Hay reinas que nacen y reinas que se hacen. Letizia Ortiz es de las segundas. De aquel "seguiré el impagable ejemplo de la reina (Sofía)" que pronunció nada más pisar Zarzuela, al "las mujeres que llegan arriba cambian lo de abajo y permiten a otras poder elegir", que espetó a un grupo de directivas durante los premios FEDEPE en 2016, ha habido una evolución.
Letizia cumple 50 años, 19 de ellos los ha pasado en Palacio. A una mujer moderna como ella, le costó encajar en las rígidas costuras de la monarquía . "Letizia siempre se ha negado a ser un florero. Ella se implica y trabaja mucho y no disimula si algo no le gusta", cuenta a NIUS Mábel Galaz, una de sus biógrafas.
Para ser una reina sin funciones en la Constitución, Letizia se ha diseñado su propio papel. Sus gestos y sus discursos- ha dado más de 200- denotan lo que piensa y su filosofía de vida; las causas en las que se emplea a fondo, también. La reina no hace política pero coloca en la agenda pública temas que le preocupan.
Los centímetros de sus tacones o el vestido que lleva suelen acaparar más titulares que las reuniones a las que asiste. A la reina le molesta pero le ha sabido dar la vuelta. La imagen es mensaje. Así que el pasado 10 de junio Letizia no dudó en ponerse una blusa confeccionada por mujeres supervivientes de la explotación sexual para recibir a la asociación APRAM (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida . "Fue un detalle y un mensaje de apoyo", afirma Rocío Mora, coordinadora de la asociación. Contactó con ellas en pandemia. "Estaba absolutamente informada de nuestra labor", corrobora. También lo hizo con una blusa bordada ucraniana cuando mpezó la guerra.
Letizia fue premiada en 2019 por Observatorio contra la Violencia de Género por ayudar a visibilizar el problema. Le acompañó su marido, el rey Felipe VI. La reina coló por primera vez el asunto en uno de sus discursos en 2013. Ninguna reina lo había hecho antes. Animaba a "romper los tabúes, los prejuicios negativos y las ideas preconcebidas hacia roles tanto de la mujer como del hombre que lleven a conductas basadas en la superioridad, en la falta de respeto, en la violencia verbal y física".
Ha denunciado que "las mujeres dedican el doble de tiempo al hogar y a la familia que sus parejas", e incluso ha pisado el charco de los horarios laborales. "Habría que empezar a plantear un debate serio en torno a los horarios", afirmó en una de sus intervenciones. A Letizia se le ha acusado a veces de querer ser reina a tiempo parcial. "Ella nunca se ha negado a trabajar los fines de semana ni pone problemas a trabajar cuando sea", defiende Mábel Galaz, pero quiere "delimitar muy bien su vida pública de su vida privada"
"Es cercana. Lleva todos los temas muy trabajados. Conoce bien el mundo de la investigación científica", asegura Fidela Mirón, vicepresidenta de la Asociación Española de Porfiria en una entrevista en Telemadrid. Su buena relación con la reina se vio clara en uno de sus últimas audiencias. Ambas se fundieron en un abrazo. Letizia lleva años haciendo bandera de la necesidad de visibilizar las enfermedades raras. "La inversión, pública y privada, en investigación científica es siempre rentable, siempre conveniente", ha remarcado en varios de sus discursos.
Los que han compartido con ella esos actos insisten en que es cariñosa y atenta . Se preocupa en privado. Les llama y se interesa. "La sensación era como si hablase con otra mamá", afirmaba la madre de Paula, una pequeña con el extraño síndrome DDX3X , tras un acto con la reina.
"A algunos les asusta cuando dice que quiere preguntar", sostiene alguien cercano a Zarzuela. Y es que la reina pregunta y mucho. La última vez hace 10 días, en el llamado "Tour del cáncer" en Lleida, puso en un brete al doctor Carlos López-Otín, al preguntarle por la "resistencia" de los oncólogos a usar medicinas integrativas.
"La reina trae ideas nuevas y nos da visibilidad" sostienen desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), todavía están agradecidos por el último gesto de la reina. Letizia llevó a su sede a la mismísima primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, en su visita a España con motivo de la cumbre de la OTAN. "Ese apoyo institucional nos ayuda a seguir progresando"
El del cáncer es un tema en el que la reina está especialmente involucrada y sensibilizada. Incluso llegó a confesar en un acto en 2018 que "una persona cercana" a la que quería "mucho" había sido diagnosticada con esa enfermedad.
La cooperación internacional era un terreno ya trillado por la reina emérita. Letizia le quiso dar otro aire. Que trascendiera lo que se estaba haciendo fuera y no lo que llevaba puesto. Esa es una de sus luchas, que se vea más allá del modelo de turno. En sus primeros viajes, la imagen demasiado institucional de la reina chocaba con la indumentaria informal de los cooperantes. "Así que decidió que iría vestida como el resto de la delegación", confirma Pilar Cancela ,secretaria de Estado de Cooperación Internacional.
Ese fue el motivo de llevar siempre el chaleco rojo de la AECCI (Agencia Española de Cooperación Internacional) en esos viajes. Claro que nunca llueve a gusto de todos y su outfit de cooperante cosechó las críticas de una diputada en Paraguay. No es lo habitual. "En el extranjero, la reina fascina", cuentan desde la Agencia de Cooperación.
"No se arredra", comentan algunas personas que compartieron con ella su último viaje a Mauritania el pasado mes de junio. Una tormenta de arena sorprendió a la comitiva en pleno desierto a las afueras de la capital Nouakchott. Visitaban un proyecto para crear espacios verdes que generen CO2 llevados por mujeres. "La reina se enfundó sus gafas y su pañuelo y siguió como si nada", cuentan.
Viaja acompañada de documentos y también de libros. La cultura y la lectura son otras de las "causas" de la reina. Viral se hizo su respuesta en plena Feria del Libro a una señora que le aconsejaba que se tiñera sus incipientes canas. "Vale, pero usted lea", le soltó Letizia. La reina gana y se crece en las distancias cortas. Lectora compulsiva anima a los más pequeños a acercarse a los libros. "Modela el criterio y abre la mirada", advierte a los adolescentes.
Cinéfila confesa no es raro verla en las salas Renoir, donde ve películas en versión original. Mantiene una excelente relación con estrellas como Penélope Cruz, aunque nunca ha aceptado la invitación para asistir a la Gala de los Goya. Felipe VI fue en el año 2000, Pedro Almodóvar le cantó "Cumpleaños Feliz" y no ha vuelto.
A sus recién estrenado medio siglo, toma sentido la frase que pronunció con motivo de los 50 años de la Facultad de Ciencias de la Información (U.Complutense de Madrid) la que estudió periodismo. "50 años es una bonita cifra para intentar hacer las cosas bien en el lugar en el que a cada una nos corresponda", toda una declaración de intenciones.