Sobre las espaldas de Juan Espadas ha recaído la difícil misión de recuperar el poder socialista en Andalucía, el principal y más emblemático feudo electoral para el PSOE. Este sevillano nacido en 30 de septiembre de 1966 libra una carrera llena de obstáculos: contra todas las encuestas, contra la desmovilización de su propio electorado, las horas bajas de la marca PSOE y el desconocimiento de su figura. Los sondeos señalan que una gran parte de los andaluces no le conoce a pesar de haber sido durante 6 años (2015-2021) alcalde de Sevilla, la ciudad más importante gobernada por el PSOE.

Espadas fue la apuesta personal de Pedro Sánchez para dar la batalla hace un año contra su gran enemiga, la que fuera todopoderosa Susana Díaz. El actual candidato socialista le ganó las primarias, asumió el liderazgo del PSOE andaluz y sacó a la baronesa de la primera línea política. Ahora, Díaz es senadora autonómica gracias en parte a que Espadas le ofreció ese puesto para que tuviera una salida digna. Él también es senador y los dos comparten escaños en la Cámara Alta. En aquella etapa de primarias tuvo que hacer equilibrios entre Ferraz y San Vicente, la sede del PSOE de Andalucía.

El candidato del PSOE, que se presenta a unas elecciones autonómicas por primera vez, tiene que remontar unas encuestas que le dan como perdedor y sin posibilidades de sumar con el resto de fuerzas de izquierdas para poder recuperar la Junta de Andalucía. Está haciendo una campaña fiel a su propio estilo político, sin estridencias ni grandes titulares. Juan Espadas es un hombre discreto, moderado y alejado del radicalismo, al que le gusta más el diálogo y el pacto que la sobreactuación y la bronca política donde no está cómodo.

Algunos en el PP admiten claramente que su perfil es muy parecido al del candidato popular, el presidente andaluz Juanma Moreno. Espadas es más bien un socialdemócrata clásico que se está dedicando a enfrentar lo que significaría un posible gobierno del PP con la ultraderecha a uno progresista presidido por él.

No es un político que levante grandes pasiones ni enfervorice a las masas en un momento en el que tiene que agitar a una parte del electorado de izquierdas que ahora mismo no tiene pensado salir de su casa el 19 de junio porque no ve ninguna expectativa de cambio de Gobierno y la figura de Juanma Moreno no le genera rechazo.

Esa imagen de pactista y perseverante la ha practicado Espadas durante toda su trayectoria política, pero en especial en su cargo institucional más importante, la alcaldía de Sevilla donde gobernó 6 años en minoría aprobando los Presupuestos tras alcanzar pactos con la derecha y con la izquierda, con Podemos y con Ciudadanos. Renunció al bastón de mando en enero para dedicarse de lleno a la política autonómica.

Espadas nació en el Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, la actual sede del Parlamento andaluz. "Digo yo que de ahí me vendrá la votación política", escribió en 2010 para presentarse ante los sevillanos como candidato a alcalde por primera vez. "¿Quién es Juan Espadas?", se titulaba el artículo publicado en 'El Diario de Sevilla'.

Con fama de meticuloso, -es de los que se lee los documentos a conciencia-, paciente y buen negociador, ha cultivado más la faceta de gestor que la de hombre de partido puro y duro. Espadas no ha hecho carrera orgánica en el PSOE andaluz. Se afilió tarde, en 1997 aunque desde los 90 ya colaboraba con el partido en Medio Ambiente, la materia de la que es experto.

Con 22 años se licenció en Derecho y se especializó en política y gestión medioambiental con un máster en la Universidad Carlos II. También es diplomado en alta dirección de empresas. En 1990 empezó su carrera profesional como jefe de gabinete del presidente de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

A partir de ahí fue ocupando diferentes puestos en el organigrama de la Junta hasta que se convirtió en Viceconsejero de Medio Ambiente en 2004 mientras gobernaba Manuel Chaves. Él le nombró en 2008 consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio. Cuando José Antonio Griñán ascendió a la presidencia de la Junta, Espadas siguió en el Ejecutivo andaluz. Fue Griñán quien decidió que fuese el candidato a alcalde de Sevilla en 2010. Los dos, Chaves y Griñán, fueron condenados por el caso de los ERE en uno de los momentos más duros para los socialistas andaluces.

Espadas está casado con su novia de toda la vida y tiene dos hijos. Es católico practicante y del Betis, aunque no es un forofo del fútbol. Estudió en los salesianos. Con ellos aprendió, dice, "la cultura del esfuerzo para conseguir las metas".