La historia se repite. Otra vez la elección del candidato o candidata del PSOE al Ayuntamiento de Madrid se convierte en un quebradero de cabeza para Ferraz. La capital se resiste a los socialistas que llevan más de treinta años sin dar con la tecla para gobernar la capital, el ayuntamiento más importante y con más visibilidad de España.
El retraso del proceso de primarias para elegir al cabeza de cartel hasta diciembre ha desatado la incertidumbre y los nervios en el partido y también las quinielas. Es una decisión estratégica en busca de un nombre potente para encabezar la papeleta socialista para las elecciones municipales de mayo de 2023. "Vamos a poner lo mejor que tengamos. Vamos a por todas", dicen en la dirección de Ferraz.
Juan Barranco fue el último alcalde del PSOE. Ganó las elecciones en 1987, pero en 1989 una moción de censura del PP y el CDS le desalojó del poder. Desde entonces, más de treinta años, los socialistas no han vuelto a ostentar el bastón de mando en la capital, -que salvo el periodo de Manuela Carmena como alcaldesa con Ahora Madrid-, ha estado en manos de la derecha.
En todo este tiempo el partido ha probado suerte con varios candidatos, seis desde Barranco, y todos han fracasado. Desde perfiles más vinculados a Madrid hasta experimentos con fichajes estrella y paracaidistas sin ningún conocimiento de la política que han llevado al PSOE a una pérdida progresiva de apoyo electoral.
Ahora, en la dirección creen que los síntomas de desgaste del alcalde José Luis Martínez-Almeida son evidentes y los socialistas tienen una oportunidad de desalojar al PP del Ayuntamiento. Por eso todas las voces del partido repiten que darán la batalla de Madrid y no van a tirar la toalla. "No damos ninguna plaza por perdida", ha dicho en más de una ocasión Pedro Sánchez.
Un buen resultado en Madrid sería un revulsivo para los socialistas de cara a las generales en un momento de incertidumbre económica y con las encuestas señalando que el PP de Feijóo gana las elecciones y podría gobernar con Vox. El resultado de las municipales y autonómicas de mayo repartirá el poder territorial y medirá las fuerzas entre los dos principales partidos tan solo unos meses antes de las generales de diciembre.
Para que el PSOE pueda hacerle daño a Almeida los socialistas necesitan a un candidato que ahora mismo no tienen. Las quinielas se han disparado y han vuelto a sonar nombres de ministros del gabinete como Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska o Pilar LLop. Hasta el de Félix Bolaños está en el disparadero. Voces del partido los descartan y ellos también. No parece que nadie quiera un caramelo envenenado que podría significar el final de su carrera política.
El nombre del poeta Luis García Montero, director del Instituto Cervantes y viudo de Almudena Grandes, también llegó a estar durante unos días en la lista, pero el propio secretario de Organización, Santos Cerdán, lo descartó de forma rotunda: "Hombre, por favor. Ocurrencias ninguna".
¿Significa eso que no habrá experimentos? Si se mira hacia atrás no ha funcionado ninguno de los nombres impuestos desde la dirección federal. Los antecedentes hablan por sí solos. El último, el exseleccionador de baloncesto Pepu Hernández, apuesta personal de Pedro Sánchez para intentar dar un golpe de efecto, dejó a los socialistas con el peor resultado de su historia en Madrid. En las municipales de 2019 solo consiguió 8 concejales y poco más de 220.000 votos. El PSOE quedó como cuarta fuerza política por detrás de Más Madrid, Ciudadanos y PP y Pepu Hernández dimitió poco después.
Antes, en 2015, Antonio Miguel Carmona obtuvo 9 concejales ante el empuje de Manuela Carmena que se convirtió en alcaldesa. En la lista de candidatos también ha estado Jaime Lissavetzky (15 concejales en 2011), Miguel Sebastián (18 en 2007), Trinidad Jiménez (21 en 2003) y Fernando Morán (20 en 1999). La sangría de votos ha sido constante desde que en 1983 Enrique Tierno Galván gobernase con 30 concejales, uno de los alcaldes más emblemáticos que ha tenido Madrid.
A la falta de acierto en los cabezas de cartel se une la complicada Federación socialista madrileña donde ha habido crisis sucesivas por las luchas internas entre diferentes familias que han desembocado en varias gestoras.
El calendario del proceso de primarias establece que los nombres de los candidatos se conocerán entre el 21 y 22 de noviembre, dos meses más tarde de los previsto. La votación de los aspirantes, si hay más de uno que consiga los avales, será el 11 de diciembre. De esa forma los socialistas ganan tiempo pero el retraso ya ha provocado que la que parecía ser la candidata, la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, esté descartada. Aunque es una política con experiencia en Madrid, -fue concejal de Urbanismo durante seis años-, es prácticamente una desconocida y generaba dudas sobre su capacidad de movilizar votos. En la misma situación esta Mar Espinar, la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento.
El secretario de los socialistas madrileños, Juan Lobato, que será el candidato a la Comunidad para batirse el cobre contra la todopoderosa Isabel Díaz Ayuso, ya ha señalado las características que debe tener el rival de Almeida. Un perfil "reconocido y reconocible" por la mayoría de la sociedad madrileña, con ambición y "una persona querida y que el PSOE identifique como suya". Además abrió la posibilidad a que no tenga que ser "político de profesión". Todo está en el aire. De momento el nombre sigue siendo una incógnita.