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Dos semanas después de la ruptura unilateral de las negociaciones del Poder Judicial, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha reunido en Génova a su núcleo duro y a sus barones territoriales con el objetivo de cerrar filas y rearmarse de cara a las elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo.
Tras el frenazo en las encuestas Feijóo ha encontrado en la supresión del delito de "sedición" y la reforma de la malversación el ariete con el que deteriorar al Gobierno y a su presidente Pedro Sánchez y este lunes ha ido directo a la yugular. Ha acusado a Sánchez de perpetrar una "cacicada" para contentar a los independentistas y conseguir resistir en La Moncloa.
"Que sean los sediciosos los que logren derogar su propio delito es una cacicada injustificable en una democracia consolidada. Como lo será que adapten a sus necesidades el delito de sedición como están amagando. Eso sería el colmo", ha insistido Feijóo sin soltar ese hueso.
"Pedro Sánchez no tiene ningún derecho a hacer lo que está haciendo. No tiene derecho a mercadear con los poderes del Estado como si fuera suyo", proclamaba a continuación.
En este sentido el jefe popular ha anunciado una iniciativa en el Congreso para que la sedición siga estando penada y y que se introduzca como delito "cualquier convocatoria ilegal para separar una comunidad del resto de España". Fue el presidente José Luis Rodríguez Zapatero quien en 2004 derogó la norma que preveía cárcel por convocar o apoyar un referéndum ilegal .
Alberto Núñez Feijóo no se ha quedado ahí y como ya hiciera el viernes pasado, ha elevado la presión sobre los barones socialistas para que se revelen contra Sánchez. En este sentido les ha impelido a "posicionarse, dar un paso al frente y votar" contra la eliminación de la sedición y la reforma de la malversación porque "están obligados".
"En esto no caben medias tintas. Necesariamente van a tener que posicionarse y votar. Los diputados de Castilla-La Mancha, los de Extremadura, los de Aragón. Todos los diputados del PSOE participarán de esta decisión. Las consecuencias no serán para sus intereses" electorales sino para nuestro país", machacaba a pesar de reconocer la buena sintonía que mantiene con muchos de ellos. El primero con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, al que se resiste a criticar en público.
Alberto Núñez Feijóo ha reunido a sus dirigentes territoriales en Génova horas después de la manifestación que en Madrid sacaba ayer a la calle a 200.000 personas en protesta contra la gestión de la sanidad de Isabel Díaz Ayuso.
En un discurso de veinte minutos Feijóo no ha dicho ni palabra sobre la crisis de la sanidad madrileña, pero sí ha hecho un llamamiento a los suyos para "no insultar" a Sánchez y no salirse de la "moderación", "serenidad" y la "centralidad".
"No estamos aquí para insultar a Pedro Sánchez. No estamos aquí para combatir el radicalismo con más radicalismo. Para darle a España más histrionismo y más ocurrencias. Hemos venido para ganar y para prepararnos para conseguirlo", advertía.
Escuchando a su líder Isabel Díaz Ayuso que sólo unos minutos antes había cargado duramente contra Sánchez por, según ella, "desmembrar España e instaurar una república federal laica de facto".