Sánchez responde al PP con un paquete de "justicia fiscal" y se refuerza ante sus socios

El paquete fiscal del Gobierno anunciado por la ministra de Hacienda que baja los impuestos a los que ganan menos y se los sube a los ricos fortalece la relación de Pedro Sánchez con sus socios de Podemos y sus aliados parlamentarios en plena negociación para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado con los que pretende abordar el final de la legislatura. Unas cuentas públicas que el Consejo de Ministros tiene que aprobar en breve para llevarlas al Congreso y que puedan entrar en vigor el 1 de enero de 2023, el objetivo marcado por el presidente.

La reforma fiscal, celebrada por Podemos, será la gran baza de Hacienda en la compleja negociación presupuestaria donde todavía hay importantes diferencias con los morados. La vicepresidenta Yolanda Díaz ya ha advertido de que se ha cerrado el acuerdo en el capítulo de ingresos, pero que ahora hay que sentarse a negociar todo lo que respecta a inversiones y gastos. El atasco en el Congreso de la Ley de Vivienda también complica el acuerdo definitivo, pero está claro que el pacto fiscal es un paso adelante e imprescindible para cerrar los PGE.

Con ese plan fiscal, avanzado este mismo lunes por María Jesús Montero desde la sede del PSOE en Ferraz y materializado tres días después, el Gobierno intenta desactivar la ofensiva del PP que le estaba arrastrando a un debate de bajadas de impuestos donde Alberto Núñez Feijóo se siente especialmente cómodo, -es el eje central de su discurso-, y donde han entrado barones socialistas como el presidente valenciano Ximo Puig que el martes anunció una bajada del IRPF a las rentas inferiores a los 60.000 euros descolocando a Moncloa.

Fue un torpedo en la estrategia de Sánchez que había defendido la unidad del PSOE en un modelo de subidas de impuestos a las grandes fortunas. La presión era cada vez más fuerte y ahora el Gobierno reacciona con un paquete que le permite remarcar sus diferencias con el PP y seguir argumentado que los populares defienden a los ricos y los socialistas a los que más lo necesitan.

La ministra de Hacienda se esforzó especialmente en señalar que en su plan no hay deflactación, la eterna reclamación del PP, porque ni es "progresiva" ni es "justa" al beneficiar a todas las rentas. Como ejemplo pone que con sus medidas un trabajador que gana 18.000 euros al año se ahorra 746 euros frente a los 23 euros que se ahorraría con una deflactación del IRPF.

El pacto con Podemos llegó en tiempo de descuento. Yolanda Díaz, que minutos antes de que Montero anunciase el paquete desde el Ministerio, -con Nacho Álvarez, el secretario de Estado de Hacienda de Podemos presente en la rueda de prensa-, dijo que no había acuerdo mostró finalmente su satisfacción por conseguir "un país más justo y solidario". Todos los dirigentes morados reivindicaron su "sello" en la reforma, especialmente el impuesto a las grandes fortunas para los patrimonios de más de 3 millones de euros: "Será compatible con el impuesto de patrimonio y evitara el dumping fiscal que propugna el PP", enfatizó la vicepresidenta.

En las redes sociales salieron en tromba varios dirigentes de Podemos para reivindicar que sus propuestas más relevantes estaban recogidas en el paquete aunque seguirán reclamando una "reforma fiscal estructural". Ione Belarra, la secretaria general del partido, presumió de que la reforma es "más ambiciosa" de la que quería el PSOE gracias a ellos. Pablo Echenique alardeó de que han conseguido "meter una buena parte de nuestro programa de fiscalidad en el BOE".

Díaz reconoció que la negociación entre los dos socios, que comenzó en agosto, ha sido muy intensa y "ha costado mucho". "Si me miran a la cara verán que he dormido bastante poco", dijo la vicepresidenta que augura otras muchas noches sin dormir para cerrar los Presupuestos. Tras unas horas de confusión sobre si había o no acuerdo, quiso tener un gesto con la ministra de Hacienda: "Siempre es un placer negociar con ella".

En los aliados de investidura de Sánchez hay de todo, desde la satisfacción de los partidos situados en la izquierda a las reticencias del PNV. Gabriel Rufián, el portavoz de ERC en el Congreso, aseguró que "suena bien" un régimen fiscal más justo que es lo que los republicanos vienen reclamando desde siempre. Eso sí, ironiza con que les falta conocer la letra pequeña: "Cuando dejen de celebrarlo que nos lo pasen".

Fuentes de Bildu señalaron que las modificaciones, aunque insuficientes, "van en la buena dirección", incorporando el principio de que "quien más tiene, más debe aportar", un principio básico de justicia que, según los independentistas vascos, debería guiar todas las propuestas sobre impuestos. Valoran positivamente el nuevo impuesto a las grandes fortunas, pero creen que establecerlo solo para los patrimonios de más de 3 millones de euros es un umbral demasiado alto.

Íñigo Errejón, el líder de Más País, respalda las medidas por ser "coherentes" con lo que él califica "giro social" que Pedro Sánchez dio en el debate del estado de la nación. Considera que ese "es el camino" y ya avanza que apoyarán las iniciativas.

Más crítico ha sido el PNV, socio prioritario del Gobierno, que no ha dejado clara su posición sobre el fondo. "Ya veremos cuál es nuestra posición en cuanto a las medidas concretas, pero nos parece que no se está actuando seriamente ni por parte del Gobierno ni por parte de la oposición", advirtió el portavoz parlamentario de los nacionalistas vascos, Aitor Esteban. Se queja de que es "desoladora" la forma en la que Moncloa plantea propuestas. "Esto no es gobernar", afirmó tras la rueda de prensa de Montero. Puso además el acento en el escenario electoral: "Aquí cada uno hace propuestas según se le ocurren de cara a elecciones".

Y a todo esto, el PP mantiene su ataque al Gobierno. Feijóo reaccionó calificando el paquete de Hacienda como "decepcionante". El líder de los populares considera que Sánchez ha vuelto a improvisar y a contradecirse a sí mismo con las medidas anunciadas. Además considera que la rebaja fiscal es "escasa".

El presidente del PP pone el foco en que el Ejecutivo se ha olvidado de las rentas medias para las que no contempla ningún tipo de alivio e insiste en el afán recaudatorio del Gobienro de coalición. "Los españoles debe saber que no les van a bajar los impuestos en 2022 cuando el Gobierno tiene el récord de recaudación más alto que recordamos. Las clases medias tampoco van a tener ninguna rebaja", aseguró Feijóo que espera conocer el detalle concreto de las medidas.