La autodeterminación de género en la ley trans, la principal novedad del proyecto estrella de la ministra Irene Montero, se mantendrá tal y como está. Ha sido uno de los puntos que más roces ha provocado entre los socios del Gobierno, en el propio PSOE y en el movimiento feminista por las dudas jurídicas que generaba a un sector capitaneado por Carmen Calvo. Al final los socialistas han decidido no tocar ese concepto a través de enmiendas en su tramitación en el Congreso.
Lo han confirmado fuentes socialistas en plena tensión con su socio de Podemos después de que el PSOE ampliase esta misma semana el plazo para presentar enmiendas con el consiguiente retraso. Montero expresó su preocupación por las "trabas" que estaba poniendo su socio de Gobierno y su temor a que la ley no pudiese ser aprobada de forma definitiva este año.
El grupo parlamentario está ahora mismo trabajando para modificar de alguna forma el artículo 65 del proyecto que introduce el concepto de violencia intragénero y lo equipara con la violencia machista. Las mismas fuentes reconocen que los socialistas tienen "dudas sobre la equiparación" de algunas formas de violencia a la violencia de género que se produce contra las mujeres.
Sostienen además que quieren dotar de más seguridad jurídica a la ley porque saben que acabará siendo recurrida por el PP y por Vox en el Tribunal Constitucional.
En el PSOE defienden que el Congreso, donde se encuentra ahora mismo el proyecto tras superar el primer trámite de totalidad, puede mejorar la ley y hacerla "más robusta" ante los ataques de la derecha que son los "verdaderos enemigos" de los derechos de los colectivos LGTBI.
La autodeterminación de género permite que cualquier persona pueda cambiar su nombre y sexo en el Registro Civil sin necesidad de ningún requisito, simplemente con su mera voluntad. Se puede hacer libremente a partir de los 16 años, con consentimiento de sus representantes legales entre 14 y 16 años y mediante una autorización judicial entre los 12 y los 14.