La Cumbre de la OTAN en Madrid arranca este martes. El despliegue de seguridad está siendo histórico. Cada avión que aterriza en Barajas se vigila con lupa. Más de 1.000 guardias civiles controlan el aeropuerto, la principal vía de entrada de las delegaciones, un punto sensible dentro y fuera de la terminal.
Una de las mayores amenazas para el aeropuerto de Barajas es la presencia de drones en su espacio aéreo, para ello la Guardia Civil cuenta con Pegaso. "Una vez que detectamos la presencia de un dron pues tenemos el perturbador de señales. ya hemos eliminado esa amenaza", señalan al respecto.
Son 45 kilómetros de perímetro, multitud de pistas y miles de pasajeros. Unidades TEDAX, de subsuelo y cinológicas refuerzan la seguridad. "La amenaza terrorista es una amenaza que está ahí y que estamos centrados en ella pero no vamos a descartar ningún otro tipo de amenaza", comenta Mercedes Martín, portavoz de la Benemérita.
Otro punto caliente son las fronteras terrestres. Los controles tratan de identificar posibles amenazas pero buscan un perfil muy concreto: prevenir la entrada de personas que puedan provocar desórdenes públicos estos días. Para evitarlo vuelven los controles, se suspende temporalmente el espacio Schenguen.