La niebla se forma de partículas de agua en suspensión que vienen del suelo. Este fenómeno meteorológico provoca humedad en la carretera, en los cristales y en el motor de tu coche, poniendo en peligro la conducción. Sigue este ritual antes de salir del garaje y mientras conduces.
Pon a punto los neumáticos
Estas gotas que se encuentran en el ambiente pueden condensarse y dejar húmedo el asfalto. Para que no te resbales, pon a punto tus neumáticos. Si el dibujo de las ruedas no está muy marcado o la presión no es la óptima, por ejemplo, es el momento de acudir a un especialista.

Modera la velocidad
Que lleves unos neumáticos a recién estrenar no significa que puedas correr como un coche de Fórmula 1. Piensa que no vas a ver nada y que, teniendo el suelo como una pista de patinaje, no vas a poder frenar a tiempo. Ve más despacio que de costumbre, mantén la distancia de seguridad con el resto de los coches y no pises el freno a fondo para que tus ruedas no se bloqueen.

Enciende el aire para desempañar
En cuanto te metas dentro del coche, vas a ver que tus cristales están completamente empañados. Enciende el aire para compensar la diferencia de temperatura exterior e interior.

Parabrisas para el camino
Aunque desempañes los cristales antes de salir de casa, recuerda que la niebla sigue en el ambiente y el vaho se puede volver a formar en los cristales. Para ello, te aconsejamos que actives tu parabrisas de manera intermitente durante el viaje.

Dirige el aire a las ventanillas
Y ¿si el vaho se forma dentro del coche? Elimínalo dirigiendo el sistema de ventilación hacia los cristales. Si persiste, vas a tener que aguantar un poco el frío de fuera y abrir las ventanillas para que desaparezca.

Déjate de luces largas
Las 'largas' son un peligro para estos días. La luz rebota en las gotas de agua que forman la niebla y nos dejarán sin visibilidad, tanto a nosotros como al que viene de frente. La mejor opción son las 'antiniebla' cuando no vemos a menos de 100 metros de nuestra nariz. Las que son delanteras dan luz a ras de suelo y son las más imprescindibles. Si nuestro coche también cuenta con traseras, actívalas siempre que la niebla sea muy densa y así el resto de conductores podrán verte sin problemas.



