La Cumbre de la OTAN de Madrid deja un mundo más cerca de la Guerra Fría con un enemigo claro, Rusia. Como si esa moda retro que nos invade de vuelta al pasado alcanzara de lleno a la geopolítica. Tanto es así que hemos vuelto a ver bombas, muerte y destrucción en el corazón de Europa.
Esta generación va a vivir en sus carnes una nueva Guerra Fría con Rusia como enemigo y con otro país en el punto de mira: China, que sigue escondida entre las sombras pero es señalada por primera vez. Tendrá un coste económico que ya empezamos a sufrir.
China es un desafío en varios frentes como el espacio y la ciberseguridad. Por no contar la economía. También por su influencia junto a Rusia en zonas como el norte de África y Oriente Próximo. El mundo ha cambiado. La geopolítica es otra. Pero los intereses siguen ahí.
Las intenciones de la organización han quedado plasmadas en el llamado “Concepto Estratégico de Madrid”, que sustituye a la estrategia en vigor desde 2010 y que actualiza las posiciones de la Alianza en un mundo que ha cambiado.
Hemos pasado de una OTAN en muerte cerebral, como la definió el propio Macron, a otra que sale de Madrid con dos nuevos miembros, Suecia y Finlandia. Adiós al ejército europeo independiente. Todos a una, pero bajo la sombra de EEUU. Joe Biden ha estado pletórico en Madrid. Tal vez no sea para menos.
La gran paradoja es que el salvador de la OTAN ha sido su mayor enemigo. Vladimir Putin, que reanimó a un muerto con su guerra en Ucrania. ¿Sabía lo que hacía? Será una pregunta para los historiadores futuros.
La realidad es que en este nuevo mundo se venderán más armas, habrá más miedo. Solo una cifra para demostrarlo: las fuerzas de alta disponibilidad pasan de 40.000 a más de 300.000 efectivos.
Y esto costará dinero. Habrá que invertir al menos el 2 % de su PIB en defensa. En esto Pedro Sánchez mirará al PP. Otra paradoja. La guerra fría más cerca mientras un pequeño deshielo se percibe en las relaciones entre el PP y el PSOE, con Feijóo felicitando al Gobierno por la Cumbre. Unidas Podemos seguirá con su no a la guerra y la OTAN. El PP estará con el Gobierno en su Atlantismo.
La guerra de Ucrania ha sido un golpe de realidad ."Si hay una guerra a gran escala entre Rusia y la OTAN veremos sufrimiento, destrucción y, muerte a una escala mucho mayor a la que tenemos en Ucrania hoy". Es la sentencia que queda en el aire, aunque las armas nucleares impidan un enfrentamiento total.
¿Y qué pasa con España? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sacado pecho de la buena organización de la cumbre de la OTAN y en particular de los resultados que se han alcanzado durante estos dos días, que han cumplido con las expectativas que se había marcado el Gobierno para esta cita. Y tiene motivos para ello.
España ha salido reforzada de esta Cumbre. Y ha demostrado de nuevo su capacidad de organización de grandes eventos. Salvo pequeños fallos de protocolo -los cara a cara del presidente con el Rey y la bandera española siempre son noticia- todo ha sido perfecto. Y España se ha colocado en el mapa, de la gastronomía, al Museo del Prado o incluso la alpargatas. La marca España ha ganado puntos. Y la relación con EEUU -solo había que ver a Joe Biden con Begoña, la mujer de Pedro Sánchez o la propia reina Letizia- se cura tras la sentada ante la bandera de ZP,.
En los últimos días también se habían generado expectativas de que el documento final de la Cumbre pudiera hacer alguna mención concreta al estatus de Ceuta y Melilla dentro de la Alianza. Las dos ciudades autónomas están formalmente fuera del paraguas aliado conforme a lo estipulado por el artículo 6, pero el Gobierno ha venido defendiendo siempre que en caso de verse atacadas los aliados estarían del lado de España.
En este sentido, el Concepto Estratégico deja claro que la OTAN defenderá "cada centímetro de territorio aliado" en un intento por "preservar su soberanía e integridad territorial" para "prevalecer sobre cualquier agresor".
El Gobierno hizo especial hincapié en que el documento final reconociera la defensa de la integridad territorial "de los aliados" y no la integridad territorial aliada, dejando así claro que la delimitación la marca el orden constitucional de cada país, según han explicado fuentes gubernamentales, aunque el Ejecutivo se mantiene en que no había ya "la menor duda" respecto a la protección de ambas ciudades autónomas.
Con todo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha vuelto a recordar que la activación del Artículo 5 de defensa colectiva no es automática sino que depende de una "decisión política", asumiendo que es el Consejo del Atlántico Norte, el principal órgano de toma de decisiones dentro de la Alianza, quien debe decidir si el bloque responde o no a hipotéticos ataques sobre el territorio de los Estados miembro.
Para Sánchez se trata de una polémica "más artificial que real", ya que Ceuta y Melilla "son España". En cualquier caso, ha reivindicado que el nuevo Concepto Estratégico que sale de esta Cumbre "deja bien claro" que se defenderá "cada centímetro" del territorio de los países que pertenecen a la OTAN.
Y más allá de un mundo que camina hacia una nueva Guerra Fría siempre nos quedará el recuerdo de Jill Biden, más dinámica que su marido -que confundió Suecia con Suiza-, el saber estar de los Reyes, que han ganado puntos en esta Cumbre -la reina Letizia hasta tuvo que esperar estoica a la primera dama americana- y sí, las alpargatas.