Una oleada de “sobres con sustancias deflagrantes en su interior” han puesto en alerta a las autoridades y han obligado al incremento las medidas de seguridad como medida de prevención y protección ante cualquier nueva amenaza. En un principio, fue una deflagración en la embajada de Ucrania en España, –en la que un empleado de la delegación diplomática resultó herido tras interceptar una carta sospechosa–, la que puso a las autoridades sobre aviso. Sin embargo, no era el primer paquete de este tipo, ni tampoco el último. Ya son seis los recibidos, y el primero iba con destino a Pedro Sánchez.
Todo arrancó exactamente el 24 de noviembre. Fue ese jueves cuando los servicios del Departamento de Seguridad de Presidencia del Gobierno, mientras realizaban “labores ordinarias de cribado y filtrado de la correspondencia que se recibe en el complejo de la Moncloa”, detectaron un “envío postal sospechoso”. Era un sobre “color marrón” dirigido al presidente del Gobierno y “remitido por correo postal ordinario”, en palabras de Rafael Pérez Ruiz, secretario de Estado de Seguridad, quien ha ofrecido una rueda de prensa para aclarar los hechos sin ahondar en detalles específicos que puedan interferir con la investigación.
En ese momento, “el departamento de seguridad de Presidencia del Gobierno activó los protocolos de seguridad previsto para este tipo de situaciones”, por lo que, “con carácter preventivo, los técnicos en desactivación de explosivos de la Guardia Civil destinados en Presidencia del Gobierno aseguraron la zona y procedieron al a deflagración controlada” del misterioso sobre.
En ese momento, no había llegado ningún otro paquete sospechoso en ninguna parte, y nada pareció hacerles prever que iba a ser el primero de una cadena de envíos que ya llega a un total de seis, amenazando a otros miembros del gobierno, como a la ministra de Defensa, Margarita Robles, a quien iba dirigido el último de los interceptados.
Tras esa primera misiva sospechosa, “los diferentes especialistas policiales recabaron todos los datos y pruebas posibles” en busca de pistas que pudiesen conducir al remitente. Por el momento, todo lo que se ha limitado a detallar públicamente la Secretaría de Estado de Seguridad es que “la sustancia utilizada en el sobre interceptado en la Presidencia del Gobierno es un compuesto o algún ingrediente de similares características a los que se utilizan en material de pirotécnica”.
Al tener conocimiento de ello, ese mismo día, 24 de noviembre, se ordenó a las direcciones generales de la Policía Nacional y la Guardia Civil “extremar las medidas de seguridad y de protección de todos los edificios públicos del país, con especial atención al control de los envíos postales que dependen” de ambos cuerpos.
En ese contexto, la Comisaría General de Información de la Policía Nacional abrió diligencias y fue ayer, tras la detección de un segundo sobre con “características similares”, cuando estableciendo una relación decidieron dar aviso este miércoles a la Audiencia Nacional, si bien la comunicación formal ha tenido lugar hoy, al igual que con la oposición.
En el curso de la investigación, las autoridades recaban los correspondientes estudios periciales, caligráficos y lofoscópicos, entre otros análisis que pudieran caber.
La pista definitiva de que el sobre a Pedro Sánchez efectivamente no era algo aislado la puso una cadena de paquetes sospechosos recibidos ayer, miércoles 30 de noviembre. Fue sobre las 13:00 horas cuando la Policía Nacional recibía el aviso por una deflagración en la embajada de Ucrania en Madrid; algo que hacía disparar las alarmas especialmente en el contexto de la guerra abierta por Rusia y que, inmediatamente, hizo que el suceso se relacionase con lo que podría ser una respuesta de alguien, –simpatizante del Kremlin–, por el apoyo de España al país liderado por Volodímir Zelenski. Máxime después de que un tercer sobre recalase en una empresa afincada en Zaragoza que se dedica a la fabricación de material militar, entre ellos los primeros lanzacohetes que nuestro país envió para la ayuda a Ucrania.
El segundo de los sobres iba “dirigido al embajador de Ucrania ante el reino de España”, pero fue un empleado de la delegación diplomática el que, al despertar sus sospechas, decidió abrirlo. “En ese momento para su desgracia, se provocó la deflagración, que le causó heridas leves”.
Entonces, el Juzgado Central de Instrucción Número 4 de la Audiencia Nacional, en funciones de guardia durante esta semana, incoó las correspondientes diligencias previas y asumió la competencia de estos hechos.
El tercer sobre llegó apenas horas después e iba dirigido contra Instalaza. Concretamente contra el director de la citada compañía dedicada al diseño, al desarrollo y fabricación de equipos y material militar.
En este caso, los servicios de seguridad de la empresa detectaron un envío postal que “levantó sus sopechas” y “lo pusieron en conocimiento de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado”.
