El Pazo do Hórreo, ubicado en Santiago de Compostela, no es solo un edificio emblemático por su arquitectura, sino también por su significado histórico y cultural como sede del Parlamento de Galicia. Este pazo, que da cabida a la mayor parte de deliberaciones y decisiones más importantes que se toman en esta región, es además un testimonio de la rica historia de Galicia y de su evolución política y social.
Antes de convertirse en la sede del Parlamento de Galicia, el Pazo do Hórreo tuvo un pasado castrense, siendo utilizado durante décadas como un simple cuartel militar, aunque no fuera su primer propósito. Originalmente iba a ser la sede de la Escuela de Veterinaria, propósito en vigor de 1903 hasta 1925, cuando pasó a manos del ejército.
Esta etapa militar del edificio es una parte importante de su historia, marcando una transición significativa de su uso y propósito a lo largo de los años, y demostrando la transformación que es capaz de realizar la sociedad gallega desde el mismísimo edificio de sus instituciones.
No fue hasta octubre de 1989 que se convirtió en la sede del Parlamento de Galicia, aunque la Xunta de Galicia compró el edificio mucho antes, en el año 1986. Hasta que fue inaugurada, la sede estuvo primero en el Pazo de Xelmírez, y después, en el Pazo Fonseca, entre junio de 1982 y febrero de 1989.
El aspecto moderno que tiene este edificio en la actualidad se debe en última instancia a los arquitectos Juan Tejedor y Julio Otero, que han jugado un papel crucial en el desarrollo y renovación del Pazo do Hórreo de forma más reciente. Durante estas obras de remodelación y mejora, se han implementado medidas correctoras para minimizar el impacto de estos trabajos tanto en el funcionamiento diario de la Cámara como en el entorno del edificio.
Esto demuestra el compromiso con la preservación del patrimonio histórico y la armonía con el ambiente circundante. Además el primer proyecto de rehabilitación del edificio estuvo a cargo del arquitecto gallego Manuel Andrés Reboredo. Como curiosidad, durante la inauguración del Pazo en 1989 las obras no habían finalizado, faltando todavía rematarlas.
El Pazo do Hórreo no solo es un lugar de actividad política, sino también un espacio de conmemoración y memoria. Un ejemplo destacado es el homenaje al intelectual galleguista Alexandre Bóveda y a las víctimas del franquismo, un acto acordado por unanimidad por las tres fuerzas parlamentarias. Esto subraya la importancia del edificio como un lugar donde se honra la historia y se promueve la reflexión sobre el pasado.
Su ubicación en Santiago de Compostela, no hace más que subrayar la posición de esta ciudad como capital de Galicia, ya que alberga no solo el Parlamento en el Pazo do Hórreo, sino también otros importantes edificios administrativos de la Xunta de Galicia. Esto posiciona a la ciudad y al propio Pazo como centros neurálgicos de la actividad política y administrativa de la región.
De esta forma, el Pazo do Hórreo, es mucho más que un edificio, es un símbolo de la identidad y la historia gallegas. Desde sus orígenes militares hasta convertirse en el corazón de la vida política de Galicia, el pazo ha sido testigo y protagonista de cambios significativos en la región. Albergando tanto la actividad política como actos de memoria histórica, el Pazo do Hórreo se erige como un espacio donde convergen el pasado, el presente y el futuro de Galicia.