El cambio climático es ya una de las causas, junto a la violencia o la desnutrición, de crisis humanitaria en todo el planeta. 2.000 millones de niños viven en zonas donde la contaminación afecta directamente a su salud. Por eso, por ellos, Unicef lidera una de sus campañas más ambiciosas de su historia.
El cambio climático tiene consecuencias también en los más vulnerables: los niños. Son millones los que viven en zonas que se inundan con facilidad o en las que hay condiciones de calor extremas. Eso les obliga a mal vivir o a tener que ir a campos de refugiados. Bien sea por estos desastres naturales o por las guerras, cada vez hay más menores que no pueden llevar una infancia tranquila. Unicef, una vez más, ha dado la voz de alarma.
Es el grito desesperado de los millones de niños que viven en países en conflicto. El cambio climático está detrás de muchos de estos desastres naturales. Buena parte de responsabilidad la tiene la polución en las ciudades que afecta a 2.000 millones de niños que viven en zonas donde los niveles de contaminación del aire exceden las normas establecidas por la OMS.
“Ahora mismo nos preocupa muchísimo la situación en algunas ciudades de Asia, donde la polución está generando que muchos niños y niñas tengan enfermedades respiratorias, que en algunos casos pueden causar la muerte”, ha explicado Blanca Carazo, responsable de Programas de Unicef Comité España.