De este modo, fueron efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil quienes se desplazaron hasta la empresa para, a continuación, desalojarla por precaución. Una vez hecho, “los técnicos en desactivación de explosivos de la Policía Nacional realizaron la detonación controlada del sobre”.
Un cuarto sobre llegaría durante esta madrugada, entre las 3:00 y las 4:00 horas, a la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid. Fueron nuevamente los servicios de seguridad los que detectaron el sobre sospechoso, que iba dirigido al centro de satélites y, concretamente, a su director.
Al ser “revisado por los equipos de rayos X instalados en el recinto”, comprobaron que en su interior podía haber “algún tipo de mecanismo”. Por eso, nuevamente las autoridades se dirigieron hasta el lugar para hacerse cargo del paquete sospechoso.
En este caso, aunque el sobre una vez más presenta las mismas características que todos los demás, se da una circunstancia clave: “los técnicos de detonación de explosivos no han detonado el sobre, sino que han procedido a su neutralización, lo que podrá facilitar los análisis tanto del envoltorio como del material deflagrante empleado y el mecanismo de detonación utilizado, lo que a su vez podrá facilitar la investigación sobre la autoría del envío”.
En la cadena de envíos, el quinto sobre iba dirigido al Ministerio de Defensa y, específicamente, a la dueña de esta Cartera, la ministra Margarita Robles. El envío ha sido interceptado “poco antes de las 10:00 de la mañana, en el filtro de seguridad del Ministerio, que lo ha comunicado inmediatamente a los servicios de seguridad de la Guardia Civil”.
En esta ocasión, ha sido desactivado alrededor de las 11:15 horas.
El último sobre conocido, –el sexto–, ha sido enviado contra la embajada de Estados Unidos en Madrid. Nuevamente, es “similar” al enviado a su homóloga ucraniana y ha provocado el acordonamiento del lugar, ubicado en la calle Serrano 75, así como ha obligado a acordonar varios edificios de las inmediaciones.
Tras su detección, los Tedax han procedido a detonarlo, provocando con ello un estruendo percibido por los vecinos de la zona.
Por el momento, las principales incógnitas continúan. El Gobierno no ha ahondado en detalles. El secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez Ruiz, en rueda de prensa ha incidido en que todos los sobres son “similares” tanto en sus características como en su contenido. Son “de color marrón” y su procedencia, todavía, no ha sido determinada con plena exactitud, si bien “existen indicios que apuntan a que viene del propio territorio español”; una afirmación que ha realizado “con toda la prudencia teniendo presente que nos encontramos al inicio de la investigación” y que, por otro lado, contrasta con lo manifestado por la delegada del Gobierno en Aragón, quien tras el sobre detectado en la empresa de fabricación de material militar de Zaragoza señaló que los artefactos, con material pirotécnico, eran de fabricación casera y que supuestamente procedía de ucrania.
“Yo lo que quiero decir es que existe apariencia de que han sido remitidos desde el territorio nacional, pero insisto en ello: prudencia. Lo digo con toda la prudencia”, manifestaba Ruiz respecto a esta aparente contradicción.
En este sentido, las investigaciones están abiertas y no se ha ofrecido ningún detalle sobre el remitente.
Recordando lo ocurrido durante las pasadas elecciones autonómicas en Madrid, cuando también varias autoridades institucionales recibieron cartas con amenazas e incluso balas en su interior, algo que hizo que se cuestionase la seguridad en Correos, hoy desde el Ejecutivo atajan la cuestión con un mensaje sucinto y directo: “Existe siempre runa comunicación por parte de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado con todas las instituciones, todos los organismos, incluyendo Correos. Las medidas de protección han funcionado y han evitado que, salvo en el caso de la embajada de Ucrania, se haya producido algún resultado lesivo. Se ha podido neutralizar con carácter previo”.
Más allá, ante el temor y la alarma generada por esta sucesión de amenazas, el secretario de Estado de Seguridad ha querido recalcar que se ha de reparar en el adecuado uso de la terminología a la hora de hablar de estos casos. Concretamente, ha hecho hincapié en que las autoridades están empleando el “término deflagración” y no explosivo, fundamentalmente porque “el material pirotécnico incluido en los sobres lo que puede producir es una deflagración, no una explosión en términos estrictos; una llama súbita, no un cambio de presión y con posibilidad de destrucción a lo que se encuentre en su entorno”.
Así, ha querido además lanzar un mensaje de tranquilidad: “Nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del estado han demostrado siempre y en toda ocasión, con creces, su profesionalidad y eficiencia con la que saben afrontar este tipo de situaciones y su enorme capacidad de reducir al mínimo cualquier riesgo que potencialmente pueda existir”.
Además, ha dicho, “el Ministerio del Interior ordenó ayer miércoles un incremento de las medidas de seguridad en torno a las delegaciones consulares presentes en nuestro país, así como a otros ámbitos que necesiten especial protección; una decisión que se suma al refuerzo de la seguridad decretada desde el inicio de la guerra de Ucrania”.