El tifón Rai ha dejado un rastro de caos y muertes tras su paso por el sur de Filipinas. Más de 200 personas han perdido la vida a causa de los vientos e inundaciones provocados por la feroz tormenta, y hay cerca de dos millones de damnificados, según el último balance ofrecido este lunes por las autoridades del país.
El tifón Rai es "uno de los más poderosos que jamás haya azotado el sur de Filipinas", lo ha descrito el presidente de Cruz Roja en Filipinas. La isla de Siargao soportó vientos máximos sostenidos de hasta 250 kilómetros por hora cuando la tormenta tocó tierra por primera vez el jueves, con la fuerza equivalente a un huracán de categoría 5 en la escala de vientos de huracán Saffir-Simpson.
La Policía filipina ha detallado que hasta la fecha se han confirmado 208 fallecidos, mientras que 239 personas han resultado heridas y 52 han sido dadas por desaparecidas, mientras que el Departamento de Bienestar Social y Desarrollo (DSWD) ha situado en 1.805.005 el total de afectados.
Así, el Centro de Respuestas a Desastres, Supervisión de Operaciones e Información del organismo ha señalado que más de 450.000 familias se han visto afectadas por el paso del tifón, que golpeó el centro de Filipinas, según el diario 'The Philippines Star'.
Las familias residen en las regiones de Bicol, Bisayas Centrales, Bisayas Occidentales, Bisayas Orientales, Caraga, Davao, Mimaropa y la península de Zamboanga, con cerca de 500.000 desplazados en 2.481 centros de evacuación y más de 193.000 personas acogidas temporalmente por familiares o amigos.
El DSWD ha subrayado además que en las zonas afectadas se están registrando problemas de suministro eléctrico y de acceso a Internet, por lo que ha reconocido "un desafío a la hora de recopilar datos sobre la población afectada" y otros asuntos relacionados.
Por su parte, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, ha prometido "un convoy de arroz y agua" para los supervivientes mientras intenta conseguir que el Gobierno libere unos fondos que espera que ascienda a los 4.000 millones de pesos filipinos (alrededor de 71,2 millones de euros).
El mandatario ha resaltado que 2.000 millones de pesos (unos 35,6 millones de euros) irán destinados a las autoridades locales de las zonas afectadas por el paso de 'Rai', mientras que los otros 2.000 millones de pesos estarán destinados a ayudar a los supervivientes.
Duterte ha reconocido que el Gobierno tiene "enormes deudas" a causa de los costes de la respuesta a la pandemia de coronavirus y ha adelantado que habrá que esperar a los Presupuestos de 2022 "para tener dinero para gastar", tal y como ha recogido la cadena de televisión filipina ABS-CBN.
La Policía se ha desplegado para garantizar la seguridad en especial en supermercados, donde se están formando largas colas para adquirir suministros.