"Están invitados los 195.000 militantes del PSOE". Es la frase de un destacado miembro de la dirección socialista que intenta rebajar el ruido y el profundo malestar en algunos sectores del partido tras la queja de Alfonso Guerra de que no había sido invitado al gran acto de este sábado en Sevilla con el que Ferraz quiere conmemorar la histórica victoria de Felipe González en 1982. No hay lista de invitados, repiten en el PSOE, porque no se ha cursado ninguna invitación formal a nadie desde la Ejecutiva Federal, ni física ni por correo electrónico. Es un acto abierto como otros muchos, añaden.
Todas las fuentes socialistas consultadas intentan restar importancia al revuelo suscitado por las invitaciones aunque algunos miembros del partido como el portavoz en el Congreso, Patxi López, reconocen abiertamente que se debería haber invitado a Guerra: "Hay veces que hay cosas que se te escapan y creo que a Alfonso había que haberle invitado y estoy convencido de que tiene que estar y estará".
Las críticas provocaron una rectificación y el PSOE de Sevilla está llamando por teléfono a los miembros de la candidatura socialista de hace 40 años, básicamente a los 43 diputados andaluces que consiguieron escaño, para animarles a que asistan al acto. Entre ellos a Alfonso Guerra porque fue "uno de los grandes protagonistas" de aquella victoria. "Será bienvenido", dicen fuentes del PSOE que ya dan por hecho que algunos barones territoriales no asistirán a la cita por problemas de agenda.
En el partido se conjuran para que el acto sea un éxito y que el run run por los fallos organizativos no lo enturbie. A nadie se le escapa que no es un día cualquiera. Esperan reunir a más de 3.000 personas en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla. Los socialistas quieren reivindicarse, sacar pecho de aquellos 202 escaños que cambiaron el país de arriba a abajo y exhibir músculo de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo en una tierra clave, Andalucía. Un acto que sirva de estímulo y revulsivo para una militancia desmovilizada que en los comicios andaluces dio la espalda al PSOE.
El partido quiere poner el foco en las intervenciones que protagonizarán Felipe González y Pedro Sánchez. Es el "plato fuerte", aseguran, aunque también está prevista una charla previa sobre el 40 aniversario de la victoria en la que participarán la número dos del partido, María Jesús Montero, la presidenta Cristina Narbona, el líder del PSOE andaluz Juan Espadas y el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz Martínez.
"Como no puede ser de otra manera, el compañero Alfonso Guerra siempre es bienvenido en cualquier acto del PSOE, y máxime en uno que pretende celebrar una victoria como la del 82", expresó Rafael Márquez, miembro de la ejecutiva andaluza. Si finalmente acude al acto de homenaje estará en primera fila, su figura fue clave en aquel triunfo.
Era el vicesecretario general del PSOE, formaba un tándem indiscutible con Felipe González, controlaba el poder orgánico del partido, las estrategias electorales, estaba en la imagen histórica desde el balcón del Hotel Palace de Madrid junto a González celebrando los 202 escaños y fue el que pronunció la frase célebre que marcó la labor del primer Gobierno del PSOE: "A España no la va a reconocer ni la madre que la parió".
Con el tiempo, los dos históricos socialistas se distanciaron y la amistad se rompió. La relación ente Pedro Sánchez y Alfonso Guerra es inexistente. El exvicesecretario general y exvicepresidente del Gobierno es muy crítico con las políticas de Sánchez, en especial por los pactos con los partidos independentistas. Guerra, al igual que González, apostaron por Susana Díaz en las primarias que desangraron al PSOE y ganó el actual presidente del Ejecutivo.
Guerra, en una entrevista a la Agencia EFE, aseguró este miércoles que el PSOE actual es "otro partido" y que echaba de menos al anterior. Un día antes dejó muy claro su malestar por no haber sido invitado al acto de Sevilla. "No me coge por sorpresa", afirmó el político sevillano que lanzó una puya a la dirección: "¿Que yo no estaba hace 40 años?, estupendo, habría otros".
También formaba parte de aquella generación el expresidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, que sí acudirá al acto de Sevilla. Manuel Chaves, fue diputado por Cádiz en el 82 y estaba en la famosa 'foto de la tortilla de 1974', junto a González y Guerra, que simbolizó la refundación del PSOE. Chaves, condenado por el Tribunal Supremo por el caso de los ERE, ya no es militante del partido y no asiste normalmente a los actos públicos. Otra de las expresidentas andaluzas, Susana Díaz, ha confirmado su asistencia y ha revelado que solo ha recibido una llamada desde la sede provincial de Sevilla.
Respecto a los barones habrá ausencias destacadas que Ferraz atribuye a problemas de agenda y a las dificultades de transporte porque los trenes a la capital andaluza se agotaron hace días. No estarán por ejemplo el de Aragón, Javier Lambán, la navarra María Chivite o el de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, aunque ya ha dicho que estará en Sevilla "de espíritu". Es duda también Emiliano García-Page y Guillermo Fernández Vara que tiene una boda. Aún así, el presidente intentará cuadrar horarios porque ese día es "muy importante para la historia de España y del PSOE".
Tampoco estará el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero que viaja este viernes a Brasil para acompañar al candidato Lula da Silva en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Es el ambiente previo a un evento al que el PSOE le da la máxima trascendencia para reconectar con su electorado. De momento le está dando más quebraderos de cabeza de los esperados.