Hay algunos trucos contra el frío que seguramente ni te habías planteado pero que funcionan mejor que algunos remedios tradicionales: ¿qué tal un helado en lugar de un café o vestirte de blanco en lugar de hacerlo de negro? Pues son sólo dos ejemplos de cómo afrontar la ola de frío que llega.
Vestir de blanco para retener el calor corporal
Del mismo modo en que cuando suben las temperaturas tendemos a vestir con ropa clara, cuando bajan tendemos a usar prendas oscuras. Arturo Quirantes, profesor de la Universidad de Granada y autor del blog "El profe de Física" explicaba a BBC Mundo este error común: La gente tiene la idea de que la ropa blanca es mejor en verano porque refleja la luz solar, mientras que la negra la absorbe y la transforma en calor, pero no tiene en cuenta que nosotros emitimos energía térmica.
Si llevamos ropa blanca, el calor que emitimos rebota contra la tela y no puede salir, en cambio si la tela es negra, lo absorbe. Pero si corre brisa, esta se lleva el calor por convección, que es un mecanismo eficiente para mantenernos frescos. El elemento clave en la ropa de los beduinos es que además de ser negra, está suelta. Eso hace que se creen corrientes de convección que permiten expulsar el calor del cuerpo más eficientemente.
Resumiendo: si en invierno vas a llevar ropa amplia, que sea blanca y la vas a usar pegada al cuerpo, que sea negra.
Calentar la cabeza y las manos
La vasoconstricción periférica es un mecanismo que utiliza el cuerpo humano para mantener la temperatura de los órganos vitales constante mediante el enfriamiento de las extremidades, por eso los días de mucho frío es fundamental mantener calientes la cabeza, las manos y los pies.
El aislamiento de la cabeza se soluciona con un gorro y mejor si, además, te tapa las orejas que tienen poca circulación sanguínea. Para las manos lo mejor es usar unos guantes o sotoguantes calefactables. Si utilizas cualquier otro tipo de guantes recuerda que ponértelos con las manos calientes, no cuando se hayan enfriado. Si se te enfrían las manos, puedes recurrir a los calienta manos. Los hay de varios tipos: el saquito de semillas que se calienta en el microondas, el de gel que se activa mediante presión o el de polvo de hierro que basta con agitarlo para activar el calor.
Aislar los pies del suelo
Los pies, al ser otra extremidad, necesitan también especial atención y para que no se queden helado no basta cualquier par de zapatos, eso lo tenemos muy claro. Los mejores zapatos para aislar del frío combinan, por un lado, una entresuela de poliuretano que es un material ligero, flexible, resistente y aislante y por otro, una suela de caucho, que soporta temperaturas extremas de hasta - 30ºC, es adherente a cualquier superficie y flexible.
Si no cuentas con este tipo de calzado puedes usar unas plantillas calefactables o de lana, e incluso puedes hacértelas con una prenda de lana vieja que tengas en casa. Y si quieres enseñar tobillos, que con estas temperaturas no es lo aconsejable, olvídate de los pantalones anchos por aquello que el profesor Arturo Quirantes dice de la convección y pásate a los pitillo, que te dejarán los tobillos igual de helados pero al menos mantendrás las piernas calentitas.
Un jersey finito metido por dentro del pantalón o la media
Uno de los mejores trucos anti frío que existen es llevar siempre una prenda fina de lana pegada al cuerpo. Vestir por capas no es exclusivo de quienes van de excursión a la montaña, es la mejor manera de mantener el calor corporal y evitar la humedad provocada por el sudor. La teoría de las tres capas consiste en llevar una primera pegada a la piel, ya sea de lana o técnica (nunca de algodón), que transpire y retenga el calor. Es importante que tenga el largo suficiente para cubrir la zona lumbar ya que la espalda es una de las zonas del cuerpo más sensible al frío y puede provocar que los músculos se contraigan y dar lugar a contracturas.
Sobre esa primera capa va la segunda y ya puedes echarle imaginación: otro jersey de lana más grueso y amplio, chaquetas, cazadoras, sudaderas, vestidos o cualquier prenda que ayude a retener el calor que genera el cuerpo. La tercera es la capa de protección, es decir, el abrigo y habrá que elegir uno impermeable si el ambiente en el que te mueves es húmedo o echarás a perder todo el invento.
Tómate un heladito en lugar de un café
No es ninguna locura, es la teoría de Peter McNaughton, neurocientífico de la Universidad de Cambridge. Igual que sucede en días de mucho calor, que no se recomienda tomar bebidas demasiado frías, cuando bajan las temperaturas puede ser una medida extraordinaria para generar calor corporal, ya que pone a trabajar tu cuerpo para mantener su temperatura estable en 37 grados centígrados. Si tomas bebidas muy calientes, lo que consigues es romper a sudar y enfriar el cuerpo, por el contrario, tomar alimentos o bebidas frías hará que los vasos sanguíneos se contraigan y notes sensación de calor en pocos minutos. Si además ese alimento frío es un helado, estás ingiriendo una gran cantidad de nutrientes beneficiosos para la salud y para el sistema inmunológico: calcio, vitamina B2, proteínas, fibra, lípidos, minerales y aminoácidos esenciales. Además, si tienes dolor de garganta, ayudará a bajar la inflamación.