Este miércoles se celebra una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados que servirá como termómetro para medir cómo está el clima entre el Ejecutivo y el PP tras la ruptura de las negociaciones para renovar el CGPJ, el asunto que monopoliza el debate político y ha significado un punto de inflexión en las relaciones entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.
El fiasco de las negociaciones, cuando el acuerdo para cerrar la crisis en el Poder Judicial parecía inminente, ha supuesto un enorme deterioro en la relación y augura la imposibilidad de llegar a grandes acuerdos en lo que queda de legislatura ante un escenario inminentemente electoral.
Sánchez vuelve al Congreso en una sesión centrada en la economía pero con la crisis judicial sobrevolando el ambiente. Las tres preguntas que responderá el presidente del PP, PNV y Bildu están relacionadas con su gestión económica, los fondos europeos y los derechos sociales.
Será la primera vez que Sánchez tenga enfrente a los dirigentes populares tras el fracaso del pasado jueves cuando Alberto Núñez Feijóo anunció la suspensión de las negociaciones por la intención del Ejecutivo de reformar el delito de sedición.
El líder de la oposición, que no es diputado, no preguntará al presidente. Lo hará su número dos en el partido y portavoz del grupo parlamentario popular, Cuca Gamarra.
"¿Cree que sus políticas generan oportunidades para los españoles?", es el enunciado de la pregunta que Gamarra tiene prevista sobre el papel. El PP se centra en la economía en su rifirafe con Sánchez aunque la crisis en el Poder Judicial es ahora mismo el asunto que más tensión genera entre Moncloa y Génova.
Este mismo lunes, el presidente del Gobierno, hizo un llamamiento al PP para que cumpliese la Constitución de principio a fin, "sin excusas ni subterfugios".
Fue en el homenaje a las víctimas del franquismo. Pedro Sánchez no citó explícitamente al Partido Popular pero claramente era el destinatario de su mensaje. Un acto de Estado al que no asistió Feijóo, ni la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ni el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, a pesar de que estaban invitados. Fuentes de Moncloa han lamentado esas ausencias y denuncian que los dirigentes del PP están boicoteando los actos que organiza el Ejecutivo.
También el pasado sábado en Sevilla, durante su intervención en el mitin para conmemorar los 40 años de la aplastante victoria del PSOE en 1982, Sánchez reivindicó el cumplimiento de la Carta Magna "de pe a pa, del primer al último artículo, se esté en el Gobierno o en la oposición". Reprochó que incumplirla "sin pudor" es "la derrota de la moderación y el triunfo del extremismo". Ahí tampoco citó al PP. Este miércoles tendrá a la bancada popular enfrente y el mensaje, presumiblemente, será el mismo.
Desde que el pasado jueves todo saltase por los aires, los populares han acusado a Sánchez de tratar de engañarles para contentar a sus socios independentistas con la reforma del delito de sedición. Feijóo ha cargado contra el presidente y sostiene que frenó el pacto al tener constancia de que "quería debilitar las instituciones".
Este lunes dirigentes del PP han reiterado que el acuerdo no estaba hecho como mantiene el Gobierno. Génova exige además un compromiso por escrito de que no se reformará la sedición como condición para volver a las negociaciones. Una posibilidad que ahora mismo parece imposible.
Tanto Sánchez como todos los miembros del gabinete y el PSOE han ido elevando el tono contra el presidente del PP porque consideran que ha cedido ante las presiones de la derecha "más reaccionaria", no es de fiar y ha demostrado que no tiene sentido de Estado. "Con el señor Feijóo no se puede jugar ni a un parchís porque no respeta las reglas del juego", proclamó este lunes la portavoz del Gobierno tras el Consejo de Ministros adelantado con motivo de la festividad de Todos los Santos.
En esa rueda de prensa no aclaró si el Ejecutivo tiene intención de nombrar a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponden y que están pendientes de renovación. "El Gobierno cumplirá la Constitución", es el mensaje más repetido.
A todo esto una carta publicada por Carles Puigdemont ha añadido más munición a la guerra abierta. El expresidente de la Generalitat afirma que durante estos años ha recibido a "gente del PSOE" que le prometió "expectativas de un buen trato, vía reforma del Código Penal, y un indulto", aunque siempre condicionado a que compareciera al Tribunal Supremo.
Para Feijóo, el presidente prefiere "agasajar al independentismo" que acordar con el PP y "seguir entregando a sus socios todo lo que le exigen". Moncloa critica que el PP utilice al expresidente fugado como "argumento de autoridad" para justificar su ruptura.
Con ese ambiente se celebrará la sesión de control donde además de la pregunta del PP, Sánchez responderá al portavoz del PNV, Aitor Esteban, sobre su valoración de la ejecución efectiva de los Fondos Europeos y a la de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, sobre si cumplirá con las promesas pendientes en materia de derechos.
Hay también cuatro preguntas de la oposición dirigidas a la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño. En los últimos plenos la máxima responsable de la política económica del Gobierno ha mantenido un perfil más político que técnico y ha protagonizado duros enfrentamientos con los diputados del PP y de Vox.