Los médicos permanecen en huelga desde el lunes y se mantienen unidos en busca de una solución urgente a la situación límite de la Sanidad. La Comunidad de Madrid, con Isabel Díaz Ayuso al frente, sin embargo, se niega a sentarse con los sindicatos, que hoy han escenificado juntos su malestar, reclamando una mesa de negociación para acabar con unos paros que perjudican a todos.
Es tal la tensión que 28 médicos han renunciado a su plaza, pero para Ayuso las protestas por la precarización de un sector indispensable y que permanece asfixiado entre larguísimas jornadas de trabajo, parece ser una cuestión que “va de política” y no de la preocupación de los sanitarios por una sanidad pública cada vez más castigada, como atestigua una realidad cada vez más obvia y apabullante: falta contratar más personal, faltan ayudas y la solución no puede ser que se cubran más días y más horas de trabajo con la misma plantilla. De ese modo, los propios médicos que nos cuidan están abocados a convertirse en enfermos, denuncian los sanitarios.
La solución, señalan, tampoco puede pasar por un plan de urgencias extrahospitalario y la última ocurrencia del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso: las videoconsultas por Zoom; tratar al paciente por videoconferencia.
Juntos, sociedades científicas, sindicatos y asociaciones médicas han escenificado la preocupación por el caos de esta gestión: exigen que las videoconsultas no sustituyan a la atención presencial y claman por la reestructuración de las urgencias extrahospitalarias madrileñas.
“En muchos no había ni electrocardiógrafo ni desfibrilador”, ha denunciado Mar Rodríguez, de la plataforma SAR, quien también ha denunciado la movilidad de los médicos.
Los integrantes del sector temen además que la tensión dialéctica existente haga “que la gente focalice la frustración”. No en vano, las agresiones se han disparado: “Me decía un compañero en el café: ‘he tenido más problemas durante el último mes que en los últimos 10 años”, ha contado Eduardo Olano, de ‘Atención Primaria se mueve’.
Estas circunstancias ya han provocado 28 renuncias de profesionales que realizaban un trabajo excepcional. Ejemplo de ello es Miriam Díaz, médica que ha querido subrayar: “Esto no es un tema político. No pertenezco a ningún sindicato”.
Denunciando el plan de videoconsultas de la Comunidad de Madrid, ha recalcado: “Debemos valorar físicamente al paciente; debemos tocar al paciente”. Ello ha sido la gota que ha colmado su vaso, provocando que presente su renuncia.