Análisis del discurso de la princesa Leonor: fiel a su marca personal, segura, hierática y minimalista
Cristian Salomoni/ Experto en comunicación no verbal del IIAC
La Princesa ha lucido un vestido con los hombros al aire, escote cruzado con un color azul que brinda homenaje a la paleta de colores de la Fundación Princesa de Girona.Informativos Telecinco
La princesa Leonor, en su discurso en los premios Princesa de Girona no tuvo nervios: solo necesita trabajar la emoción en sus palabras
Una vez más, la princesa Leonor ha sido fiel a su marca personal: segura, hierática, minimalista.
La Princesa ha lucido un vestido con los hombros al aire, escote cruzado con un color azul que brinda homenaje a la paleta de colores de la Fundación Princesa de Girona.
Después de terminar el curso en la UWC Atlantic College, la princesa vuelve a su trabajo institucional. Se la ve más madura y ha crecido, también en sus habilidades comunicativas que son las más importantes para el rol que desempeña. Su discurso en los premios Princesa de Girona marca una evolución.
Empezando por su imagen personal, la Princesa ha lucido un vestido con los hombros al aire, escote cruzado con un color azul que brinda homenaje a la paleta de colores de la Fundación Princesa de Girona.
Una vez más, la princesa Leonor ha sido fiel a su marca personal: segura, hierática, minimalista.
Leonor no recurre a gestos expresivos
Leonor quiere con su comunicación que la gente se enamore de sus palabras. No es la princesa Leonor una persona que suela hacer grandes gestos expresivos, quiere que la gente le preste atención, se acerque a su discurso sin distracciones.
Vemos ahora a una Leonor sin nerviosismo, acostumbrada a este tipo de actos, mejorando cada vez más. Estamos ante una persona detallista, con una voz firme y muy convencida de su discurso.
Más sonrisas y modulación, el paso que tiene que dar
Ahora Leonor solo necesita trabajar en la emoción de sus palabras y que esta se refleje aún más en su comunicación no verbal: más sonrisas, algún gesto y sobre todo más modulación de la expresión facial.
El resultado sería un discurso más natural y poderoso del que ya es. Los políticos necesitan entender que, primero va el corazón luego la palabra, que el poder no está solo en la oratoria sino también en el gesto.
Leonor es una buena oradora, lo lleva en la sangre como su madre y su padre, que seguramente la asesoraron. Ahora solo falta verla en ambientes más naturales y menos protocolarios. Cristian Salomoni (Experto en comunicación no verbal del IIAC )