El Gobierno ha salido en tromba para atacar a Feijóo después de que este jueves el PP decidiese suspender las negociaciones con el Ejecutivo para renovar el CGPJ salvo que el PSOE reconsidere su reformar del delito de sedición. Varios ministros del gabinete se han desplegado para machacar con dos mensajes: que "el acuerdo estaba hecho" y acusar al líder del PP de haber cedido a las presiones de los sectores más reaccionarios de la derecha.
El negociador del Gobierno con el Partido Popular, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha ofrecido su versión de las últimas horas. Sostiene que el líder del PP no informó durante la llamada telefónica al presidente del Gobierno de que su partido iba a suspender las negociaciones.
Es más, Bolaños asegura que en esa conversación Sánchez y Feijóo quedaron en reunirse el próximo miércoles 2 de noviembre. En una entrevista en la Cadena Ser ha revelado que el presidente del Gobierno se enteró de la decisión del PP cuando se hizo público el comunicado en la tarde de ayer.
"La ruptura se produce de una manera extraña porque se produce una conversación y quedan en verse la semana que viene", ha afirmado. También ha detallado que había hasta fecha fijada en el calendario para materializar el acuerdo: "Una era hoy y otra fue el martes pasado". El ministro defiende que el acuerdo estaba cerrado, como anunció Sánchez desde Kenia donde emplazó a Feijóo a dar el paso, y pone como ejemplo que tenían "los huecos en la agenda para materializar el pacto".
Para Bolaños este jueves Feijóo "perdió todo su rédito" al ceder a las presiones de la derecha más reaccionaria. Una decisión impuesta, según el ministro, que revela la falta de autonomía del líder del PP. El Gobierno argumenta que la fuerza del líder de la oposición ha quedado mermada y concluye que ha comenzado su declive.
Feijóo "no está preparado para gobernar", dice la vicepresidenta segunda del Gobierno Yolanda Díaz. Ella también achaca la suspensión de las negociaciones a una posible "rebelión" en Génova como le ocurrió a Pablo Casado en su guerra interna con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
A juicio de Díaz el presidente del PP tiene grabada la foto de los afiliados de su partido ante la sede de Génova rebelándose contra Casado para apoyar a Ayuso. "Esa foto pesa demasiado a Feijóo", según la vicepresidenta que arremete contra el PP por poner los intereses del partido por encima de los del país y pensar únicamente en las próximas elecciones.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha trasladado la "absoluta indignación" de todo el Gobierno tras la decisión de Feijóo. "Ayer fue un día negro para el Estado de derecho", ha dicho que además reprocha a Feijóo que airease la conversación que tuvo con el presidente del Gobierno.
Para Robles, el portazo de Feijóo demuestra que no tiene sentido de Estado ni altura política. Denuncia que el líder del PP está "jugando" con el Poder Judicial y atacando uno de los cimientos básicos de la democracia.
La ministra considera que "no hay nada que negociar" más allá del cumplimiento de la Constitución: "¿Cómo alguien puede aspirar a ser una alternativa de Gobierno cuando está incumpliendo la Constitución?", se ha preguntado que señala entre las razones que han motivado la ruptura o las "presiones de la extrema derecha" o que Feijóo "no cree en el Estado de derecho".
En la misma línea se ha pronunciado la ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría. "Lamento que el señor Feijóo no haya aguantado la presión de esta derecha más conservadora, más recalcitrante, de esos poderos que en definitiva no se presentan a unas elecciones", ha lamentado en Catalunya Ràdio.
Para la ministra los argumentos de Feijóo son una excusa más. Alegría ha vuelto a reiterar que el compromiso del Gobierno, anunciado al principio de la legislatura, con la reforma del Código Penal en materia de sedición se mantiene. Y ha insistido en la necesidad de tener una mayoría parlamentaria para poder llevarlo a efecto. "No ha habido ningún cambio ni esta semana, ni hace dos semanas, ni hace un mes", ha enfatizado.