Alberto de Mónaco viaja este fin de semana a España para conocer el futuro Museo de Arte Rupestre situado en Puente Viesgo (Cantabria), pero antes hará una pequeña parada en el palacio de la Zarzuela, donde almorzará este sábado con el rey Felipe VI.
El príncipe de Mónaco viaja solo. No le acompaña ni su mujer Charlene ni sus hijos Jacques y Gabriella. Por lo que el almuerzo será cosa de chicos, ya que la reina Letizia tampoco se sumará a la comida en palacio.
Tras el paso por Zarzuela, Alberto de Mónaco pondrá rumbo a Cantabria , donde acudirá a visitar las cuevas de Monte Castillo y el futuro Museo de Arte Rupestre que se inaugurará en 2023.
Alberto de Mónaco contará con un 'cicerone' de postín en Cantabria. El presidente Miguel Ángel Revilla le guiará por su tierra y no faltan las apuestas sobre cuántas cajas de anchoas terminará llevándose de vuelta al Principado.
El príncipe monegasco es un enamorado de la Prehistoria y de la Arqueología. Hace tres años, en 2019 viajó hasta Burgos para conocer de manera privada el yacimiento de Atapuerca. Allí fue recibido por los codirectores del Proyecto Atapuerca y vicepresidentes de la Fundación, los profesores Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell.
En esta ocasión, Alberto Grimaldi visitará el nuevo Museo de Arte Rupestre situado en Puente Viesgo (Cantabria), a menos de 22 kilómetros de las cuevas de Altamira. El príncipe de Mónaco no irá hasta allí si no que visitará las cuevas de Monte Castillo. Son cuatro cavidades con arte rupestre paleolítico, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008. De las cuatro, dos están abiertas al público: El Castillo y Las Monedas.
Más de 17 años ha pasado desde la famosa pregunta de Alberto de Mónaco, miembro del Comité Olímpico Internacional, sobre la idoneidad de España para albergar unos Juegos Olímpicos. Era 2005 y España luchaba por conseguir albergar los JJ.OO de 2012 en Madrid.
La pregunta se hizo en julio de 2005 y en noviembre de ese año ni el rey Juan Carlos ( que estaba lesionado) ni el entonces príncipe Felipe acudieron a su proclamación como príncipe de Mónaco. Tampoco asistieron ni Felipe ni Letizia en 2011 a la boda de Alberto II con la sudafricana Charlene de Mónaco.
Las relaciones se enfriaron pero ya hace años que han vuelto a retomarse sin problema, incluso almuerzan juntos.