El Cantábrico lleva sumido desde el comienzo de semana en una inestabilidad que no cesa. Las olas han superado los 7 metros de altura en algunas boyas del País Vasco y Galicia, y el mar ha adquirido tanta fuerza que ha arrastrado los coches aparcados en los paseos marítimos. Por si fuera poco, la sucesión de nuevas borrascas en el Atlántico Norte se van a encargar de mandar vientos al extremo norte que intensificarán aún más el temporal, así que precaución, los avisos van a seguir activos hasta la próxima semana.
Este jueves se espera un día muy turbulento en los litorales del norte. Hay más de 17 avisos activos por mar combinada que oscilará entre los 4 y 6 metros, e incluso algo más en puntos del País Vasco, Cantabria o Asturias. En algunas boyas mar adentro es probable que se registren alturas superiores a las estimadas.
En la costa, se prevé que las olas puedan arreciar contra diques y muros, como ha hecho en jornadas anteriores. Por ejemplo, en A Coruña ya han tenido incidentes con algunos vehículos y en el pequeño muelle de la localidad guipuzcoana de Zarautz las olas han abierto un boquete en una tapia.
El ambiente será bastante desapacible en zonas de la fachada atlántica gallega durante el jueves no solo por la marejada, sino también por la nubosidad compacta que amenaza con precipitar a lo largo del día. La reciente borrasca nombrada como Inés que va a golpear Francia es responsable de que no veamos el sol en el extremo norte, según explica la Agencia Estatal de Meteorología, aunque no traerá demasiada lluvia en general.
Esta depresión no va a ser la única que nos afecte de manera indirecta durante los próximos días. La borrasca Dennis, que alcanzará su presión mínima en el Atlántico Norte, se va a dejar sentir con algunos 'efectos colaterales'.
Las rachas de viento que podrán superar los 80 km/h durante el sábado en áreas costeras de la fachada atlántica gallega. Estas ráfagas se encargarán de prolongar el riesgo por fenómenos costeros durante todo el fin de semana. De hecho, lo más probable es que el temporal pueda extenderse hacia el este, llegando a afectar incluso a la costa del Ampurdán.
Parece que después de la breve tregua de un mar muy tumultuoso que tendremos parte del viernes, las olas volverán a la carga. De cumplirse las predicciones, sería una semana completa en la que el Cantábrico se mantiene en riesgo por las condiciones adversas en el mar.