actual presidente, José María Llanos. En Alicante ha abandonado su coordinador días después de que dimitieran en masa los responsables de la formación en los pueblos más importantes de la Vega Baja. Este goteo incesante de bajas y dimisiones hace muy difícil que Vox pueda completar todas las candidaturas de la provincia, uno de los mayores graneros de voto de la formación de extrema derecha en la Comunitat Valenciana y clave para forzar un posible gobierno con el PP en la Generalitat.
Un importante dirigente provincial denunciaba antes de pegar un portazo, que los miembros de la dirección de Vox tienen “todos los sitios repartidos” para a continuación pegar un portazo y llamar a sus antiguos compañero “gentuza que actúa en plan mafioso”.
“Es un caos. Ahí no van a poder hacer ni candidaturas”, insiste un exalto cargo de la formación consultado por NIUS.
No es un hecho aislado. Los de Abascal tienen broncas internas en Badajoz, Murcia, Ciudad Real o Málaga, mientras la mitad de los 539 concejales que Vox obtuvo en las elecciones de 2019 se han marchado ya del partido.
Los de Abascal tienen broncas internas en Alicante, Badajoz, Murcia, Ciudad Real o Málaga y la mitad de los concejales que obtuvo en 2019 se han marchado rebotados de Vox
A diferencia de lo que ocurrió entonces, la formación de extrema derecha aspira esta vez a entrar en ayuntamientos y gobiernos autonómicos y repetir el modelo de Castilla y León. Creen que tienen opciones de irrumpir por vez primera en las Cortes de Castilla-La Mancha y ser llave del gobierno autonómico.
Vox quiere apostar fuerte y estaría barajando el nombre de Inés Cañizares, sustituta de Macarena Olona en el grupo parlamentario y diputada nacional por Toledo, escarmentados de los paracaidistas políticos después del fiasco de Olona en Andalucía. El plan podría verse amenazado por el lío que tienen montado en Ciudad Real (otro de sus graneros de voto) donde han cesado de forma fulminante a buena parte de la dirección.
Vox al choque contra el PP
Los de Abascal no sólo tendrían problemas para cerrar sus listas, también tienen que hacer frente a las embestidas del Partido Popular. PP y Vox luchan a brazo partido por el mismo electorado así que la formación de extrema derecha he decidido actuar en dos direcciones: ir al choque contra los populares y volver a la fórmula que mejor les ha ido siempre: la de la bronca continua y la apropiación de la calle.
El breve periodo de tregua tras la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la dirección del PP, con reunión de Abascal y del gallego incluida, coincidió con un bajón en las encuestas. Vox se alimenta de la tensión extrema así que en la sala de máquinas de Bambú han decidido avivar el fuego y de paso atacar al PP.
Han dejado atrás lo de la derechita cobarde para pasar a llamarles “tibios” y “moderaditos” mientras elevan la presión contra los de Feijóo por presumir de moderados. Esta semana se colaron en la concentración de los populares en la que a las puertas del Congreso exigían la dimisión de la ministra Irene Montero y empañaron la foto. En cada pleno les aprietan las tuercas y en Madrid dejan a Isabel Díaz Ayuso sin presupuestos al plantarse y no apoyar las cuentas regionales a seis meses de las elecciones.
Sin una fuerte implantación territorial y sin banquillo, los comicios de mayo pondrán a prueba el músculo electoral de los de Abascal.