“Humillación”. Esa es la palabra talismán con la que Génova ya le ha dado a la manivela de imprimir tuits y martillear con declaraciones. Y echa humo. “Humillación a España” y “humillación al PSOE” repiten en tromba y al unísono todos los dirigentes del Partido Popular desde todos los territorios atornillando a los barones socialistas que se enfrentan en doscientos días a unas elecciones autonómicas y municipales decisivas y que se leerán en clave nacional.
Los populares han encontrado en la decisión del presidente Pedro Sánchez de eliminar la sedición la cuña que necesitaban para reabrir la vía de agua por la que se le escapaban votos a chorro a la saca del PP con la promesa solemne de que recuperarán este delito si llegan al Gobierno. Según las últimas encuestas publicadas, Moncloa había conseguido frenar esa fuga de votos socialistas y provocar el estancamiento del efecto Feijóo para enorme preocupación de Génova. Hasta ahora.
Después de que Sánchez tratara de expulsar al líder del PP de la “moderación” tras la ruptura unilateral de las negociaciones del Poder Judicial, los populares creen que este movimiento les devuelve al centro. “Esto nos coloca como única fuerza de centro. En este momento el PSOE no está en condición de apelar al voto moderado. No está en disposición de competir con el PP en la centralidad. Se ha arrinconado en la izquierda y ahora además gira hacia el nacionalismo”, aseguran a NIUS desde el núcleo duro de Feijóo. Añaden con satisfacción no disimulada que la supresión de la sedición demuestra que fue “un acierto absoluto” no pactar con el Gobierno el GGPJ.
Núñez Feijóo no ha perdido un minuto en volver a colonizar ese espacio. “Quiero que sepan que el centro político que no entiende esta decisión no está huérfano”, proclamaba el viernes en una declaración institucional nada más bajarse del avión que le traía de vuelta de su gira por Latinoamérica.
Los populares intentarán estirar el chicle de la sedición hasta las elecciones de mayo. Confían en que su efecto no se diluirá como ya ocurrió con los indultos amortizados por Moncloa, aunque también son perfectamente conscientes de que no bastará sólo con esto para ganar a Pedro Sánchez. “El deterioro de un presidente del Gobierno no pasa en 15 días y esto no le suma. La gente no ha olvidado y sigue recordando cosas como esta. ¿Vamos a ganar con esto los próximos 200 días? No. Pero su imagen se deteriora”, insisten en Génova.
La estrategia de deterioro de la marca Sánchez pasa por apretar las tuercas a los barones socialistas y abrir ahí la primeras grieta. “Sánchez pretendía endosar a Feijóo este marrón de la sedición que no es moderación y no es centralidad, así que nosotros vamos a endosárselo ahora a cuanto dirigente socialista haya en este país”, admiten a NIUS desde Génova.
En el punto de mira los presidentes de Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura muy críticos con la eliminación de la sedición. Los populares exigen a Emiliano García-Page, Javier Lambán y Guillermo Fernández Vara que sus diputados nacionales se rebelen contra Sánchez y voten en contra de la derogación de la sedición.
“El deber moral de aquellos socialistas que coinciden con nosotros en que esto es una aberración deben hacer pública su oposición a esta medida e intentar que no siga adelante”, presiona Feijóo y tras él todo el PP en bloque.
Un mensaje que han replicado los dirigentes territoriales populares para asediar a sus homólogos socialistas. “Ximo Puig debe aclarar si es cómplice de Sánchez”; “¿Ahora qué, Adrián Barbón? ¿Seguirás siendo cómplice de Pedro Sánchez?”; “Ni el PSOE de Cantabria ni su socio Miguel Ángel Revilla pueden callar ni amparar esta infamia”; “Sánchez traiciona a nuestro país con el silencio cómplice de Page”. Y así todo.
A partir de ahora los populares apelarán en sus mensajes directamente a la “mayoría social” y a los votantes socialistas que tras los indultos a los dirigentes condenados del ‘procès’ no entienden este nuevo movimiento de Sánchez con la sedición. “Creo que la inmensa mayoría de los socialistas españoles también se sienten indignados con esta alfombra roja puesta a Puigdemont”, ya ha dicho Esteban González Pons tirando de argumentario.
Feijóo se dirigió este viernes a los catalanes “que añoran la centralidad y la moderación” para después erigirse en la única alternativa Sánchez. El líder de los populares ha dado prioridad a Cataluña en su camino para llegar a La Moncloa y cree que el último ‘CIS catalán’ publicado esta semana y que arroja un importante ascenso del PP, le viene a dar la razón. Los populares crecen a costa de Ciudadanos y Vox pero también recogerían voto de los huérfanos de la antigua Convergencia.
¿Pasarse de frenada con la sedición pondría en peligro la estrategia de presentarse como un partido de centro “no hostil” a Cataluña? En Génova lo niegan. “Trataremos que la gente entienda que seremos implacables con el independentismo pero que somos un partido pegado al territorio. No podemos ser condescendientes con la sedición para caer bien en Cataluña. No queremos caerle bien al independentismo. No vamos a por el voto de ERC o el de Junts, vamos a por el voto de Ciudadanos, de los catalanistas desencantados con el ‘procès’ y que no es independentista”, señala un estrecho colaborador de Feijóo que reconoce que la prioridad ahora es “reforzar el vínculo entre la marca PP y Cataluña”. Esa y engullir a Ciudadanos todo lo que se pueda.
La formación naranja ganó las elecciones en Cataluña hace cuatro años y Génova aspira a ese trozo enorme de pastel. “Vamos a convencer a los catalanes que votaron a Arrimadas hace cuatro años, la gente que ha votado a Salvador Illa, la gente que ha votado a un partido constitucionalista como alternativa al independentismo, empiece a elegirnos. Que seamos la fuerza de referencia no independentista en Cataluña. Eso sin ser un partido que la gente perciba como hostil a Cataluña”, añaden esas mismas fuentes.
Inés Arrimadas se defiende de esa embestida que amenaza con tragársela intentando poner en aprietos a Feijóo. El viernes le instó a liderar una moción de censura contra Pedro Sánchez. “Es lo mínimo”, dijo. “Podría haberse quedado en Cataluña y haberse presentado a la investidura a presidenta de la Generalitat”, le respondió a continuación Cuca Gamarra. Feijóo no ha recogido el guante de momento. “Arrimadas necesita un corte en televisión diciendo casi cualquier cosa. Nosotros no”, zanjan en Génova. Pero Vox se lanza ya al quite y recuerdan la moción de censura que ellos presentaron hace dos años y que no apoyaron ni PP ni Ciudadanos.