La Casa de los Canónigos, también conocida como Casa dels Canonges, es una residencia profundamente arraigada en la historia y cultura de Cataluña. Está situada en el corazón del Barrio Gótico de Barcelona, y lo primero que debes saber es que este edificio histórico no solo sirve como la residencia oficial del Presidente de la Generalitat de Cataluña, sino que también es un excelente testimonio arquitectónico de la evolución de Barcelona a través de los siglos.
Originaria del siglo XIII, la Casa de los Canónigos fue inicialmente destinada para albergar a los canónigos de la Catedral de Barcelona. A lo largo de los siglos, el edificio ha visto numerosas modificaciones y restauraciones, siendo estas especialmente notables durante el siglo XX cuando se le añadieron elementos neogóticos que armonizan con el estilo predominante del Barrio Gótico en el que la edificación se asienta. La restauración fue liderada por los arquitectos Juan Rubió y Jeroni Martorell, quienes se encargaron de preservar la esencia histórica del edificio mientras introducían modificaciones modernas.
Uno de los elementos arquitectónicos más distintivos añadidos durante esta época es el Puente del Bisbe, una estructura que conecta la Casa de los Canónigos con el Palacio de la Generalitat. Este puente no solo es funcional sino que también se ha convertido en uno de los puntos fotográficos más famosos de Barcelona, conocido por su impresionante diseño neogótico y las leyendas urbanas que lo rodean, incluyendo la de una calavera con una daga que se dice trae mala suerte si se retira.
Aunque la Casa de los Canónigos ha servido como residencia oficial para los presidentes de la Generalitat desde el regreso de la democracia a España, ha sido notablemente subutilizada como residencia privada en las últimas décadas. Francesc Macià y Lluís Companys fueron algunos de los primeros en ocuparla, y tras el exilio de Companys y la Guerra Civil, la casa quedó fuera de uso hasta la restauración de la democracia. Desde entonces, la mayoría de los presidentes, excepto Joaquim Torra durante la pandemia del coronavirus, han optado por no residir allí de manera permanente.
Esta elección refleja un cambio en la percepción de la función de las residencias oficiales en la política contemporánea, donde muchos líderes prefieren no asociar su vida personal con un espacio tan cargado de simbolismo político e histórico. Además, la decisión de no residir en la Casa de los Canónigos ha sido vista como un gesto hacia la austeridad y la accesibilidad en la política catalana.
Declarada Bien Cultural de Interés Local, la Casa de los Canónigos no solo es significativa para la política catalana sino también para el patrimonio cultural de Barcelona. Ubicada en el Barrio Gótico, la casa está rodeada por algunas de las estructuras más antiguas y emblemáticas de la ciudad, lo que la convierte en una parada obligatoria para los turistas interesados en la historia y la arquitectura catalanas.
La casa es accesible al público en ciertas ocasiones, especialmente durante eventos culturales y días festivos nacionales, ofreciendo a los visitantes una ventana a la rica historia política y cultural de Cataluña.
En resumen, la Casa de los Canónigos es más que la residencia del presidente de la Generalitat de Cataluña; es un símbolo de la historia y la cultura catalana, que encapsula los cambios sociopolíticos y estilísticos que han modelado Barcelona a lo largo de los siglos.