La era post Lesmes comienza con la sucesión de Mozo en el CGPJ y la amenaza de acabar en los tribunales

Con un aplauso a Rafael Mozo 16 vocales del CGPJ zanjaban -por ahora- el debate de la sucesión de Carlos Lesmes en el seno del Consejo. "Es que estos días ha habido muchas tensiones", señalaba un vocal del Poder Judicial tras finalizar el pleno en que Mozo, el miembro de más edad, había sido nombrado "sustituto del presidente".

Tensiones de calado y que han durado hasta el último minuto. De hecho, no han terminado, por mucho que 16 de los 18 vocales hayan votado en favor de aupar al vocal progresista para que se ponga al frente de la institución. Los dos que no le han apoyado han sido Wenceslao Olea, vocal conservador que ha votado en contra; y Mar Cabrejas, progresista como Mozo. En su caso, se ha ausentado de la votación porque la ha considerado "ilegal", según han relatado fuentes del Consejo.

Cabrejas no ha votado en contra de su compañero, pero no ha querido participar ni en el debate ni en la votación que ha acabado en designación y que podría acabar en los tribunales, en concreto, en la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo, a la que precisamente vuelve Carlos Lesmes una vez abandonada la presidencia.

Las dos sedes, situadas a escasos 20 metros, comparten presidencia, tal y como dicta la Ley del Poder Judicial. El presidente del Consejo lo es, en tanto que es presidente del Supremo, pero la renuncia de Carlos Lesmes ha abierto un debate endiablado, inédito y de consecuencias imprevisibles. En esos términos hablan otras fuentes consultadas en el Tribunal Supremo, donde existe el convencimiento de que la decisión del CGPJ de encumbrar a Mozo va a ser recurrida.

Porque hay un informe del TS que señala al vicepresidente del Supremo, Francisco Marín Castán como sucesor automático de Lesmes, en tanto que es Vicepresidente del Supremo. Pero en el CGPJ no están de acuerdo y su votación ha sido un claro desafío. Sus miembros esgrimen un informe anterior que da por buena la bicefalia, algo que ya se dio tras la salida de Carlos Dívar de la presidencia.

Sin presidente del TS ni del CGPJ

Marín Castán no ha sido sancionado en el BOE como presidente del Supremo, sino que se hace cargo de esas tareas como vicepresidente que es. Según la tesis de los vocales del CGPJ, al no ser presidente -como tal- del Supremo, no lo es del CGPJ. De hecho, el magistrado es vicepresidente interino, argumento que esgrimen para no aceptar a Marín Castán como su presidente.

Y para más INRI, al presidente lo tiene que nombrar el Consejo General del Poder Judicial, que está vetado para hacer nombramientos mientras siga en funciones.

Rafael Mozo, lo dice el propio comunicado del CGPJ, no es presidente, sino sustituto del presidente:

  •  el Acuerdo que se adopte no se dirige a realizar ningún nombramiento del Presidente de TS y del CGPJ, sino sólo a determinar una mera suplencia: quién ejerce de manera temporal y provisional las funciones correspondientes al titular de un órgano ante la ausencia o inexistencia de ese titular.

Lo que en ningún caso se dirime es la posibilidad de que Rafael Mozo sea presidente del Supremo. También eso queda claro en el texto acordado:

  • (...) dicho acuerdo no alcanza a la sustitución en la Presidencia del Tribunal Supremo, que viene determinada “ope legis” en el artículo 208.1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. 

Miembros de la judicatura consultados por este periódico responden con perplejidad a la pregunta quién preside cada órgano, oficialmente y en este momento. "Nada está claro", admiten y además, la decisión de los vocales no contribuye a aclararlo. La pregunta ahora es, si para aclararlo hay que ir a los tribunales: ¿Quién dará el paso de hacerlo?

Antes de irse, Lesmes se adelantó a los acontecimientos y presentó ante sus vocales un informe, avalado por los técnicos del Supremo, en el que dejaba atada la sucesión y la dejaba en manos de Marín Castán.

Pero esa decisión consiguió poner de acuerdo, por una vez, a la mayoría de los vocales. Se sentían invadidos y no entendían que tras cuatro años en funciones, llegara alguien de fuera para "decirles cómo tenían que organizarse". Así hablaban algunos vocales estos días.

De hecho, un grupo de vocales progresistas aprovechó que, antes de irse, Lesmes dejó convocado un pleno para este jueves. En él, les instaba a solventar el estancamiento para designar a los dos jueces del Tribunal Constitucional que debe nombrar el Poder Judicial y que completarán la cuaterna que debe entrar tan pronto como sea posible. Lo que hicieron fue añadir el tema de la sustitución de Lesmes al orden del día, y a ello han procedido.

En lo que podríamos llamar el "día de la casi unanimidad del CGPJ", los participantes en el Pleno también han estado de acuerdo en seguir trabajando la renovación del TC a través de la comisión negociadora que se puso en marcha entre progresistas y conservadores. Así que del Tribunal Constitucional, seguimos a la espera; de la sustitución de Lesmes, una solución que no satisface a todos, ni en el CGPJ ni mucho menos en el Supremo.

Voto particular

El argumento contrario a la designación de Rafael Mozo lo ha expuesto el vocal Wenceslao Olea, que no sólo ha votado en contra, sino que ha emitido un voto particular con varias conclusiones:

  • Solo puede existir un único presidente que lo es al mismo tiempo del TS y del Consejo, no puede existir bicefalias en el actual sistema legal.
  • El Consejo no tiene presidencia, es decir, no existe un Presidente del Consejo porque esa presidencia viene vinculada por la Ley a quien lo sea del TS.
  • Además, si uno de los vocales llega a ostentar la Presidencia, se está alterando la misma composición del Consejo, porque si este se compone de Presidente (del TS) y los vocales, en el actual sistema en vez de estar integrado el Consejo por 19 miembros (todos los vocales que en la actualidad lo componen y Presidente del TS), se integra solo por 18 miembros.

Para Olea, además, su compañero de Pleno no reúne los requisitos para ser presidente del CGPJ; porque considera que ser el vocal de más edad no es argumento. Mozo no es magistrado de Sala en el Supremo o jurista de reconocido prestigio que haya desarrollado esa labor durante 15 años, como marca la ley. Aunque lleva 35 años en la carrera judicial, a Olea no le sirve porque distingue entre jueces y juristas.

Su extenso voto particular rechaza el nombramiento y se opone a sus compañeros. Sí coincide, igual que Mar Cabrejas, en el enésimo reclamo que todo el Pleno ha hecho a los políticos: que acaben ya con los cuatro años de funciones y designen un nuevo CGPJ. Mientras llega ese momento, que para unos está muy cerca y para otros no, continúa una batalla interna del mundo judicial que cada día tiene una arista nueva.