Verano nefasto para España en lo que se refiere a los incendios forestales. Impulsado por las altísimas temperaturas y la concatenación de olas de calor, el fuego está causando estragos y no deja de extenderse por distintos puntos del territorio. Mientras en Ávila crece la preocupación por el incendio desatado en Santa Cruz del Valle, y en Galicia, solo en Boiro, A Coruña, las llamas han quemado ya más de 2.200 hectáreas, los datos que arroja el Sistema Europeo de Información de Incendios (EFFIS) de Copernicus sobre el impacto del fuego en España son sumamente drámaticos: en total, nuestro país acumula casi el 40 por ciento (39,39%) del total de hectáreas quemadas este año en la Unión Europea, con 236.575 de las 600.731 hectáreas calcinadas hasta el 6 de agosto en los Veintisiete.
El segundo país de Europa que más superficie calcinada aportó es Rumanía, y la diferencia, aun así, es notable respecto a España, ya que allí han ardido 150.027 hectáreas, lo que significa 86.548 hectáreas menos que en España. El tercer puesto, por su parte, lo ocupa Portugal, donde se han quemado 61.202 hectáreas.
Si más allá de las hectáreas arrasadas se atiende a su relación y proporción con el tamaño del territorio, porcentualmente, el más afectado es Portugal, donde las llamas han calcinado el 0,67 por ciento de su superficie (9,18 millones de hectáreas); seguido por Rumanía, con el 0,63 por ciento de su territorio afectado (23,83 millones de hectáreas). A este respecto, España ocupa el tercer puesto con el 0,47 por ciento de los 50,60 millones de hectáreas de suelo nacional quemado.
No obstante, el sistema de estadísticas del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, que se nutre de la información que le remiten las comunidades autónomas, sitúa en 162.447,44 hectáreas la superficie quemada en el conjunto de España en los siete primeros meses del año. La diferencia en una semana sería de 74.127 hectáreas entre los datos europeos, que abarcan hasta el 6 de agosto, y los del Gobierno español. Sin embargo, el anterior balance, que llegaba hasta el 24 de julio apuntaba hasta esa fecha algo más de 135.000 hectáreas afectadas.
En cualquier caso, los datos son dramáticos y sitúan a 2022 como el peor año del decenio en materia de incendios forestales, seguido por 2012, cuando en esos siete primeros meses del año se quemaron 150.194 hectáreas, es decir, un un 7,54 por ciento menos, teniendo en cuenta la cifra de 162.447,44 hectáreas del presente año dada por el Ministerio.
Pese a ello, 2022 hasta la fecha no es el año con mayor número de siniestros, que se cifran en 6.816, una cifra más o menos similar a la media del decenio, que se sitúa en 6.497 fuegos.
De estos, 4.633 fueron conatos que se extinguieron antes de alcanzar 1 hectárea de superficie afectada y 2.183 fueron incendios. De ellos, 37 superaron las 500 hectáreas quemadas y pasaron a engrosar la categoría de grandes incendios forestales (GIF), una cifra que deja muy atrás a la de los 21 GIF de 2012 y aún más a los 9 fuegos de esta dimensión de media en los últimos diez años.
De las 162.447,44 hectáreas quemadas en los siete primeros meses del año, 76.776,59 hectáreas eran superficie arbolada y otras 75.490,68 hectáreas de superficie matorral y monte abierto. Las 10.180,17 hectáreas restantes eran de pastos y dehesas.
Atendiendo a la distribución geográfica, el noroeste peninsular (Galicia, Asturias, Cantabria, León y Zamora) concentra la mayor parte de los siniestros. Un 45,34% se registraron aquí, donde se ha quemado el 41,89 por ciento de la superficie arbolada total y el 37,82 por ciento de toda la superficie forestal quemada.
En segundo lugar por número de incendios se sitúan las comunidades interiores, donde se contabilizaron 37,15 por ciento de los siniestros. Allí se quemó el 41,65 por ciento de la superficie arbolada quemada en el conjunto del país y el 44,08 por ciento del total de la superficie forestal.
Por su parte, las regiones mediterráneas acogieron el 17,11 por ciento de los incendios en los que se quemó el 12,89 por ciento de la superficie arbolada y el 15,62 por ciento de la superficie forestal.
Finalmente, Canarias se sitúa a la cola. Apenas se contabiliza auqi el 0,40 por ciento de los incendios, en los que se quemó el 3,57 por ciento de la superficie arbolada y el 2,49 por ciento de la superficie forestal.