Faltan dos días para que se cumpla el 25 aniversario del asesinato que conmocionó a todos los españoles: el de Miguel Ángel Blanco. Aunque murió el 13 de julio de 1997, fue el día 10 cuando recibió los disparos que acabarían con su vida. Los autores materiales cumplen condena, pero la Justicia aún persigue a sus autores intelectuales.
Este viernes, el juez ha citado a declarar como imputados por el secuestro y asesinato del joven concejal de Ermua (Vizcaya) a los entonces responsables del aparato militar y político de ETA. Uno de ellos, Mikel Antza, actualmente en libertad. El magistrado apunta que tuvieron la oportunidad de evitar el crimen y no lo hicieron.
El acto central de este domingo contará con la presencia del rey Felipe VI y del jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez. No acudirá el expresidente del Gobierno José María Aznar, que sí lo hará en el acto que su formación política y la de la víctima, el Partido Popular, organiza este sábado. Tampoco estarán presentes algunas asociaciones de víctimas del terrorismo.
En la localidad vasca, varias exposiciones recuerdan con fotografías el horror que se vivió entonces. También hay una imagen para la posterioridad, la de las manos blancas pidiendo la libertad de Miguel Ángel.
Con voces y testimonios de protagonistas de aquellos días, hemos recreado esas horas en las que un país entero estuvo pendiente de un desenlace que resultó ser fatal. La sinrazón y el odio de la banda terrorista no encontró amparo ni justificación alguna y provocó una reacción, la del pueblo español, que pudo suponer el principio del fin de ETA. Entonces, resonó en las protestas el sobrecogedor grito de "vascos sí, ETA no".
La hermana del edil secuestrado y asesinado, Marimar Blanco, que clausurará este domingo el homenaje, dice que "son 25 años que te hacen recordar". "Cuando volvíamos ese sábado 12 de julio de la manifestación multitudinaria que tuvo lugar en Bilbao, llegué a casa convencida de verdad de que habíamos logrado salvar la vida de mi hermano", rememora.
Lamentablemente, no fue así. Y Marimar indica que "terminaron asesinando a un joven de tan solo 29 años".
Naiara Zamarreño, hija de una víctima de ETA, explica que "fueron 48 horas interminables en las que la tensión, el miedo y el dolor se percibía". Y pide que "no se olvide, necesitamos hacer memoria y necesitamos recordarles".
Carlos Totorika, exalcalde de Ermua entre 1991 y 2018, asegura que aquellas movilizaciones del municipio "fueron el punto final del silencio" y añade que "fue un momento en el que conseguimos empezar a salir a la calle superando el miedo. El terror nos sacó más a la calle".