Los resultados de las elecciones del 12M en Cataluña plantean un panorama de gran complejidad para la gobernabilidad. Salvador Illa, liderando al PSC, se ha proclamado vencedor con un total de 42 escaños, pero las cuentas son difíciles de cuadrar en el pactómetro. Mientras el independentismo no suma y ha perdido la mayoría absoluta, los socialistas miran a ERC y a Comuns Sumar ante la posibilidad de un tripartito de izquierdas que lograría, por la mínima, justo los 68 escaños que dan la mayoría absoluta. Sin embargo, aún queda el recuento del voto CERA, que puede cambiar significativamente la aritmética parlamentaria.
Denominado así en referencia al Censo de Extranjeros Residentes Ausentes (CERA), este voto puede ser especialmente relevante dado lo ajustado que han sido los resultados en este 12M, donde hasta el último instante han estado bailando los escaños especialmente entre el PSC y Junts.
Concretamente, con el 99,48% del escrutinio, el PSC se ha hecho con 42 escaños; Junts con 35; ERC con 20; el PP con 15; Vox con 11; Comuns Sumar con 6; CUP con 4; y Aliança Catalana con 2, irrumpiendo así la formación de extrema derecha independentista en el Parlament.
Con esas cifras, PSC, ERC y Comuns sumarían exactamente 68 (42 + 20 + 6) si llegan a un pacto de izquierdas, pero un cambio de última hora derivado del voto CERA podría tumbar esa operación, de por sí compleja por las duras negociaciones que tendría Salvador Illa para conseguir un pacto con los de Pere Aragonès, --que acaba de confirmar que abandona la política tras la caída en escaños de su formación--, a la que por otro lado Carles Puigdemont llama a “rehacer puentes” para construir un “Govern sólido”. El líder de Junts no arroja la toalla y desliza así la posibilidad de que esté pensando en lanzar un órdago a Pedro Sánchez: pedirle la abstención del PSC para gobernar con ERC a cambio del apoyo en Madrid.
El candidato de Junts ya ha confirmado que se presentará a la investidura y ha asegurado tener “más opciones” de formar un “gobierno coherente”, convencido de su posibilidad de victoria en una segunda vuelta.
En este escenario, de incertidumbre, con amenaza de un bloqueo político y todavía sin disiparse el fantasma de la repetición electoral, --aunque también el propio Puigdemont ha llamado a “evitar” esto último--, la importancia del voto CERA puede ser también clave. No en vano, son un total de 294.594 las personas censadas con derecho a voto con residencia permanente en el extranjero, según el INE; una cifra nada desdeñable con unos resultados tan ajustados.
De hecho, esas 294.594 personas representan a un 5,118% del total de 5.754.931 que estaban llamadas a votar en este 12M; un dato también llamativo si lo comparamos por ejemplo con la circunscripción electoral de Lleida, la que menos escaños reparte (15), donde eran 318.856 las personas censadas con derecho a voto, es decir, un 5,54%.
Con eso en cuenta, todavía hay que esperar a conocer también este escrutinio, que no se revelará antes del próximo viernes 17 de mayo. Será entonces cuando, oficialmente, el pactómetro vea todas las cartas sobre la mesa y todos los cálculos se hagan plenamente efectivos.
Sin una mayoría absoluta fácil para nadie, y con los partidos independentistas incapaces de sumar porque los números no dan, si el PSC llegase a perder un solo escaño con el voto CERA perdería la opción de intentar un tripartito de izquierda. Con 41 escaños, en lugar de los 42 de ahora, no tendría mayoría absoluta con ERC y Comuns ni aunque acercase posturas con Esquerra, señalando ya ayer Pere Aragonès, tras los resultados, su posicionamiento “en la oposición”.
La posibilidad de un nuevo baile de escaños es real, además, si tenemos en cuenta que precisamente en Lleida la formación de Carles Puigdemont se quedó a solo 761 votos de hacerse con su sexto diputado en detrimento del PSC, que pasaría de cuatro a tres en tal caso. De suceder así, la situación daría un vuelco, quedando los de Salvador Illa con 41 diputados.
En ese punto, Carles Puigdemont, que en las últimas horas ha reivindicado que los votantes del independentismo le han otorgado a Junts el “papel de liderazgo”, se ve con posibilidades de ser investido president en la segunda vuelta, donde se necesitan más síes que noes y donde espera el respaldo de ERC frente a una opción de pacto con Salvador Illa.
“Nosotros creemos que tenemos más opciones porque, si hablamos de Gobiernos coherentes, el gobierno coherente del señor Illa descansaría sobre una suma de 48 diputados. Y si hablamos de gobiernos y mayorías coherentes que ya se han producido en el pasado, el nuestro tendría 55 – 59 diputados. Por lo tanto, queda claro que hay más fortaleza parlamentaria de un Gobierno encabezado por nosotros que en un Gobierno encabezado por el señor Illa, que abocaría a Cataluña a una situación similar a la que hay en el Ayuntamiento de Barcelona, que no puede sacar adelante sus Presupuestos, y de parálisis", ha dicho el líder independentista.
Sin embargo, esto no sería posible sin el citado nuevo órdago de Puigdemont solicitando a Pedro Sánchez la abstención del PSC a cambio de mantener su apoyo en Madrid.
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